[Crítica] «Corsé»: El lugar recóndito de los miedos

Este primer libro de cuentos la escritora chilena Jessy Chamorro-Salas constituye, sin duda, un buen debut dentro de la narrativa femenina actual, y explora en las ataduras de los subyugados, las violentadas, las pisoteadas, de aquellas que parecen no tener futuro ni opciones.

Por Sebastián Salinas

Publicado el 13.12.2022

El próximo 21 de diciembre serán publicados los resultados del Premio Municipal de Literatura de Santiago en su versión 2022. En la categoría Cuento se hayan tres finalistas: Pelusa Baby de Constanza Gutiérrez (Editorial Alfaguara), La muerte viene estilando de Andrés Montero (La Pollera Ediciones), y Corsé de Jessy Chamorro-Salas (Sangría Editora).

Así, en esta columna abordaré el libro de Jessy Chamorro-Salas, el cual nos transporta a los lugares recónditos de los miedos y sufrimientos más comunes que tenemos, pero que posiblemente ocultamos. Su lectura es como chocar con la realidad, entre lo sensible y lo cruel.

El texto tiene dos partes: «Anónima» y «Corsé». En la primera, a través de quince relatos, va perfilando diversas historias trazadas en el camino trágico de la existencia y enfrenta a sus personajes con aquello que les es inevitable.

Una individualidad en crisis absoluta, pero silenciosa. Se conectan con sí mismos, con el otro, con objetos, con la piel. Sin embargo, no alcanzan la trascendencia y viven en la ruta de pagar culpas constantemente con la infelicidad, sin expectativas concretas, anclados a las más diversas máscaras y transfiguraciones.

Son principalmente sujetos femeninos que ocultan su desolación. Tras un nombre también hay un anonimato. Puede ser una como pueden ser todas.

 

La experiencia de un espejo

Chamorro-Salas narra sin tapujos, develando oscuros pasajes de la difícil vida de hombres y mujeres. Narra con sinceridad. Es un libro duro y suave a la vez. Se detiene en pequeños detalles que nos llevan a pensar en una pregunta posible e incluso aterradora: ¿podría ser yo?

Prostitutas, militares, profesores y soñadoras se apropian del derecho de parecer, aunque se niegan a la posibilidad de ser. Los personajes se someten a la experiencia del espejo desde el otro lado. No pueden mostrarse tal cual son.

Viven bajo la sombra de la injusticia del destino y la infamia de la realidad. Ser o no ser es una de las grandes encrucijadas. Sintonizan con el dolor, la vergüenza, la soledad, la desidia, la muerte e incluso la inexplicable simpatía del ser con la autodestrucción.

Además, la fuerte presencia femenina en los textos da cuenta de cómo las mujeres han sido amarradas, utilizadas y violentadas por una sociedad patriarcal que ha decidido tomar como paradigma el machismo y la desigualdad. La segunda parte, constituida tan solo por dos cuentos «Las que van quedando en el camino» y «Las flores del mal», se apronta a cerrar este corsé, de fuertes ataduras.

En este punto, la narración materializa el ahogo. La presencia femenina en estos cuentos alcanza un clímax de potente significación. El aborto y el feminicidio son claro ejemplo de la relación entre el poder y el castigo, dos amarres de tradición patriarcal con un fin todavía distante.

Con todo, este primer libro de Jessy Chamorro-Salas constituye, sin duda, un buen debut dentro de la narrativa femenina actual, está al alcance de cualquier cuerpo y mente que desee someterse a este corsé, cuyas ataduras son los subyugados, las violentadas, las pisoteadas, que parecen no tener futuro ni opciones, pero que siguen intentando desatarse a través de la escritura.

 

 

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Sebastián Salinas es profesor de castellano de la Upla y se desempeña como docente en Duoc UC. Su interés literario está enfocado en la crítica y en el estudio de la microficción, especialmente en el microcuento escrito en Chile desde la dictadura.

 

 

«Corsé», de Jessy Chamorro-Salas (Sangría Editora, 2021)

 

 

 

Sebastián Salinas

 

 

Imagen destacada: Jessy Chamorro-Salas.