[Entrevista] Escritor R. D. Digory: «El mundo fantástico es una especie de Iquique paralelo»

El joven autor de «Lis, luz y oscuridad» dialoga en torno a los temas de su singular novela y ópera prima: niños scouts con poderes mágicos, junto a sus animales tótems, quienes personifican la confrontación entre luz y oscuridad, en una alianza secreta entre el mundo de los espíritus y la realidad convencional.

Por Francisco Marín-Naritelli

Publicado el 23.12.2023

«No soy muy supersticioso, pero pediré un deseo: que su proyecto pueda ejecutarse con toda la tranquilidad del mundo. Que pueda demostrar lo que es y lo que puede llegar a crear en estos tiempos donde la inmundicia está al acecho de mentes a las que les han quebrado cada uno de sus sueños».
R.D. Digory

Niños scouts con poderes mágicos, junto a sus animales tótems, encarnando la lucha entre luz y oscuridad, en una alianza secreta entre el mundo de los espíritus y el humano. Diez elegidos, tiempo después, intentando restablecer la paz en la tierra de Lis.

De eso y más trata Lis, luz y oscuridad (Áurea Ediciones, 2023), una novela de un poco más de 400 páginas que mezcla ogros, sirenas, brujas o elfos, con guerras mundiales, incluyendo al mismísimo Nikola Tesla, con un trasfondo autobiográfico e iquiqueño, donde la experiencia scout cumple un rol determinante.

Hablamos con R.D. Digory, seudónimo de José González (Iquique, 2000), escritor y estudiante de último año de Comunicación Audiovisual del Instituto Profesional Santo Tomás, en exclusiva para Cine y Literatura.

 

«Lo bueno y lo malo o la luz y la oscuridad»

—Aunque es más que evidente la referencia a la flor de lis en cuanto símbolo, cuéntame del título.

—El origen del título viene de dos partes. La primera y más evidente son los scout, haciendo una referencia a la flor de lis. Por eso el título comienza con la palabra Lis. Como también la misma palabra hace un guiño al primer manuscrito que hice sobre esta historia, que se llamaba «el maravilloso mundo de lis».

Y la segunda viene de un momento oscuro de mi vida, en el cual estaba sumergido en una depresión y al navegar por internet encontré a un psicólogo que es mexicano, llamado Farid Dieck. Al ver sus videos me topé con uno sobre una conversación entre una abuela y su nieto, en donde hablan del cuento de los dos perros, uno blanco y uno negro, representando lo bueno y lo malo o la luz y la oscuridad.

Por esos entonces había mandado ese primer manuscrito a una editorial grande. El texto se rechazó a los tres meses y esa situación calzó con un cambio desde mi ciudad natal que es Iquique a Santiago por estudios. Al momento de leer la carta y creo como cualquier escritor, uno comienza a preguntarse qué tiene de malo la obra.

En realidad, ni me gustaba la historia y fue un momento decisivo de mi vida, en donde comencé a redescubrir ese mundo que había imaginado para sacar elementos y colocar otros que le dieran un sentido que a mí me gustara y ahí apareció la otra parte del texto que es «Luz y oscuridad».

Que, a grandes rasgos, desde la propia narración hasta en la acción de los personajes, aparece esta analogía o búsqueda del equilibrio filosófico sobre la luz y la oscuridad.

 

«Tengo dislexia»

—¿Cómo fue el proceso de formación del libro? ¿Hubo dificultades? ¿Cuáles fueron tus lecturas e inspiraciones?

—Con el primer manuscrito fue descubrir la escritura en las historias más largas, porque antes era un hombre de relatos e incluso frases pequeñas o si me voy más atrás solo de poemas.

Al verme con un rechazo editorial en mis manos, me pregunté si de verdad quería ser escritor y comencé a educarme con algunos cursos pequeños y consejos que fui leyendo, para así entender mi propia escritura a base de las cosas que me gustaba leer. Porque si bien, me gusta la fantasía, también leo novelas de suspenso, además de ver películas.

Y menciono las películas porque el estar en una carrera como comunicación audiovisual, donde nos hacen ver muchos cortometrajes y entender sus narrativas, tanto visuales como literarias desde sus guiones e ir criando un ojo crítico, llegué a entender mucho más fácil el cómo poder articular historias desde lo técnico y al traer un espíritu artístico, esto se sincronizó en lo que ya venía trabajando hace un tiempo. Y así entender cómo hacer una historia de principio a fin con la complejidad de diez personajes en una novela.

Estudiar audiovisual me dio la facultad para poder terminar lo que alguna vez comencé sobre la literatura.

Sobre las dificultades creo que el mayor reto fue darle coherencia a las palabras que quería transmitir. Porque tengo dislexia y al enfrentarme a una lectura más seguida con casi cuarenta libros leídos durante mi cuarto medio, más la transformación de una supuesta debilidad como esta y añadirlo como una fortaleza, dándole al texto la facultad de palabras inventadas, pero extraídas de distintos idiomas entregándole una coherencia única, pude crear algo que nunca imaginé y la otra es escribir una novela al comenzar a estudiar una carrera. Que igual es complicado porque los tiempos no son los mismos y hay un esfuerzo y voluntad extra al realizarla en medio de una carrera.

Y, por último, mis lecturas e inspiraciones son una extraña combinación entre Stephen King, J. K. Rowling, Cortázar, Lovecraft y hasta Agatha Christie, como también la serie Peaky Blinders para capturar el sentimiento de postguerra. Y como fuente de inspiración principal fueron los scout y ver que las historias reales que estaban ahí, nadie las había tomado antes.

 

«La vida misma y los misterios que aún no nos revelan»

—Hay cierta cosmología, un sentido mítico en tu novela encarnado en la lucha entre el bien y el mal, saltando de mundos y espacios diferentes, ¿por qué narrar desde ese imaginario mágico?

—Tiene que ver con mis propias experiencias scout y el lugar donde nos reuníamos, que era el puerto de Iquique. En donde uno entraba y todos tus problemas desaparecían por un par de horas, como si esa zona estuviera protegida por algo más grande.

De hecho, el mundo fantástico es una especie de Iquique paralelo. Donde podemos encontrar el puerto, el desierto árido, el mar, aguas subterráneas, entre otros escenarios como la famosa torre del reloj de la plaza Prat. Además de que cada Aldea es la representación de los grupos scouts de la zona Iquique como Empori, Don Bosco, Mafeking y así sucesivamente, pero con otros nombres.

El libro cobra una importancia sobre la vida misma y los misterios que aún no nos revelan. Como también el paso de la adolescencia a la adultez y lo más importante es que en realidad los scout son héroes sin capa, pero con pañolín. Se le debería dar un significado mayor el ser scout.

Hay muchas personas destacadas en el mundo que alguna vez lo fueron como Neil Armstrong, Mariah Carey, JK Rowling, Jimmy Hendrix, Steven Spielberg, quien durante sus años de niñez encontró el gusto por hacer películas dentro de los scouts.

Aquí en Chile tenemos algunos rostros famosos como Edo Caroe, Francisco Saavedra del programa «Lugares que hablan» u otros del internet como Francisco Fernández que es más conocido como Panchoso o Diego Jerez, también conocido como Ni tan Zorron. Los dos últimos pertenecen al mundo de YouTube. Muchas personas alguna vez han sido scout, pero es como un recuerdo más en ciertas ocasiones.

Luego, al darle a esta historia el elemento de que los scouts son como héroes escondidos, casi como los Power Rangers o los mismos superhéroes de Marvel, es plantar que los scouts también somos relevantes en la sociedad, tanto actual como hacia atrás en la historia.

Los Power Rangers son el sentido mítico que me gustaba ver desde pequeño y que se fue amplificando al conocer el movimiento y los tótems que son los animales que representan las patrullas.

 

«La escritura es mi forma de dejar el mundo mejor de cómo lo encontré»

—¿Cuánto de tu experiencia scout se refleja en la novela?

—Creo que mucha, dado que yo también tengo una participación dentro de la obra como uno de los protagonistas. Soy el personaje de Arthur, que es un joven que antes de conocer al resto de los elegidos, pensaba que estaba algo solo en este mundo.

Scout cambió mi vida y adentro fui aprendiendo cómo vencer mis propios miedos, cómo crecer como persona y que la mayor virtud de un scout son sus ganas de dejar el mundo mejor de cómo lo encontró.

La escritura es mi forma de dejar el mundo mejor de cómo lo encontré. Las historias siempre están a nuestro alrededor, solo hay que saber cómo contarlas. También hay otras situaciones que experimenté antes, pero lo más valioso de la historia es el cómo nuestros ambientes sí son importantes para formarnos como personas, haciendo que tenga un carácter psicosocial en virtud de ser héroes en un mundo desconocido.

 

«Un lado de Baden-Powell mucho más humano»

—¿Por qué Nikola Tesla y la Primera Guerra Mundial?

—Nikola Tesla surge a través de la investigación. En el primer manuscrito hablaba de Baden-Powell como un hechicero mágico, pero no tenía un origen definido. Por lo que al investigar la época en que vivió para retratar bien la historia, en donde los avances tecnológicos eran menores a lo que hoy conocemos.

Me apareció Tesla como uno de los que ayudó en la invención de la radio. Y que dio pie a que la ciencia y magia se unieran para fortalecer a estos dos personajes en una amistad ficticia, pero valiosa para el relato. Y la Primera Guerra Mundial es porque los scout sí participaron en la guerra.

De esto no se tienen muchos registros históricos, pero su participación no fue con armas ni matando gente, sino que, ayudando en puestos como primeros auxilios, mensajeros, entre otros y esto sería vital para la historia inventada de Powell, ya que es el detonante como se le conoce en el mundo del cine. En donde pasamos de una situación inicial en que todo es normal, hasta que hay un evento inesperado que obliga al protagonista a salir de su zona de confort.

Era perfecto para tener un lado de Powell mucho más humano y que a través de una acción casi divina cambiara las situaciones horribles, que en verdad sí ocurrieron en la guerra con muertes de inocentes.

 

El trabajo detrás de un libro

—Sabemos lo difícil que es publicar, y el importante rol que cumplen las editoriales independientes para aportar diversidad a la ecología del libro, ¿cómo fue el trabajo con Áurea?

—Fue enriquecedor publicar con Áurea, primero para conocer de una manera más directa y entretenida el proceso de edición. Desde comunicarme con el mismo ilustrador de la portada, hasta la persona que me iba a corregir el texto.

Si bien es algo extenso por todo el trabajo que hay detrás, que lo comparo con la realización de un cortometraje o una película, donde hay varias cosas que hacer en la edición de un libro, pero vale la pena ver el resultado final. Que es tener un libro de buena calidad escrito por uno mismo en una versión física y verlo en alguna estantería de librería no tiene precio.

 

«La intención de abrir un multiverso»

—Entiendo que esto es una trilogía, ¿dónde se ubica este libro en particular?

—En realidad es una saga. Llegando a la conclusión de dos eventos. Uno tiene que ver con que hasta el momento no existía una novela de fantasía scout y por lo mismo, tampoco una saga y el otro es el momento en el que estaba por enviar el primer manuscrito del maravilloso mundo de lis, donde me llegó un comentario de una persona diciéndome que para qué iba a escribir una fantasía, si ya había tantas fantasías escritas como Harry Potter, Las crónicas de Narnia o El hobbit.

Y me propuse poner a mis personajes en un mundo donde se tienen que conocer de nuevo y mientras avanzan los libros que se van mezclando con otros géneros e historias.

El lector va descubriendo el origen de cada uno, siendo diez, con la intención de abrir un multiverso para que todas las historias que escriba de aquí hasta que me muera tengan una conexión entre sí, incluyendo historias fuera de lo que es Lis.

 

«Lo difícil que es ser joven en este mundo»

—¿Qué significa hacer literatura en un contexto actual, con bajas índices de lectoría y donde los espacios de crítica se han reducido significativamente?

—Creo que significa un reto, en donde debemos en pocas palabras atrapar a futuros lectores y que ellos mismos propaguen los libros, incluso a personas que no tienen el hábito de leer. Como dijo J.K. Rowling: «si no te gusta leer, es porque aún no has encontrado el libro correcto».

 

—¿Qué le podemos decir a la gente que piensa leer tu libro? ¿Con qué se van a encontrar?

—Se van a encontrar con una novela intensa de muchas emociones como lo es la alegría o la tristeza. Incluso yo lloré al final. Este texto se destaca por tener distintas aventuras en cielo, mar y tierra, como también diversas épocas históricas. Desde la Primera Guerra Mundial hasta hitos históricos como el Motín del Té e incluso historias cinematográficas que pasan del romance al terror en un par de páginas. Referencias hacia la literatura, la pintura o el cine.

Y como plato fuerte, una gran historia que hace que los scout dejen de ser referencias en la televisión o en el cine y comiencen a ser héroes que salvan mundos. Siguen siendo personas normales, pero con poderes que se asemejan a los Power Rangers, los superhéroes de Marvel, Las crónicas de Narnia, Digimon o Avatar.

Una historia que se puede leer como una fantasía más o una historia con una profundidad filosófica y psicológica de lo difícil que es ser joven en este mundo, tanto en épocas de guerra como en las actuales. Y como siempre digo: Bienvenidos a la tierra de Lis, donde los scout somos más que referencias.

 

 

 

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Francisco Marín-Naritelli (Talca, Chile, 1986) es periodista y magíster en comunicación política (titulado doblemente en la Universidad de Chile), y doctorando en periodismo de la Universidad Complutense de Madrid (España).

Asimismo es profesor en la Universidad Andrés Bello y un prolífico escritor nacional, cuyas últimas publicaciones son el libro de cuentos Interior con ceniza (Ceibo Ediciones, 2018), el volumen experimental de El perfecto transitivo (Filacteria, 2019) y Aguante! (Filacteria, 2021).

Igualmente fue el director titular y responsable del Diario Cine y Literatura, entre agosto de 2017 y mayo de 2020.

 

«Lis, luz y oscuridad», de R. D. Digory (Áurea Ediciones, 2023)

 

 

 

Francisco Marín-Naritelli

 

 

Imagen destacada: R. D. Digory.