[Crítica] «El asilo contra la opresión»: Expectativas que se frustran

El fallido debut como dramaturga de la connotada periodista nacional Alejandra Matus, recuerda a las publicitadas y olvidables incursiones en el género operístico, del académico Alberto Mayol, o en su oportunidad, y en una faceta parecida, del cineasta Pablo Larraín.

Por Enrique Morales Lastra

Publicado el 9.5.2023

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El asunto creativo, a evaluar, es simple.

Pensar en el estreno como dramaturga de la periodista Alejandra Matus, una de las mayores investigadoras de la disciplina en el país, y quien tal vez sea galardonada con el Premio Nacional de la profesión durante los próximos años, hace pensar en el estreno de una obra escénica que destacará por la profundidad de su libreto y de las reflexiones politológicas, históricas y tal vez artísticas, que esos diálogos estimularán en la sensibilidad de un ávido espectador.

Lamentablemente, en esta oportunidad, se observa rutilante, la promesa de un teatro político que está lejos de cumplirse, arriba del generoso escenario del GAM, luego de exhibirse el montaje ópera de prima en el género de Matus, bautizado como El asilo contra la opresión.

En efecto, el desarrollo del título analizado ofrece soluciones dramáticas casi absurdas que en nada aportan a fin de obtener, desde la ficción y desde la propia poética teatral, una mirada crítica o innovadora en torno al significado caleidoscópico del martes 11 de septiembre de 1973, y de sus consecuencias trascendentales, para cada uno de los seres humanos nacidos en la fugacidad geográfica y temporal, llamada Chile.

 

Risas fáciles pero nunca incómodas

Antes que la oferta de un teatro político, El asilo contra la opresión asemeja en su desenvolvimiento escénico a un vodevil, con su lograda estética y diseño de compañía de revistas del tipo Bim Bam Bum, y la búsqueda de risas gratuitas, pese a las actuaciones convincentes de su elenco, integrado por Claudio Arredondo en el papel de Augusto Pinochet, de Jaime Omeñaca como Salvador Allende, y de la actriz y comediante Natalia Valdebenito, en el rol de Lucía Hiriart.

De esta forma, desaprovechado el material artístico y dramático de contar con intérpretes de primer nivel, el texto de Alejandra Matus —una de las cientistas sociales que más sabe del tema (recordemos su libro Doña Lucía)—, decepciona por su carencia de reflexiones inéditas y punzantes, en un frustrado ejercicio de memoria política, cívica e histórica, que era lo que uno esperaba encontrarse, en la previa de asistir a la presentación de este montaje.

Lo mejor del conjunto apreciado, corresponde sin duda a la dirección ejecutada por el colectivo de Los contadores auditores (conformado por Juan Andrés Rivera y por Felipe Olivares), quienes mantienen el tono propio de una comedia desde un inicio, con momentos dramáticos altos (en el género), tales como la caracterización del personaje de Juan Gabriel (sí, una parodia en torno al cantante mexicano). Este último un gran rol visto de manera individual, pero disonante en el total estético y dramático, cuando no político, que proponía su propaganda mediática, al anunciarse esta obra.

En efecto, de ejercicio histórico o politológico, insisto, aquí no hay nada nuevo que se nos revele, tan solo la cita verbal y visual rápida o ingeniosa, que busca una complicidad ramplona con su público, pero la cual puede obtenerse en abundancia más allá de la puesta en escena de una obra teatral, que de acuerdo a las palabras de su autora, perseguía, en la presente ocasión artística: «La incomodidad que el público pueda sentir con ciertos temas o ciertos pasajes sirva para reflexionar y empujar el proceso de memoria y el proceso de sacar debajo de la alfombra cosas de las que no nos hemos atrevido a hablar…».

 

 

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Dramaturga: Alejandra Matus | Dirección: Los contadores auditores | Elenco: Jaime Omeñaca, Natalia Valdebenito, Claudio Arredondo, Francisca Ortiz, Carmen Disa Gutiérrez, Tatiana Molina, Nicolás Pavez, Camila Le-Bert, Handra Huequemán, Carlos Medina, Paula Magné Palacios, Germán Pinilla y Elvis Fuentes | Diseñadora: Laurène Lemaitre | Diseño sonoro: Felipe Martínez | Maquillaje/Caracterización: Carla Casali | Asistente de vestuario: Malú Munita | Producción: Daniela Moraga | Asistente de producción: Heny Roig | Una coproducción de GAM, del Teatro BioBío y de la Fundación Teatro a Mil.

Funciones hasta el domingo 28 de mayo de 2023, miércoles a sábado a las 20:30 horas, y los días domingos a las 19:00 horas, en la sala A2 (Edificio A, piso 1) del Centro GAM.

 

 

«El asilo contra la opresión»

 

 

Imágenes utilizadas: Centro GAM.