«Mamma Mia! Vamos otra vez», de Ol Parker: La música nostálgica del otoño

En cierto modo la segunda parte del filme que data originalmente de 2008, rememora los guiones operáticos, no menos enrevesados que este. El tono alegre de las canciones oculta por cierto que Abba -cuyas melodías recorren el soundtrack del título- cultivaba la melancolía. En suma, estamos ante los boleros nórdicos llevados a una entretenida y satisfactoria ficción audiovisual.

Por Cristián Garay Vera

Publicado el 2.9.2018

Pasaron diez años para esta segunda parte de Mamma Mia!, conservando el tono de comedia de enredos (y la necesidad de ser fanático de Abba), que caracteriza a este musical. Sobre la base de las canciones del grupo sueco, que habla de amores pasados, pero no olvidados, y sobre todo del recuerdo de una madre (Donna), cuya nieta, Sophie Sheridan (Amanda Seyfried), rememora con ocasión de abrir un hotel, Bella Donna (en honor a su progenitora), en la isla griega donde ella conoció a sus tres amores.

Amores y desamores, traiciones y momentos felices conforman una película cuyo marco es el musical, quizás no tan logrado, pero que ciertamente tiene momentos coreográficos lúcidos en manos de Van Laast. Si tenemos en cuenta la discografía de Abba cada pieza conecta con la comedia de enredos que se nos presenta, podemos seguir claramente el largometraje. Y cuya corona, qué duda cabe, es la reunión de las actrices Julie Walters, Christine Baranski, Cher y la breve actuación de Meryl Streep, esta última como el espíritu de la abuela que viene a bendecir al nuevo hijo de la protagonista. Pero claro, estamos en un filme muy sueco. Todo remite a esa sociedad y sus alegarías, la búsqueda del sol y del paraíso que es Grecia con sus playas y laderas escarpadas. De algún protagonista se dice, como halago, que es: «el mejor sueco de todos los tiempos”.

La inauguración de un hotel, está a cargo de un melancólico “señor Cienfuegos” (Andy García), que por la tristeza parece portugués, es el marco de la invitación a ricos y famosos a la isla. Pero un temporal impide su arribo, a la vez que diversos flash back nos llevan a la historia de la madre de Sofi (interpretada cuando joven por Lily James y cuando adulta por Meryl Streep), y de sus amores con Harry Bright, un británico; con Sam Carmichael, un estadounidense irlandés; y con Bill Anderson, sueco (interpretados por los actores Colin Firth, Pierce Brosnam, y Stellan Skarsgard, respectivamente). Y también nos conducen al desamor, cuando se entera que uno de ellos, que ha prometido estar libre, no lo está.

Las viñetas de estos episodios, cada encuentro de su madre con su vida, permiten revisar el pasado con una alegría no siempre congruente con lo que las canciones dicen. La despedida de Sophie de su novio Sky (Dominic Cooper), por un buen trabajo y estabilidad, se parece a la promesa incumplida del novio de su madre de acompañarla dejándola de madre soltera.

Pero la carencia central es la distancia entre la hija y su madre. La protagonista la añora, pero es consciente de todos los sinsabores:

 

¡Oh!  oh! Mamma Mia, una y otra vez
no sé, como resistir
Mamma mia, quiero y tú lo ves
no sé, como evadir.

Tú me has provocado
luego me has rechazado
¿por qué te sigo queriendo así?
Mamma Mia, ya lo decidí
porque, no puedo vivir sin ti.

Tú, me has hecho enojar
con tu forma de ser
y quisiera olvidar
tantas cosas de ayer.

 

Este es el motivo central de su actuación para, con el retrato de su madre, poner en pie el hotel como tributo de Sofi a ella. En virtud de eso invita a las compañeras de la Mamma junto al grupo «Los Dinamos», que llegan también rememorando los años felices de su juventud, a los novios de su hermana ya fallecida, y a los amores y reencuentros de ésta.

La llegada de la felicidad es el arribo de los “tres padres” (notable elenco en verdad de posibles padres) y la abuela Ruby Sheridan (Cher), personaje bastante desconcertante. Al fin y al cabo, estamos hablando de mujeres que deciden por sí solas. La abuela descubre que el melancólico señor Cienfuegos es Fernando, su amor mexicano (“me recuerda tiempo atrás / estrellas y una noche allá en la lumbre azul Fernando / tarareabas tu canción / con ese suave guitarrear”). Y tras ellos los inesperados feligreses de un restaurant, pescadores y comerciantes, invitados por los amores de su madre. Y finalmente, el arribo de su novio, que descubre además que es padre.

Todo se cierra con el bautizo del niño, la aparición del espectro de la abuela, y el renacer de todos en esta amplia familia, tan liberal y bien avenida. En cierto modo esta película rememora los guiones operáticos, no menos enrevesados que este. El tono alegre de las canciones oculta por cierto que Abba cultivaba la melancolía. En suma, estamos ante los boleros nórdicos llevados a una ficción audiovisual.

 

Mamma Mia. Una y otra vez (Mamma Mia.  Here we go again). Dirige: Ol Parker.  Guión: Ol Parker y Richard Curtis. Fotografía: Robert Yeoman. Música: Anne Dudley. Reparto: Amanda Seyfried, Julie M. Walters, Christine Baranski, Cher, Meryl Streep, Colin Firth, Pierce Brosnam, Stellan Skarsgard y Dominic Cooper. 2018.

 

Cristián Garay Vera es el director del magíster en Política Exterior que imparte el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile.

 

 

 

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