[Crítica] «Antipoemas de amor y confesiones latinas»: Lo más esencial del ser humano

En esta ocasión, el infatigable autor chileno Luis Cruz-Villalobos nos regala un libro libre, una lluvia que no moja, páginas donde habitan lúcidas preguntas que generan infiernos diminutos con las cuales el lector puede revivir o bien retomar el rumbo hacia el misterio de su esencia.

Por Francisco Silva Durán

Publicado el 5.9.2022

Prefiero escribir poemas
Que nadie leerá
Abrir el corazón
Sencillamente
Así
Sin sacar cuentas
Dejando solo huellas diminutas
Sobre el espacio.
Luis Cruz-Villalobos

Estamos frente a un poeta que no saca cuentas en un mundo tan diferente. Una realidad donde cada acción u omisión del ser humano se reduce a utilidades y pérdidas. Escribe en la arena aunque sus palabras sean presa del viento o de las olas. Afirma que no escribirá novelas para luego decirnos que tal vez si, alguna vez.

Luis Cruz-Villalobos (Santiago, 1976), en realidad, nos está mostrando lo más esencial del ser humano, que es y deja de ser con el paso del tiempo, nos muestra la poesía misma del vivir reflejada en un sin número de instantes que pueden ser y significar tantas cosas diferentes, incluso opuestas.

Nos regala un libro libre, una lluvia que no moja, páginas donde habitan lúcidas preguntas que generan infiernos diminutos con las que el lector puede revivir o retomar el rumbo.

Por eso este poeta no saca cuentas en estos antipoemas, poemas y confesiones. Nos revela los puntos ciegos de una vida que transcurre entre dos enormes silencios, donde a ratos vemos algunas cosas entre su comienzo y el final.

De esta forma nos interpela en cada verso, para que ventilemos la habitación y aceptemos el devenir, algo de tan de mal gusto en estos tiempos de programación y estrategias.

 

El retorno de la primavera

Este poeta no saca cuentas porque ello no sólo es la esencia de la poesía, también lo es del amor y de tantas cosas que son lo más humano que tenemos. Este poeta dibuja paisajes, sabe y no sabe lo que hace, celebra cada espacio que hay entre las palabras y las fracciones de segundos que se nos permitieron.

Luis Cruz-Villalobos nos dice que el intelecto es un dialogo de bestias, es la pena misma del corazón, su vergüenza. Con estas palabras recoge tantas cosas que seguimos sin entender de nuestras sociedades en guerra, en permanente competencia, en vigilia de ese final que no llega nunca.

Quien no quiera cambiar su vida no lea este libro, no se moleste en entrar a este laberinto de imágenes e instantes donde aunque caiga sólo una hoja ya habrá otoño, donde un poema de amor nos deja colgando del precipicio, donde el vestido claro se deja zarandear por el viento y te permite mirar el horizonte como si el otro nombre de esa mujer fuese libertad.

El poeta se lo dice a la flor del ciruelo: «eres como la vida / tan leve y tan frágil / que apenas se alza / dúctil y hermosa / retorna a la tierra / débil y ajada / pero vuelves tenaz / y siempre otra / cuando el invierno / de un soplo se apaga».

Cruz-Villalobos nos llama a que seamos como esa vida que siempre retorna a la tierra y descubramos que aunque haya una sola flor, ya ha logrado retornar la primavera.

 

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Francisco Silva Durán es abogado y escritor, y su primer libro de poemas fue De alondras y extremaduras, seguido de Náufrago.

 

«Antipoemas de amor y confesiones latinas», de Luis Cruz-Villalobos (Independently Poetry, 2022)

 

 

 

Francisco Silva Durán

 

 

Imagen destacada: Luis Cruz-Villalobos.