[Crítica] «En cana»: La escritura, reflejo del alma

La obra de los jueces Constanza Acuña, Víctor Ilich y Jorge Parragué se encuentra lejos de ser un texto jurídico, aunque se refiera a procedimientos, audiencias, salidas alternativas, penas sustitutivas y en fin, sobre lo que uno debiera y no tiene que hacer si le toca realizar una «pasada» tras las rejas.

Por Jean Pierre Matus Acuña

Publicado el 14.8.2023

Constanza Acuña, Víctor Ilich y Jorge Parragué ejercen la magistratura de instancia en tribunales rurales de la jurisdicción de Rancagua. Comparten, además, la niñez de los años 1980 y los estudios superiores en el cambio de siglo. Y comparten, también, un interés por encontrar un vehículo de comunicación con quienes acuden a sus tribunales como imputados, víctimas o sus familiares, como demuestra la obra que tienen en sus manos.

En cana no es un texto jurídico, aunque se refiere a procedimientos, audiencias, salidas alternativas, penas sustitutivas y lo que uno debiera y no debiera hacer si le toca hacer una «pasada» entre rejas. Porque siempre hay una «última oportunidad», la condi o la mixta, siempre que se haya hecho conducta y se cumplan los demás requisitos que explican los autores.

Tampoco es literatura, aunque se insertan referencias culturales y poemas de uno de sus autores, Víctor Ilich, quien es también un prolífico escritor nacional:

No somos de clase alta,
ni tampoco el experimento
de alguna otra clase social.
Somos lo que somos,
algunos dispuestos a cambiar,
pero siempre volvemos
al mismo vómito y al mismo lugar.

No es, por otra parte, un texto de criminología, producto de un método validado de entrevistas e investigación, que nos ofrezca la visión de los imputados y encarcelados sobre el proceso penal y sus consecuencias, aunque algo de ello se desliza en este proverbio parafraseado: «El avispado ve el mote y se guarda, mas el simple pasa con la jeta abierta y recibe el chancacazo».

Finalmente, no es un diccionario Coa español porque, aunque contiene muchas listas de palabras en coa, sus significados no se expresan en el lenguaje del diccionario ni viceversa, sino en uno metafórico, a veces poético, a veces didáctico y, muchas veces, con ese humor chileno desarrollado para sobrellevar las desgracias («Gil: Todos lo somos en algún rincón del corazón»).

 

La mente de los jueces

Se trata, más bien, de algo que podría llamarse divulgación jurídica, dirigida principalmente al usuario primerizo del sistema de justicia criminal y su parentela, habitualmente, madres, esposas, hermanas e hijas.

A ellas les explica en un lenguaje coloquial y sencillo las etapas de un proceso en que los abogados que intervienen usan su propio coa, lleno de abreviaturas numerológicas que les permiten avanzar rápidamente en audiencias que, tras una constante repetición, se han vuelto rutinarias —para ellos— y, para desgracia del asistente primerizo, no necesitadas de explicación.

Por ejemplo, esta recomendación para el que ha obtenido una suspensión condicional y lo que le pasará si incumple las condiciones impuestas en razón de la Ley de Violencia Intrafamiliar:

«El delito de desacato, ese mismo que te achacan por mono porfiado y no hacerle caso al tribunal cuando te dijo que no te acerques a darle jugo a la tóxica o al tóxico, parte en 541 días, así que si te las das de bacán diciendo que a ti nadie te obliga a nada, aquí se te complejiza un poco el cuento, porque no hay derecho al dulce que puede traer un requerimiento. El regalón pierde su candy y también su derecho al olvido (artículo 398 del Código Procesal Penal, para los lateros que les gusta dárselas de intelectuales)».

Pero como la escritura refleja el alma, el público en general —empezando por los abogados operadores del sistema— también debería acercarse a este libro, no solo para entender el proceso penal y acceder como desde una ventana a la vida en cana, sino también a la mente de los jueces de la generación que ahora está a cargo de decidir, en los tribunales de instancia en materia criminal, quién se va pa’ dentro y quién sale libreta.

Mas nada diré al respecto, sino invitar a cada lector a disfrutar su lectura, ponerse en el lugar de unos y otros y sacar sus propias conclusiones.

 

 

 

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Jean Pierre Matus Acuña es abogado, doctor en derecho y ministro de la Excelentísima Corte Suprema de Justicia.

 

«En cana» (Instituto de Estudios Judiciales Hernán Correa De la Cerda y Asociación de Magistradas y Magistrados del Poder Judicial de Chile, Regional O´Higgins, 2023. Proyectó la edición: Marcelo Uribe L’amour)

 

 

Jean Pierre Matus

 

 

Imagen destacada: (De izquierda a derecha) Jorge Parragué, Constanza Acuña y Víctor Ilich.