El querellante del denominado Caso Vampiros Literarios acude en defensa de María Teresa Johns, la valiente madre del asesinado Jorge Matute, y quien acusa al dueño de la Productora Fábula, Juan de Dios Larraín Matte, de haberla ofendido gravemente en el contexto de un encuentro sostenido por ambos en 2024 [NdlR].
Por Antar Venegas Novakovic
Publicado el 27.7.2025
«Eres una cobarde» fue lo que respondió Juan de Dios Larraín Matte a la madre de Jorge Matute, María Teresa Johns, cuando esta le dijo que por qué no había esperado a que ella se muriera para hacer su serie audiovisual. Todo esto en presencia del actual arzobispo de Santiago, cardenal Fernando Chomalí Garib, en una reunión sostenida en noviembre de 2024.
La «obra» a la que hace referencia María Teresa Johns es la serie de productora Fábula, propiedad de los hermanos Pablo y Juan de Dios Larraín Matte, que trata sobre la desaparición y el asesinato del joven Jorge Matute Johns. El crédito será distribuido mundialmente por la plataforma de streaming Netflix.
Me enteré de la noticia mientras hacia Scroll en mi celular. La Cuarta reproducía una entrevista realizada a María Teresa Johns en el medio Sala de Prensa. Al leer la nota inmediatamente pensé en mi madre que está, guardando cariñosamente las proporciones, en algo parecido, con los hermanos Larraín y Netflix.
Soñar, guardar, rajar tu cuerpo para que salga al mundo ese que es de dos, que proviene del amor. Criarlo, esperarlo, dormirlo, alimentarlo, acompañarlo, aconsejarlo, sufrirlo y amarlo hasta el final.
¿Para qué? Para ser robado, saqueado, profanado y olvidado. Porque eso es el plagio. Un delito despiadado, una verdadero expropiación cometida en contra de nuestro espíritu más íntimo.
La empresa Fábula vendió a Netflix un filme de título El conde, los guionistas son el director Pablo Larraín y el profesor de planta de la Escuela de Teatro de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Guillermo Calderón Labra.
Desde el 15 de septiembre del año 2023 Fábula y Netflix utilizan sin permiso parte de nuestro patrimonio.
Una obra de teatro escrita y registrada por mi hermano Sebastián (1971 – 2017) el año 2004 que, entre otras ocurrencias, propone al ya famoso Pinochet vampiro llamado Conde, en esta historia contada desde la sátira y la farsa: el montaje Ya no sueño contigo Augusto.
Nuestra madre, María Cristina, hacía clases a niños de primero a cuarto básico en una escuela de la comuna de San Ramón en los, en ese entonces, desafiantes cursos integrados por 45 alumnos.
No recuerdo la razón, un día como tantos fui a verla a la escuela. Su sala de clases quedaba en un primer piso que daba a la calle y para llegar a la entrada del colegio tenía que pasar por el frente de su sala. Tampoco recuerdo por qué, pero ese día me detuve detrás del tronco de un árbol frente a los ventanales y me quedé mirando. Fue como ver algo prohibido, ver a mi madre haciendo clases sin que ella me viera.
Me quedé como hipnotizado por esa imagen caída del cielo. De pronto mi mamá, seguro en medio de un dictado o algo parecido, miró hacia la calle y clavó sus ojos en el infinito borroso, pensando en quizás que cosa, mirando como cuando uno mira muy lejos hacia el pasado o imagina cosas imposibles. Ahí estábamos los dos, ella mirando al infinito y yo mirándola en secreto.
Eso recordé cuando apareció esta noticia de Fábula en mi pulgar. Pensé en la forma en la cual se ganaban la plata nuestros padres y en la manera impúdica que se ganan la plata los que empujan sin piedad la realización de este filme sobre Jorge.
Sin piedad ni menos empatía
El caso Matute es tan grande, tan gordo en proyecciones económicas desde el cine que no hay tiempo para sentir piedad o empatia. Ni Pablo, ni Juan de Dios y su equipo, ni los actores, siempre tan preocupados y encumbrados en los valores más nobles, pueden perder tiempo en eso: Alfredo Castro, Paulina García, Clemente Rodríguez, Héctor Morales, Camila Hirane, entre otros, ninguno tiene tiempo para eso, para la piedad y la empatía.
Todas estas personas, el equipo de Fábula, el guionista Pablo Manzi, el director Fernando Guzzoni y el ya conocido grupo de actores chilenos convocados para recrear la pesadilla vivida por la familia Matute Johns, todos corren locamente y a codazos a ese breve paseo por la tantas veces soñada alfombra roja.
Literalmente roja. Teñida de la sangre y el sufrimiento de nuestras familias; la de los Anguita Haeger, la de los Matute Johns, la de los Venegas Novakovic.
Son tan elegantes los dramaturgos chilenos. Los directores. Los actores. Tan de fotografiarse en blanco y negro. Tan llenos de ego. Tan santos. Tan separados del resto, así como intocables. Salen todo el día en la tele, pero no pertenecen a ese mundo superficial. Perviven separados del resto. Encaramados quién sabe donde. Hacen obras para la gente, pero viven tan tan lejos de todo.
Si. Son elegantes, pero carroñeros. Porque están todos avisados del daño que generan a estas familias. Así hacen, en este contexto. Buscan historias de sangre en la prensa, esperan la desgracia desde la altura que da el dinero, la fama o el apellido, desde ese lugar impune, ahí esperan la sangre o el día manso de quien ya no puede defenderse. Y a trabajar. ¡Acción!
«Esos carroñeros egocéntricos»
Mi madre hacía clases. Mi padre también. Así se ganaban la plata. Pero estas personas, estos «creativos abogados» o «abogados creativos», ya están avisados, ya se les pidió, ya se les imploró que paren. Todos ellos saben lo que están haciendo.
Todo este equipo de gente, estos artistas sensibles, más sensibles que el resto, estos carroñeros egocéntricos, se ganan la plata despedazando a estas madres que han pedido respeto una y otra vez por sus hijos muertos.
Hay que pensar en eso, en cómo llevan los hermanos Larraín, Guillermo Calderón, Rocío Jadue y demás productores, el pan a su mesa, cómo paran la olla.
Hay que decirlo, porque ya se encuentran avisados que están ocasionando tortura psicológica a estas familias, basta ver la última entrevista a María Teresa Johns, que así están pagando las cuotas de los colegios de sus hijos, sus vacaciones familiares, sus cuentas de luz y demás. En la práctica, así es como lo hacen. Pisotean nuestra sangre. Lo hacen frente a familias que siguen vivas, frente a nosotros, que seguimos amando a nuestros hijos y hermanos fallecidos. Es terrible.
A todo esto, en esa reunión donde el productor Juan de Dios Larraín trata de «cobarde» a la madre de Jorge Matute Johns, entiendo que también se encontraba el arzobispo de Santiago Fernando Chomalí Garib. Me pregunto: ¿Cómo fue eso? ¿Habrá escuchado la frase «eres una cobarde»? O ¿Juan de Dios espero que María Teresa Johns estuviera a buena distancia del arzobispo y de su hijo Alex para responder? ¿Habrá dicho algo su Excelencia al respecto?
¿Quién va a parar a estos productores y su forma de comportarse?
«Salí a buscar a mi hijo con lluvia, con truenos, con viento, tomé insolaciones, caí en la clínica con neumonía, lo busqué a Coke hasta en los basurales. Cuando me decían que estaba en Santiago, en Lampa, en los basurales, ahí estaba yo con la gente de la comisión para la verdad y la vida».
Esto relata María Teresa Johns al ser entrevistada por Matilde Burgos el año 2015 cuando se informa que su hijo había sido asesinado.
Después de décadas de martirio, porque habría que hacer parir a Juan de Dios un hijo guardado dentro, habría que hacerlo amamantar, para evitar tal vez hablar esa basura que habló. Después de décadas de martirio, después de todo, Juan de Dios Larraín le dice a María Teresa: «Eres una cobarde».
Luego de decir lo que dijo debemos entender que Juan de Dios va a «parar la olla» con esa tragedia familiar que va a vender a Netflix.
Después de todo, eso es lo que es María Teresa Johns para Juan de Dios Larraín, una cobarde.
Me pregunto, ¿quién va a parar a esta gente y su forma de comportarse? Porque no podemos seguir así. Cada vez habrá más familias oponiéndose a ser utilizados por estas empresas. A ser exhibidos cruelmente por actores y actrices cegados por la fama.
No se trata de prohibir todo, de no poder contar historias. Se trata de respeto, de piedad, de empatía. Se trata de pensar en el otro. De tratar de sentir qué siente el otro.
Falta algo en esta máquina de hacer películas. Una pieza o mecanismo entre la codicia y las familias dueñas de las historias.
No sé cómo es esa cosa que falta, pero falta. Y deberíamos pensar en arreglarlo.
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Antar Venegas Novakovic (1972) es un escultor, diseñador y mueblista chileno.

Alexei Vergara Aravena ha sido un defensor de los intereses de la Productora Fábula en la «interna» de la PUC

El académico PUC Guillermo Calderón Labra
Tráiler:

Antar Venegas Novakovic
Imagen destacada: María Teresa Johns y Juan de Dios Larraín.