[Crítica] «Amores materialistas»: El romance como una transacción mercantil

Protagonizado por una sólida Dakota Johnson y un sobrevalorado Pedro Pascal, el segundo crédito audiovisual de la realizadora canadiense Celine Song es un largometraje sencillo, el cual en su afán por abarcar una gran cantidad de ideas y de temáticas, descuida la complejidad de su trama y simplifica las historias de sus personajes, situándose lejos de la potencia y trascendencia que tuvo «Vidas pasadas», el filme debut de su directora.

Por Giorgio Kazdikian

Publicado el 15.8.2025

Hace dos años, la canadiense Celine Song sorprendió al mundo con su ópera prima Vidas pasadas (2023), una película que exploraba el peso del pasado, el amor y las decisiones del presente. Aclamada por el público y la crítica, obtuvo dos nominaciones en los premios Oscar.

Este año, Song estrena el segundo eslabón de su filmografía: Amores materialistas (Materialists, 2025).

La historia sigue a Lucy (Dakota Johnson), una exitosa matchmaker en Nueva York cuya vida se ve alterada por un triángulo amoroso: la aparición del «match perfecto», Harry (Pedro Pascal), y el regreso de su exnovio imperfecto, John (Chris Evans).

Celine Song se confirma como una autora con una propuesta clara: reflexionar sobre la mundanidad del ser humano y adentrarse en su mundo sentimental, utilizando como tema recurrente el amor.

Amores materialistas es una cinta que habla sobre el amor; sin embargo, no es una película romántica. Conviene subrayar que, pese al tono ligero y convencional de los avances publicitarios y pósteres —que remite a las comedias románticas de los 2000—, se trata en realidad de una obra de cine independiente.

Una aclaración necesaria para no generar falsas expectativas en el espectador.

 

Lejos de la profundidad emocional de «Vidas pasadas»

Song se sirve de las convenciones de la comedia romántica como fachada superficial, con el propósito de desarmarlas poco a poco y dar paso a un análisis honesto sobre la búsqueda del amor en tiempos modernos.

Uno de los objetivos de la obra es criticar la visión superficial de las relaciones —y de la vida misma— dentro de un mundo capitalista. La película pone muchos temas sobre la mesa —misoginia en el ámbito laboral, agresiones sexuales, inseguridades físicas—, pero solo logra profundizar de forma efectiva en cómo el amor, en la era contemporánea, se ha convertido en una transacción mercantil.

No obstante, la película acaba quedándose en la superficie de esa reflexión. Además, no su dimensión narrativa y se limita a contar una historia sencilla y de escasa trascendencia.

Así, el desarrollo de los acontecimientos gira en torno al personaje de Dakota Johnson, quien ofrece una interpretación convincente y agradable. El resto del elenco cumple con los roles asignados dentro de la historia, pero no logra destacar, en parte porque no se brinda el espacio para hacerlo.

Esto se evidencia sobre todo en los protagonistas masculinos, Pascal y Evans, quienes solo disponen de un tiempo en pantalla reducido, sino que tampoco adquieren mayor relevancia más allá de servir de apoyo al desarrollo del arco dramático de Johnson.

Con todo, en el ámbito audiovisual, la película cuenta con una estética limpia y pulida, acompañada de algunos movimientos de cámara llamativos. Esto no es algo inusual en una producción de A24, lo cual contribuye a reforzar el valor artístico del apartado visual.

En resumen, Amores materialistas es un largometraje sencillo que, en su afán por abarcar una gran cantidad de ideas y temáticas, descuida la complejidad de su trama y simplifica las historias de sus personajes. Song entrega una obra entretenida, aunque lejos de la potencia y trascendencia de su debut.

 

 

 

 

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Giorgio Kazdikian (Santa Marta, Colombia, 2006) hizo el Bachillerato Internacional Voramón en Barcelona, y actualmente estudia cinematografía en la Escuela Superior de Cinematografía y Audiovisuales de Cataluña (Universidad de Barcelona).

Apasionado por la narrativa visual, es director y escritor de cortometrajes como Gala (2024).

 

 

 

 

Tráiler:

 

 

 

Giorgio Kazdikian

 

 

Imagen destacada: Amores materialistas (2025).