Debate: «La cola del diablo»: Las malformaciones del Chile contemporáneo

La última obra de ficción del escritor nacional Ramón Díaz Eterovic (en la fotografía) es una novela necesaria y urgente, que dialoga con el presente de un apocalíptico país, donde su personaje Heredia, al estilo de un detective-sociólogo, retrata una realidad triste, que determinada por las redes de curas pedófilos, resulta pesadillezca, pero tan real como las calles por las cuales diariamente caminamos.

Por Joaquín Escobar

Publicado el 24.12.2018

El viejo y querido detective Heredia vuelve a la carga. Más cansado, más ojeroso, más rebelde. Después de varias andanzas (con hálitos de batallas urbanas), retorna a Punta Arenas, escenario de su novela Nunca enamores a un forastero, publicada por LOM hace más de quince años.

Motivado por la llamada de una vieja amiga, Heredia se traslada a la ciudad más austral del mundo. Marta, una veinteañera que asiste regularmente a una parroquia, lleva ocho meses desaparecida. Luego de una confusa fiesta, en la que participaron hombres ligados a la Iglesia, se le pierde el rastro. Hay quienes dicen que está muerta. Hay quienes dicen que se fugó con un amante. Hay quienes dicen que es víctima de una red de trata de personas. Todas son hipótesis, conjeturas de pueblo, que a la velocidad de un volcán en erupción, se apoderan de una ciudad que tiene como bandera la quietud.

Ramón Díaz Eterovic en toda la saga herediana, ha retratado los contextos político-sociales por los que atraviesa el país. Nada es ajeno a su tiempo social, por lo mismo, está constantemente dialogando con las mutaciones (y malformaciones) del Chile contemporáneo. Así como en La ciudad está triste fue la dictadura, o como en El color de la piel fue la numerosa llegada de inmigrantes peruanos a Chile, en La cola del diablo aparece la decadencia de la Iglesia Católica y sus innumerables abusos de poder.

Heredia, con oficio, experiencia y un olfato único para desestabilizar versiones oficialistas, pregunta donde la policía no lo hace. Callejeando y entrando a oscuros bares, conoce pintorescos personajes, que se debaten entre existencias melancólicas y solitarias. Son ellos, perdidos en la rutinaria vida de provincia, quienes lo ayudan en la resolución de sus investigaciones. Un ex boxeador y una silenciosa trabajadora, entregan datos valiosos sobre la desaparición de Marta. Heredia se sumerge, bucea en un océano de mierda institucional, y pese a sus años, nunca deja de sorprenderse de los tentáculos nefastos que trae consigo el poder.

Cuando la novela avanza y se presenta como un escenario de total desolación, una noticia que camina desde el pasado remueve las vísceras de Heredia, enfrentándolo a un desafío para el cual jamás creyó estar preparado.

La cola del diablo es una novela necesaria y urgente que dialoga con el presente de un apocalíptico país. Heredia, al estilo de un detective-sociólogo, retrata una realidad triste, que determinada por redes de curas pedófilos, resulta pesadillezca, pero tan real como las calles por las cuales diariamente caminamos.

 

Joaquín Escobar (1986). Escritor, sociólogo y magíster en literatura latinoamericana. Reseñista del diario La Estrella de Valparaíso y de diversos medios digitales, es también autor del libro de cuentos Se vende humo (Narrativa Punto Aparte, 2017). También es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

 

Novela «La cola del diablo», de Ramón Díaz Eterovic (Lom Ediciones, Santiago, 2018)

 

 

El crítico y escritor chileno, Joaquín Escobar

 

 

 

Crédito de la imagen destacada: El escritor chileno Ramón Díaz Eterovic, por Ojo en Tinta (http://www.ojoentinta.com/).