«Dolor y gloria», de Pedro Almodóvar: Lo que el cuerpo sabe

El último filme del director español constituye una de sus obras audiovisuales mayores: con dos nominaciones al Oscar 2020, también fue premiada en Cannes 2019, debido a la calidad de la actuación protagónica desplegada por Antonio Banderas en su desarrollo.

Por Sergio Inestrosa

Publicado el 21.4.2020

Una noche de estas, encerrado como estoy en casa, vi la última película de Almodóvar titulada Dolor y gloria. La obra cuenta con una extraordinaria actuación de Antonio Banderas, quien hace el papel del famoso escritor y director Salvador Mallo y carga con la mayor parte del filme; un alter ego del propio realizador, pues parecería que el punto de partida del filme es la propia vida de Pedro Almodóvar.

La película se llevó el Goya de este año al mejor director y a la mejor película y Antonio Banderas se quedó con el galardón al mejor actor en el Festival de Cannes de 2019. Rotten Tomatoes le da un 97% de aprobación mientras que Metacric le da un 87% e IMDb le da un 7.6/10 de aprobación.

Según los críticos, este filme cierra un ciclo de Almodóvar que incluye cintas como La mala educación (2004), La ley del deseo (1987), en las cuales vemos a directores de cine que abordan el tema del deseo y la ficción. Los especialistas afirman que el mismo Almodóvar ha dicho que esta película fue un proyecto muy especial pues aborda la creación, cinematográfica y teatral y refleja la imposibilidad de separar el arte de las experiencias de la vida propia.

El reparto masculino de Dolor y gloria cuenta con tres actores muy destacados y además muy guapos: Antonio Banderas, Asier Etxeandia y el argentino Leonardo Sbaraglia y completan el reparto Penélope Cruz, Julieta Serrano y Gloria Navas.

En esta película Almodóvar vuelve a sus temas preferidos que bordan lo personal con el deseo y la gloria; en este caso un tema de un director de cine que reflexiona sobre las elecciones hechas durante sus años productivos como escritor y realizador, y cómo esas decisiones del pasado todavía lo persiguen en el presente complicando sus múltiples achaques corporales, de allí la parte del “dolor” en el título; en cuanto a la “gloria”, el director Salvador Mallo —quien es un famoso cineasta que lleva tiempo alejado de los reflectores—, y que sin embargo cuando vuelve a poner una de sus obras (una confesión de su pasado) en escena, tiene un éxito total.

Aquí le dejo al lector, una sinopsis de lo que es la película: El director de cine español Salvador Mallo (Antonio Banderas) se encuentra en medio de una crisis creativa, que se ve además afectada por varias dolencias físicas y mentales justo cuando una de sus películas anteriores Sabor ha sido relanzada. Por esta razón, Salvador visita a Alberto Crespo, el actor principal de la cinta, con quien no ha hablado durante muchos años, pues tuvieron una disputa acerca de la actuación del actor en ese filme.

Alberto introduce a Salvador en el uso de la heroína (que le ayuda con sus ansiedades y dolores); y en esos viajes Salvador revive algunas de sus experiencias de la infancia: como cuando se muda a una casa que en verdad era una cueva, blanqueada por su padre con cal; allí Salvador le enseña a leer a un trabajador quien hace una pintura de él.

Después descubriremos que en uno de esos cuadros hay una «carita» que el pintor le escribió a Salvador y en la que le agradece que le haya enseñado a leer y a escribir.

Salvador quien se había comprometido a asistir a la presentación del filme acepta una llamada por teléfono y en ella ventila, ante el público que acaba de ver la proyección de la cinta en una cine club, su juicio sobre la actuación de Alberto, quien en ese momento está en su apartamento y escucha lo que dice de él y esto ocasiona una pelea.

Una tarde en que Salvador está acostado en un sofá mientras está en uno de sus viajes por efecto de la droga, Alberto se mete a su computadora y lee un monólogo de Salvador y le pide que lo deje interpretarlo, que esto es para él y cuando hace la actuación, en el teatro, está por casualidad sentado Federico (Leonardo Sbaraglia), quien está de visita en Madrid; después de ver la representación Federico llama a Salvador y va a visitarlo y hablan del su pasado juntos y del presente de cada uno; después Federico se va.

Poco después Salvador visita al médico y le pide ayuda con la droga y con un problema en la garganta que lo hace ahogarse al tomar líquidos. En uno de los muchos flashback que tiene la película, vemos a Salvador hablando con su madre, ahora ya mayor (Julieta Serrano), quien le da instrucciones para su entierro.

Una mañana, la asistente de Salvador le entrega una invitación para una exposición de arte y allí ve una pintura en la que se reconoce de niño. Su memoria regresa a la cueva cuando el trabajador estaba alicatando la cocina. El trabajador se detiene para dibujar a Salvador sentado al sol, luego dice que necesita bañarse.

Al final de la película vemos a Salvador, el que se somete a una cirugía. En la escena final, vemos al director de niño y su madre joven (Penélope Cruz), quienes están tratando de dormir en una terminal de tren. La cámara retrocede y nos muestra la filmación de la misma escena, pero esta vez vemos a Salvador detrás de la cámara, recreando un recuerdo de su infancia en el cine.

Esta última escena, me parece de una genialidad por parte de Almodóvar, pues vemos a Salvador de niño junto a su mamá, y a Salvador, como director, que ha superado su crisis creativa.

 

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Sergio Inestrosa (San Salvador, 1957) es escritor y profesor de español y de asuntos latinoamericanos en el Endicott College, Beverly, de Massachusetts, Estados Unidos, además de redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

 

 

Tráiler:

 

 

Sergio Inestrosa

 

 

Imagen destacada: Un fotograma de Dolor y gloria, de Pedro Almodóvar (2019).