«La rebelión»: La dignidad de la sobrevivencia

Buena parte de la cinta dirigida por el realizador norteamericano Rupert Wyatt -actualmente en cartelera- corresponde a intensas dosis de suspenso en torno a armar la resistencia frente a los alienígenas invasores. Al correr de las secuencias no se percibe ningún cambio estructural, solo el poderoso mensaje en torno a una historia dramática que nos reafirma como especie, y que la voluntad de persistir es más importante que la victoria propiamente tal. El papel y la actuación de Vera Farmiga como Jane Doe, le dan el sentido interpretativo al elenco.

Por Cristián Garay Vera

Publicado el 8.4.2019

Del director de El planeta de los simios, Rupert Wyatt, es esta obra, La rebelión (Captive State, 2019), el verdadero nombre de esta película es una obra de ciencia ficción bastante interesante. Los registros de extraterrestres existen, y su presencia es fulminante, pero con lejos no son los protagonistas del largometraje. Lo son en cambio los humanos que siguen sus vidas y aquellos que se rebelan frente a la dominación del planeta. Aquí los extraterrestres ocupan poco decorado, son como los alemanes de Dunkerque: que rara vez se veían y solo se adivinaban por las balas que buscan su presa. Aquí hay armas que parecen un rayo que pulverizan en sangre y agua los cuerpos, y que son inmisericordes.

La cinta empieza diez años después del ultimo atentando frente a la llegada de los planetarios con el propósito de establecer su dominio. Antes, no hubo más diplomacia que para la rendición, luego toman el control de las ciudades, y establecen zonas subterráneas. Obligan a los militares a desarmarse y los gobiernos del mundo pactan una rendición. Se establecen los comisionados, y hay una vasta burocracia humana que sirve, mientras despueblan zonas completas de las ciudades y explotan a ritmo geométrico los recursos para llevárselos afuera. Cualquier conducta no ajustada es suprimida físicamente. Los nuevos colonos no interactúan con los humanos, sino que tienen un aparato de colaboradores, a su servicio, que establecen sus puestos de vigilancia.

La locación de la acción es Chicago. En ella es el comisario de policía William Mulligan (John Goodman), quien extraordinariamente caracterizado sigue buscando lo que queda de la resistencia. Esto es importante porque el único acto de este tipo, fue un sabotaje años atrás en otro lugar más bien circunscrito. Hay símbolos de una resistencia, que se desliza oculta, pero que el comisario parece adivinar.

También hay una poderosa segregación económica y social entre los que adhieren al sistema y obedecen sus consignas y el resto. Toda la estrategia parece ser arrinconar la especie humana a su mínima expresión y hay individuos que están dispuestos a aceptarlo.

Bajo este precepto la búsqueda de una razón para resistir es el motivo del presente filme. Los hombres y mujeres que laboran en laboratorios, escuelas, burdeles, están hace tiempo siguiendo por diversos modos a los colaboradores de los alienígenas para atacar con un acto de incendiario los túneles secretos donde moran los misteriosos invasores.

La película empieza con la determinación de un padre, policía, de hacer algo frente a la claudicación. No puede hacer mucho en un túnel donde son exterminado los progenitores. Pero, los dos niños sentados en el asiento de atrás se salvan. Cuando grandes, uno de ellos, Rafe (Jonathan Mayors), «el Fénix», es reportado muerto por su ataque terrorista. El otro, el menor, Gabriel (Ashton Sanders) vive estrechamente observado por la policía. Bajo esta premisa, se desarrolla toda la obra, que sigue el lento armar de una célula, que planea entregar una bomba al segundo del alcalde de la ciudad, y hacerlo estallar con los alienígenas.

Buena parte de la cinta son intensas dosis de suspenso en torno a armar la resistencia. No se percibe ningún cambio estructural, solo el poderoso mensaje que la historia nos reafirma como especie, y que la voluntad de resistir es más importante que la victoria propiamente tal. El papel y la actuación de Vera Farmiga como Jane Doe dan el sentido al grupo. Bajo esa premisa, el juego del gato y el ratón se tensa incluso más allá de los procedimientos de los extraterrestres, cuya contundencia de fuego es incontrarrestable.

De este surge un grupo conspirador variopinto que intenta lanzar la chispa. Toda la parte previa al atentado el director plantea las dudas y limitaciones de una acción de este tipo. Quizás por eso los personajes más interesantes son Mulligan y Gabriel, que no presentan una arista única en sus perfiles. La cabeza final del contraataque sorprende, y esto nos habla de un filme que hurgando en la ciencia ficción, tiene mucho del cine policial, y del más reciente sobre operaciones clandestinas. La rebelión es, sin tanta parafernalia de efectos especiales, un buen filme de anticipación, donde es la dignidad y la persistencia, no el éxito, lo que se persigue.

 

La rebelión (Captive State). Dirección: Rupert Wyatt. Guión: Rupert Wyatt y Erica Beeney. Música: Rob Simonsen. Fotografía: Alex Disenhof. Elenco: Vera Farmiga, Ashton Sanders, Madeline Brewwr, John Goodman, Jonathan Majors, James Ransone y Alan Ruck. Estados Unidos, 2019. 109 minutos.

 

Cristián Garay Vera es el director del magíster en Política Exterior que imparte el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile, casa de estudios de la cual además es profesor titular.

 

Un fotograma de «La rebelión» (2019), de Rupert Wyatt

 

 

 

 

Cristián Garay Vera

 

 

Tráiler:

 

 

Imagen destacada: La actriz Vera Farmiga en una escena de Captive State (2019), del realizador inglés Rupert Wyatt.