«Tosca» internacional, en el Municipal de Santiago: Un montaje sin sentido dramático ni teatral

La versión que se exhibe hasta el lunes 23 de julio en el escenario de la calle Agustinas destacó por la interpretación principal de la soprano estadounidense Melody Moore en el papel de la altiva noble romana, gracias a su imponente presencia y a una voz de timbre brillante y poderoso. El tenor Leonardo Caimi, en tanto, resaltó por su atractivo desenvolvimiento escénico, aunque su elemento vocal no se oía joven, y a veces sus emisiones carecían de la suficiente proyección y resonancia. El director y la agrupación Filarmónica fueron los ejecutantes más aplaudidos, y la régie, la escenografía y el vestuario, se llevaron sonoros abucheos.

Por Jorge Sabaj Véliz

Publicado el 15.7.2018

Este viernes 13 de julio asistimos a la función de estreno del tercer título de la temporada de ópera 2018 del Teatro Municipal de Santiago: Tosca (1900) del compositor italiano Giacomo Puccini (Lucca, 1858 – Bruselas, 1924), con libreto de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa.

 

El elenco internacional estuvo conformado por:

Floria Tosca: Melody Moore

Mario Cavaradossi: Leonardo Caimi

Barón Scarpia: Elchin Azizov

Cesare Angelotti: Jaime Mondaca

Sacristán: Sergio Gallardo

Spoletta: Gonzalo Araya

Sciarrone: Eleomar Cuello

Carcelero: David Gaez

Pastor: Constanza Wilson

 

La dirección musical: Konstantin Chudovsky

Régie: Willy Decker

Escenografía y vestuario: Wolfgang Gussmann

Iluminación: Ricardo Castro

 

ACTO I

La escenografía fue minimalista. Una virgen dominaba al centro del escenario, además había una silla y una tela.

Cuando el pintor Cavaradossi canta Recóndita Armonía todo queremos ser Mario. La emisión poseía un centro grave y un paso dificultoso, quedó levemente calada en el agudo. Destacó su atractiva presencia escénica, la voz no se oía joven. En este acto su emisión careció de la suficiente proyección y resonancia.

El sacristán, coqueteando con la sobreactuación, resulta eficazmente divertido. Cumple con una emisión bien controlada. Su déficit es el ritmo, sobre todo al comenzar a cantar, tiende a perderse en los tempos.

Angelotti con una bella voz y una interpretación un tanto rígida, transmitía energía en vez de parecer exhausto. Tosca de imponente presencia y voz de timbre brillante y poderoso. Resalta su interpretación dramática como mujer celosa más que como tierna amante. Al tenor le faltó la sutileza que tiene en su actuación al momento de frasear el canto. Al dúo “Mario, Mario”, uno de los más bellos de Puccini, sin embargo, le faltó fuerza hacia los puntos de clímax, el que sí tuvo el acompañamiento orquestal. El tenor se vio complicado con su emisión, y rehuyó la voz plena en los agudos. La soprano adaptó sus recursos vocales a los del tenor y el dúo perdió fuerza. Lo mejor fue la interpretación dramática de ambos amantes y el acompañamiento orquestal. Las dificultades del tenor le restaban agilidad al desarrollo dramático.

El barón Scarpia, sobria y efectiva presencia. Voz poderosa y timbrada. Buena presencia escénica, no excesivamente monstruosa, más controlada, más perverso. Muestra bien el cinismo e hipocresía del personaje. La voz de Tosca explota en celos. Ella transparenta el oscuro. El trata de acercársele, ella lo rechaza. Se muestra piadoso pero está lleno de venganza y de lujuria. Al marcharse Tosca se inicia el Te Deum en donde el barón muestra sus verdaderas intenciones. La aparente rigidez de movimientos del coro resalta aún más el discurso lleno de odio y de lujuria de Scarpia, quien besa los símbolos sacros. La orquesta resalta eficazmente ese instante que sella la suerte de los protagonistas. Al bajo barítono le faltó algo de potencia en el concertado final.

 

ACTO II

Uso del leiv motiv con el tema de amor de Tosca y Mario. Scarpia hace abuso de su poder frente al objeto de su deseo para mostrarle que él tiene el control. Cavaradossi se presenta atractivo y elegante pero con falta de nervio vocal. Scarpia manipula a través de amenazas y de violencia física. Floria canta al límite de sus posibilidades flanqueada por una orquesta poderosa, le faltó una pizca de credibilidad en su dolor cuando Mario es condenado a muerte.

Elchin Azizov acude al director cuando se ve sobrepasado por la orquesta o perdido en el tempo. En general el trío protagónico no es consistente en sus voces, no así en su actuación dramática, donde lucen más, tal vez con la excepción de la soprano. La orquesta ilustra en cada compás el desarrollo dramático de las distintas escenas. Buen efecto de iluminación en el aria Vissi d’arte, la interpretación fue contenida, como en toda la ópera. En el pianíssimo de su canto estaba concentrada toda su pasión, lo que le dio sentido al aria pero le restó contraste dinámico.

La música orquestal subroga la palidez del canto, el resto lo hacen las actuaciones más que eficaces del trío protagónico y la solidez del libreto. El diminuendo del tambor militar al final del segundo acto causa una gran impresión.

 

ACTO III

Canto llano y sólido de la niña pastor. En la escenografía la protagonista fue una ventana hacia el cielo y la luz del amanecer. El aria E lucevan le stelle, Cavaradossi (Caimi) la cantó mezzopiano en el registro medio y bajo. Correcto y emotivo fraseo musical. La voz del tenor se soltó en este acto y pudo superar el registro medio y el alto sin mayor dificultad. En esta aria fue donde logró su mejor rendimiento musical.

En el dúo final, O dolci mani, al tenor le costó un tanto seguir el tempo del director, aunque su voz se estabilizó y se complementó bien con el color y el brillo de la soprano. Sin embargo Floria seguía rehuyendo el forte de la voz plena en el agudo e insistía en apianarlos, quitándoles fuerza. Le costaba reincorporarse cada vez que tenía que levantarse desde el piso, dada su gran envergadura física, tal vez la régie debió evitarle este sobre esfuerzo. El final se desinfló un poco pues, al lanzarse Tosca al vacío, se pudo apreciar nítidamente como se doblaba la tela del fondo, restándole dramatismo al momento.

El director y la Orquesta Filarmónica de Santiago fueron los más aplaudidos. En tanto que la Regie, la escenografía y vestuario se llevaron sonoros abucheos.

 

 

La soprano estadounidense Melody Moore (como Tosca) fue una de las figuras destacadas en la función de estreno del último viernes 13 de julio

 

 

Tráiler:

 

 

Crédito de las fotografías utilizadas: Edison Araya, de Municipal de Santiago, Ópera Nacional de Chile