[Novedad] «Un corazón demasiado grande»: Sobrellevar al amor

Las historias que se registran en el volumen de la escritora española Eider Rodríguez (Literatura Random House, 2020) revelan parodia y caricatura: miradas sobre sujetos frágiles, enigmáticos, fríos y cuyos comportamientos generalmente obedecen a luchas internas que pugnan por sobreponerse unas sobre las otras.

Por Martín Parra Olave

Publicado el 29.11.2020

La escritora española Eider Rodríguez (Rentería, 1977), publica su cuarto libro, Bihotz handiegia que en castellano es Un corazón demasiado grande, cuya publicación en Literatura Random House, pretende acercarla a un publico que quizás hoy desconoce su trabajo.

Este libro es una antología de cuentos que en la gran mayoría de ellos hay situaciones y emociones que se enfrentan permanentemente, como el amor con el odio, el olvido con el recuerdo y la vida y la muerte.

En  el cuento que da nombre al libro, es patente este enfrentamiento, pues es la historia de una pareja separada hace muchos años, con una hija grande, que un día le comenta a su madre que su papá está muy enfermo y necesita de su ayuda para cuidarlo.

A partir de ese momento la vida de Ixabel cambia, pues: “Desde que se divorciaron Ramón y ella no se habían encontrado en más de tres o cuatro ocasiones, y casi hacia más de diez años de la última vez”.

Entonces, la situación desde el principio se torna incómoda y golpea, pues ¿qué es esto de volver a ver un amor después de tantos años y en condiciones de enfermedad terminal?, ¿qué sentimientos, qué emociones contradictorias se activan?

En la narración, llena de imágenes luminosas, se van abriendo las puertas que enfrentan a la protagonista con estas contradicciones, descolocando su vida por el tiempo que dura la enfermedad: «descubrió, de repente, que había vuelto a ser la misma de siempre. Hay viajes que cambian a una, y hay viajes que consiguen lo contrario, pensó».

El dolor de la muerte de un exesposo es un viaje silencioso y personal, difícil de transferir, pues despiertan nuevamente una serie de sentimientos que parecían apagados. Sin embargo, el vacío de la perdida y el paso del tiempo, se instalan de forma permanente en el corazón de quien aún sobrevive.

En otro de los cuentos notables, “Lo que se esperaba de mí”, la protagonista es una joven que ha sido absolutamente determinada por las exigencias de su madre para que ella encamine su vida por un sendero que la lleve al éxito.

Esta obligación, es una suerte de camisa de fuerza que intenta frenarla desde muy pequeña para que reprima todos sus deseos e instintos más naturales.

Cuando niña no podía salir a jugar con las demás porque las otras no eran como ella, sino que inferiores, por lo tanto mezclarse no le traería ningún beneficio.

En su adolescencia, el discurso de autosuficiencia y fortaleza le da permanente vueltas en su cabeza: “Solo las perdedoras se desquician por los chicos. A nosotras no nos han educado para el amor. Puede pasar, y entonces habrá que sobrellevarlo lo mejor posible, pero buscarlo, jamás”.

Sin embargo, la fuerza de la juventud más el peso de una realidad que no permite escapar de ella, terminan por convertirla en una chica más.

Con una escritura sólida, la narradora Eider Rodríguez, nos lleva a visitar aquellos espacios de contradicciones de los seres humanos, donde la dependencia a la historia familiar es un peso relevante en la vida posterior.

Miradas sobre sujetos frágiles, enigmáticos, fríos cuyos comportamientos generalmente obedecen a luchas internas que pugnan por sobreponerse unas sobre otras. Las historias que se cuentan en Un corazón demasiado grande revelan parodia y caricatura, pero no para desecharlas sino con el fin de tender un puente, y así encaminarnos hacia oscuridades con las cuales convivimos diariamente.

 

***

Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

 

«Un corazón demasiado grande», de Eider Rodríguez (Literatura Random House, 2020)

 

 

Martín Parra Olave

 

 

Crédito de la imagen destacada: Ángela Silva.