«Gabriela Mistral. Somos los andinos que fuimos», de Magda Sepúlveda: Un nuevo espacio sexo-genérico

El fascinante recorrido que realiza la investigadora chilena nos permite acceder a distintos ángulos de una figura tanto elusiva como provocativa, un verdadero icono nacional que se presenta a través de fotos documentales, ilustraciones de Cecilia Vicuña, símbolos plásticos variados -como la performance realizada por Bernardo Oyarzún-, e imágenes de prensa. También, la autora acude a referencias provenientes de la antropología, la música y las artes visuales, a fin de fundamentar su convincente ensayo.

Por Nicolás Poblete Pardo

Publicado el 2.9.2018

La reciente publicación de Magda Sepúlveda, Gabriela Mistral. Somos los andinos que fuimos (Cuarto Propio, Santiago, 2018), comienza con una pregunta clave que enlaza relevantemente nuestra realidad social y sociológica con el magno legado literario de la Mistral. En “Los estudios culturales trasandinos” Sepúlveda explica que “Chile está bajo el porcentaje de 11, 3 por ciento de sujetos migrantes de los países desarrollados, no obstante, la opinión pública percibe que el país se ‘está llenando de inmigrantes”, para luego preguntarse: “¿Cómo puede contribuir la literatura a generar parcelas de humanidad?”. Esta pregunta es la que moviliza su investigación, y, a partir de ella, entendemos que “lo trasandino apunta a reflexionar y analizar las formas que asume la representación de los sujetos trashumantes en los Andes y su vinculación comunitaria”.

Para consolidar su investigación en este cuidado armazón, Sepúlveda hace un detallado recorrido de la figura de la Mistral por distintos escenarios culturales. Una de las miradas más interesantes es la que vemos a través de su figura desde el imaginario social: “Mistral ha jugado distintos roles en el imaginario nacional de diversas épocas. La dictadura de Pinochet construyó una Mistral materna, cuya función era el ejercicio fuerte y severo en la educación de los hijos. Esta imagen pude verse en el primer billete de cinco mil pesos creado en 1981, donde una Mistral de perfil mira la escultura de una madre con sus hijos”. Otra percepción nos lleva a momentos históricos más recientes: “En la segunda década del dos mil, se enfatiza la figura de una subjetividad lésbica desafiante; en este giro de ciento ochenta grados la imagen de Mistral maternal y severa, se puede destacar el dibujo de portada del escritor Jorge Baradit, en Historia secreta de Chile III, quien retrata una Mistral punky y con el nombre de Doris tatuado en el cuello”. De este modo, vemos que el foco empieza a privilegiar una postura política, desde el momento en que el libro se propone discutir “la figura de Mistral que el imaginario nacional de los años sesenta fomentó, planteando que la labor de apoderada de los indígenas no corresponde a su poesía”.

El fascinante recorrido que realiza Sepúlveda nos permite acceder a distintos ángulos de una figura tanto elusiva como provocativa; un verdadero icono nacional que se presenta a través de fotos documentales, ilustraciones de Cecilia Vicuña, iconografías variadas, como la de la performance de Bernardo Oyarzún, imágenes de prensa. También se acude a referencias provenientes de la antropología, la música y las artes visuales. Este abordaje múltiple le permite al volumen transformarse en una referencia espléndida para acercarse a la obra de la Mistral y profundizar en su legado, pues el revelador análisis de Somos los Andinos que fuimos destaca por su estilo elegante e inquisitivo, y expone sus materiales y argumentaciones con rigurosidad, soltura y convicción.

A través de una cuidadosa selección de poemas (un verdadero trabajo curatorial), Sepúlveda organiza su corpus dedicando capítulos a publicaciones ya canonizadas, como Desolación, Ternura, Tala, Lagar y Poema de Chile. Finalmente, Sepúlveda concluye que el vanguardismo de Mistral “consistió en la performance de un personaje público que contravenía los estereotipos de género”, ya que “no estuvo dispuesta a ser la musa ni la poeta atormentada. Su vanguardismo fue desarrollar una agenda literaria que incorporó formas discursivas andinas, representarse a sí misma como parte de esa cultura y valorar las conductas de mujeres rechazadas por la cultura patriarcal”. Sepúlveda finaliza su exhaustivo estudio afirmando que la Mistral “creó un nuevo espacio sexo genérico y desarrolló una zona trasandina donde todas y todos podemos reconocernos en dignidad”.

 

Nicolás Poblete Pardo es escritor, periodista y PhD en literatura hispanoamericana por la Washington University in St. Louis, Estados Unidos. En la actualidad ejerce como profesor titular de la Universidad Chileno-Británica de Cultura, y su última novela publicada es Concepciones (Editorial Furtiva, Santiago, 2017).

 

 

La académica, investigadora y ensayista chilena Magda Sepúlveda Eriz

Crédito de la fotografía a Magda Sepúlveda: La Prensa Austral (https://laprensaaustral.cl/).

Crédito de la imagen destacada: Editorial Cuarto Propio