[Crítica] «Matar a un ruiseñor»: Remover las conciencias de una pequeña comunidad

La aclamara ópera prima de la autora estadounidense Harper Lee —con la cual obtuvo el Premio Pulitzer de 1961, en la categoría de novela— puso las bases para que el racismo, fuertemente arraigado en aquella época, fuera contemplado como un grave problema dentro de la sociedad norteamericana.

Por Eduardo Suárez Fernández-Miranda

Publicado el 28.10.2025

En 1960 se publicó una novela que, inmediatamente, se convirtió en una de las obras más apreciadas por el público lector. Su autora, Harper Lee (Monroeville, 1916 – 2016), recreó parte de su propia historia, su infancia en una pequeña localidad del estado de Alabama.

Luego, en 1961 le fue concedido el Premio Pulitzer. Sin embargo, ni la enorme popularidad de su libro, ni el prestigioso galardón, cambió su forma de vida, recluida y alejada de todo ajetreo mediático.

Durante prácticamente toda su vida fue escritora de un solo libro. Así, pasaba a formar parte de ese grupo exclusivo de escritores cuya única obra les lanzó a una fama no siempre deseada. Pensemos en el caso de J.D. Sanlinger y su El guardián entre el centeno, John Kennedy Toole y La conjura de los necios, o Luis Martín-Santos y Tiempo de silencio.

Matar a un ruiseñor se convirtió en un referente de la novela norteamericana. Ambientada en la época de la Gran Depresión, narra, a través de la inteligente mirada de una niña, un trágico suceso que va a remover las conciencias de la pequeña comunidad.

 

Un grave problema dentro de la sociedad norteamericana

Un hombre negro es acusado de la violación de una mujer blanca. El padre de la pequeña protagonista, un abogado inspirado en el progenitor de la escritora, se encargará de la defensa del acusado. Hombre justo y respetado por sus conciudadanos, Atticus Finch deberá enfrentarse a la cerrazón de las mentalidades llenas de prejuicios y, en ocasiones, envilecidas.

Se convierte, bajo la atenta mirada de su hija Scout, en la representación de la auténtica valentía, que la escritora definió así: «Cuando sabes que lo tienes todo en contra antes de comenzar y, aún así, comienzas».

Matar a un ruiseñor puso las bases para que el racismo, fuertemente arraigado en aquella época, fuera contemplado como un grave problema dentro de la sociedad norteamericana.

En 1962 se estrena la versión cinematográfica de Matar a un ruiseñor. La película fue dirigida por Robert Mulligan e interpretada por Gregory Peck y Mary Badham en los papeles protagonistas. En la portada de la edición de Lumen podemos ver a ambos actores durante el rodaje.

Lumen ha publicado de la misma autora Ve y pon un centinela, novela inédita hasta el año 2015 y que, supuestamente, fue escrita durante los años 50 del siglo pasado. Nos encontraríamos así, ante la primera obra de ficción de Harper Lee.

Sin embargo, a pesar de haber sido escrita antes de Matar a un ruiseñor, está ambientada con posterioridad.

En Ve y pon un centinela encontramos a la hija de Atticus Finch que regresa a Maycomb, Alabama desde Nueva York, donde reside. Esta obra retrata a: «una joven y un mundo en dolorosa pero necesaria transformación para salir de las ilusiones del pasado».

 

 

 

 

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Eduardo Suárez Fernández-Miranda nació en Gijón (España). Licenciado en derecho por la Universidad de Sevilla, realiza sus estudios de doctorado dentro del Departamento de Literatura Española e Hispanoamericana de la misma Casa de Estudios superiores.

Colabora como crítico literario en las revistas españolas El Ciervo, Serra d’Or, Llegir.cat, Gràffica y Quimera, donde lleva a cabo una serie de entrevistas a escritores, editores y traductores, nacionales y extranjeros.

Asimismo, escribe para las publicaciones americanas Cine y Literatura (Chile), La Tempestad (México), Continuidad de los Libros (Argentina) y Latin American Literature Today (University of Oklahoma). También, colabora de forma ocasional en los diarios asturianos El Comercio y La Nueva España.

 

«Matar a un ruiseñor», de Harper Lee (Editorial Lumen, 2025)

 

 

 

Eduardo Suárez Fernández-Miranda

 

 

Imagen destacada: Harper Lee.