[Reseña] «Matadero Franklin»: Una geografía chilena de los deshechos

Con un cierto tono nostálgico, y una prosa envolvente, esta novela de Simón Soto (Editorial Bordes del Grupo Planeta, 2021) es una parada obligatoria para los amantes de la literatura social chilena, pero además, es un poderoso trabajo acerca del abandono y la miseria de aquellos espacios donde las políticas gubernamentales parecen no llegar.

Por Martín Parra Olave

Publicado el 18.2.2021

Simón Soto (1981), el joven narrador chileno, escribe una novela muy “underground” y quizás poco común en la literatura chilena.

Al leerla uno recuerda algo de El río, de Alfredo Gómez Morel, pues por ambas páginas transitan personajes marginados, desgarrados por el sufrimiento, cuyas vidas siempre están asociadas a la delincuencia.

El perverso mundo del narcotráfico, las venganzas y las peleas con cuchillos, son el pan de cada día donde crece y se desarrolla el Cabro Carrera, el narcotraficante estrella de todos los tiempos en Chile y protagonista de Matadero Franklin (Bordes, 2021).

Ya en las primeras páginas se puede ir observando como ciertos símbolos dan categoría de Hombre a alguien. En el funeral de la madre del Cabro Carrera, cuando él apenas tenía seis años, llega el Lobo Mardones con su esposa a dar el pésame.

Entonces el niño observa el arma que porta aquel hombre, un cuchillo: “No ve la hoja de metal, cubierta por el cuero gastado; puede ver en cambio, el mango de madera, tallado con precisión y gastado por el uso. Lo mira hipnotizado, anhelando portar algún día ese elemento que define a los hombres como hombres, como adultos, hombres grandes que han entrado a la vida de verdad”.

Es decir, el cuchillo es una forma de integración y reconocimiento social, una forma de existir en aquel mundo desgarrado por la violencia y el abandono.

El barrio Franklin está muy cerca del Zanjón de la Aguada, un río menor de la ciudad de Santiago, pero que servía para botar todos los desperdicios de la urbe.

Y es en torno a esta geografía, la de los deshechos, donde se desarrolla un mundo de violencia cruda, donde el crecimiento y el descubrimiento de la vida van de la mano de una permanente batalla por conseguir un espacio en la sociedad gansteril.

Son los “choros” locales, que como ratas por las orillas del río, están permanentemente al acecho de una presa sobre la que caer.

El trabajo del escritor Simón Soto, es producto de una larga investigación sobre el tema:

“Parte con una noticia sobre Mario Chico, nieto del Cabro Carrera, por 2005 o 2006, no recuerdo con claridad. Esto me lleva a investigar al Cabro a través de una de las pocas biografías que existen sobre él: Los cien rostros de don Mario, del periodista Ignacio González Camus. Ahí se hablaba del nexo de Silva Leiva con el barrio Matadero Franklin y con todo el cuerpo social que habitaba ese lugar, específicamente los matarifes, hombres de gran fuerza y habilidad en el uso del cuchillo. Luego encuentro en la Biblioteca Nacional un pasquín editado en los años 30, en el propio barrio, llamado El Matadero, y descubro la enorme identidad y orgullo que existía allí, y también la abundante oferta comercial, desde bares hasta sastrerías, pasando por chinganas y casas de niñas. Después aparecen los referentes literarios e historiográficos de rigor, que fueron importantísimos”.

Ambientada en el Santiago de los años 40 y estructurada en diferentes momentos de las vidas de los protagonistas, la novela Matadero Franklin, galardonada en su momento de publicación con diversos premios, retrata un mundo cultural que no se ha perdido, sino que ha ido mutando para adaptarse a los nuevos tiempos, y dar forma a otras manifestaciones de la violencia gansteril.

Hoy ya no es el cuchillo el protagonista, sino el revolver. Hoy las diferencias entre los choros no se resuelven en peleas frente a frente, sino que son ajustes de cuentas ejecutadas por sicarios.

Ya no se trata solamente del barrio Franklin, que a estas alturas parece un lugar idílico, sino de una serie de poblaciones esparcidas por toda la Región Metropolitana y varias otras ciudades del país.

Con un cierto tono nostálgico, y una prosa envolvente, esta novela de Simón Soto es una parada obligatoria para los amantes de la literatura social chilena, pero además, es un poderoso trabajo acerca del abandono y la miseria de aquellos espacios donde las políticas gubernamentales parecen no llegar, y donde la única forma de ascenso social es incorporarse a las pandillas, hoy carteles de narcotráfico, estructuras sociales que aseguran la muerte y el sufrimiento de quienes las integran.

Entonces, cabe hacerse las mismas preguntas que se hace el cabro Carrera en la última pagina “¿A esto tenía que llegar? ¿Y ahora qué?”.

 

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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

 

«Matadero Franklin», de Simón Soto (Editorial Bordes, 2021)

 

 

Martín Parra Olave

 

 

Imagen destacada: Simón Soto.