Antes de su publicación por la independiente Ediciones Volpone, esta novela del escritor chileno Mario Stein Blau se hizo merecedora del premio al primer lugar en el Concurso Literario Pedro de Oña 2020, un prestigioso galardón que otorga anualmente la Ilustre Municipalidad de Ñuñoa.

Por Aníbal Ricci Anduaga

Publicado el 17.4.2024

La novela muestra sus cartas desde el inicio: hay una muerte y a continuación el occiso narra los eventos que lo llevaron a ese deceso, mucho más infernales que el final que le depara el destino. Recordé ese guion portentoso de El crepúsculo de los dioses donde una vieja actriz del cine mudo, de ego desmesurado, da cuenta del humilde guionista que relata la historia de su deceso.

Estamos en presencia de un empresario de buen pasar, en una historia que transcurre durante el nuevo milenio. El autor propone una lucha de egos que obran con cierta maldad, todo condimentado con escenas de sexo y llenas de detalles dignos de Casanova.

Sin embargo, el asunto es que hay hijos de por medio y por tratarse de estos tiempos, hay mediación de una «maestra» como le denominan sus pacientes a la psicóloga de la terapia de pareja a la cual se somete Gregorio, que ha evitado separarse de su antigua mujer, debido a la incontinencia verbal de Aída, su nueva conviviente.

El comienzo y el final de la novela han sido urdidos meticulosamente por su autor, el escritor chileno Mario Stein Blau (1946), a través de transiciones narrativas llenas de imágenes transcurridas durante la vida de Gregorio, pero que al final dan cuenta de un desenlace que el protagonista no merecía y en un escenario para nada glamoroso.

Los dos personajes principales, Gregorio y Aída, son antagonistas de fuste. Gregorio está cansado de las sangrías de dinero a las que lo somete esta mujer, para ayudar a una «suegra» y hermanos para nada agradecidos. Aída al parecer es muy bella y por consejos de la psicóloga ofrece sexo a cuentagotas a cambio de favores pecuniarios.

Será un juego macabro y antes de su final abrupto, Gregorio le detalla a la psicóloga de pacotilla los eventos que lo llevaron a sentir un odio parido contra la madre de sus hijos.

Cuando el amor se acaba

El sexo es un motor importante de nuestras vidas y administrarlo como moneda de cambio puede resultar peligroso, sobre todo para un protagonista amante de los placeres carnales. Ante los cada vez más exiguos encuentros maritales, Gregorio busca satisfacer sus necesidades en otras mujeres a las que cita unos pisos más arriba de su oficina.

Aquella situación es un asunto sexual claramente movido por la venganza, pero cuando Gregorio se da cuenta de que ha sido objeto de un maquiavélico plan para esquilmarlo, que nunca hubo una mínima cuota de amor, él mismo construye una contrainteligencia para deshacerse de la mujer que ha hecho un infierno de esta vida terrenal.

Incluso le buscará amante con tal de extorsionarla y terminar con la farsa. Aída contrata a un abogado para hacerse la víctima, pero la jueza dicta una razonable pensión alimenticia que es apenas una porción de su desmedida ambición.

Tal como ocurre en Crónica de una muerte anunciada, el gran mérito de la novela es la minuciosidad con que Mario Stein dibuja a los personajes, unas voces narrativas muy bien logradas, donde hay que rescatar el poderío de las voces femeninas, de gran inteligencia, donde algunas optan por los bajos recursos con el objetivo de profitar de la fortuna del protagonista.

Gregorio no sólo recurre al sexo casual con las féminas. Ya en ánimos de venganza tendrá sexo con la hermana menor e incluso con la tía de Aída.

Mario Stein se contagia de esa venganza visceral y reservará las mejores escenas de sexo a estos últimos personajes, aparte de los episodios gloriosos con la gringa amiga de la hermana; mujer brillante y práctica como él, ante la cuál no podrá verse la suerte (entre gitanos, se entiende).

La gringa es su alter ego femenino, con quien se sincera y le confiesa su malestar profundo: la cárcel sin sexo dentro de la propia casa que ha mantenido a flote durante esos años, un verdadero infierno.

Con todo, los eventos de agresión son dignos de una ópera, pero tan comunes en los tiempos que corren, cuando el amor se acaba y comienza la sucesión de amantes. Odio llevado hasta los últimos términos, porque Aída de embaucadora, empieza a transitar el camino de víctima despechada y como no logra resarcirse económicamente del mal sufrido (bastante cara dura en su apreciación) entonces actúa como el perro del hortelano, no precisamente en tono de comedia, sino de una forma que terminará con ella misma en la cárcel.

La venganza ciega a ambos, pero Gregorio jamás aventuró la furia de una representante del sexo opuesto, aquellas que tanto placer le han prodigado desde que tuvo uso de razón.

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Aníbal Ricci Anduaga (Santiago, 1968) es un ingeniero comercial titulado en la Pontificia Universidad Católica de Chile, con estudios formales de estética del cine cursados en la misma casa de estudios (bajo la tutela del profesor Luis Cecereu Lagos), y quien también es magíster en gestión cultural de la Universidad ARCIS.

Como escritor ha publicado con gran éxito de crítica y de lectores las novelas Fear (Mosquito Editores, 2007), Tan lejos. Tan cerca (Simplemente Editores, 2011), El rincón más lejano (Simplemente Editores, 2013), El pasado nunca termina de ocurrir (Mosquito Editores, 2016) y las nouvelles Siempre me roban el reloj (Mosquito Editores, 2014) y El martirio de los días y las noches (Editorial Escritores.cl, 2015).

Además, ha lanzado los volúmenes de cuentos Sin besos en la boca (Mosquito Editores, 2008), los relatos y ensayos de Meditaciones de los jueves (Renkü Editores, 2013) y los textos cinematográficos de Reflexiones de la imagen (Editorial Escritores.cl, 2014).

Sus últimos libros puestos en circulación son las novelas Voces en mi cabeza (Editorial Vicio Impune, 2020), Miedo (Zuramérica Ediciones, 2021), Pensamiento delirante (Editorial Vicio Impune, 2023) y la recopilación de críticas audiovisuales Hablemos de cine (Ediciones Liz, 2023).

«Los condimentos del infierno», de Mario Stein (Ediciones Volpone, 2021)

Aníbal Ricci Anduaga

Imagen destacada: Mario Stein.