[Crónica] La fraternidad de las palabras

Jorge Carrasco es un poeta nacido en Carahue, corazón de la Araucanía en 1964. A los veinte años emigró al sur de Argentina, localidad de Villa Regina, Río Negro, donde se formó como profesor de lenguaje, entregándose a la poesía como vocación existencial.

Por Edmundo Moure Rojas

Publicado el 17.7.2023

Este lunes 17 de julio, recibimos al poeta Jorge Carrasco en nuestra tertulia vespertina del Refugio López Velarde, Casa del Escritor, cálido lar de la Sociedad de Escritores de Chile, donde acogemos a autores, poetas, amigos y amigas, viejos y jóvenes, advertidos y novatos, convocados por la palabra y ese «júbilo de comprender» que nos enseñara Sócrates, a través del diálogo y del intercambio de opiniones, juicios y posturas frente al arte literario y su estética.

Jorge Carrasco es un poeta nacido en Carahue, corazón de la Araucanía —mejor, Wallmapu—en 1964. A los veinte años emigró al sur de Argentina, localidad de Villa Regina, Río Negro. Se formó allí como profesor de lenguaje, entregándose a la poesía como vocación de la palabra esencial. Nos conocimos en la plataforma virtual e intercambiamos textos y reflexiones, a menudo fraternales, a veces, algo vehementes, como corresponde a las pasiones, veleidades e inquietudes del arduo oficio.

Hasta que el poeta articuló un viaje a su pequeña patria de Carahue; entonces, le extendimos una cordial invitación para reunirnos, primero, en la Unión Chica, nuestra parroquia de feligresía militante, sita en Nueva York 11, donde campean las imágenes sacras de los poetas Jorge Teillier, Rolando Cárdenas y Aristóteles España.

Los anfitriones fuimos Víctor Escobar y este veterano cronista. Dos horas inolvidables que remataron en el Café Caribe, atendidos por esas diligentes dueñas que nos dan trato de «mi amor», en la extendida democracia de un hábito afectivo y circunstancial.

 

Argonautas de las palabras

Jorge nos regaló tres de sus libros: Neruda desde mi tiempo (ensayos y artículos), Los jugadores persas (cuentos) y Los piojos de Rimbaud (novela).

En la tertulia, leyó sus poemas con clara prosodia, confirmando su notable manejo del lenguaje, la riqueza de sus imágenes y metáforas, la madurez de su poesía forjada en la circunstancia histórica y social, enraizada en las mejores tradiciones literarias de nuestro país, de Argentina y de Latinoamérica.

Incluyo la lúcida acotación de nuestro amigo, Víctor Escobar: «Si me lo permite maestro, decir que Jorge posee ese arte de denodar la poesía, de una manera clara y simple, pero que en el fondo es un ingeniero de la lengua castellana. Sus textos son, no sólo de indiscutible calidad estética, sino reflexivos e incluso filosóficos.»

Jorge Carrasco, según sus propias palabras, entró en la creación poética incentivado por la lluviosa y torrencial poesía de Pablo Neruda, el más universal y conocido de nuestros grandes poetas.

Al respecto, Jorge contó una reciente y desagradable anécdota: mientras departía con un grupo de poetas en Pucón, mencionó el nombre de Pablo, una de las poetas le dijo, sin ambages:

—Ni menciones a ese conchesumadre

Jorge se quedó de una pieza, no supo o no pudo responder a la colérica feminista. Lamentó, entre nosotros, ese descrédito de Neruda que se ha extendido en Chile, en virtud de acusaciones y juicios extemporáneos —y aún mal informados— que pretenden llevar al poeta a una especie de juicio ético sumario, ajusticiándolo en el patíbulo de la moralina contemporánea.

Un paréntesis que avivó las llamas de nuestra tertulia, sirviendo de dinámica agitación para encender, más aún, el diálogo compartido entre pares, mientras la fría noche invernal nos caía encima, en la premura vertiginosa del tiempo grato, de esas horas que quisiéramos alargar, desafiando el ritmo de chronos.

Pasadas las nueve de la noche, nos despedimos del poeta, ideando viajes y regresos, tal si fuéramos argonautas de las palabras.

¡Hasta siempre, compañero Jorge Carrasco!

 

 

 

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Edmundo Moure Rojas, escritor, poeta y cronista, asumió como presidente titular de la Sociedad de Escritores de Chile (Sech) en 1989, luego del mandato democrático de Poli Délano, y además fue el gestor y fundador del Centro de Estudios Gallegos en el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile, casa de estudios superiores en la cual ejerció durante once años la cátedra de Lingua e Cultura Galegas.

Ha publicado veinticuatro libros, dieciocho en Sudamérica y seis de ellos en Europa. En 1997 obtuvo en España un primer premio por su ensayo Chiloé y Galicia, confines mágicos. Sus últimos títulos puestos en circulación son el volumen de crónicas Memorias transeúntes y la novela Dos vidas para Micaela.

En la actualidad ejerce como director titular y responsable del Diario Cine y Literatura.

 

 

 

Edmundo Moure Rojas

 

 

Imagen destacada: Jorge Carrasco.