[Crítica] «Big Sur»: Una aventura delirante

Este título de Jack Kerouac es una excelente puerta de entrada pensando en la totalidad de su motivante bibliografía, pues la presente obra contiene todos los elementos estéticos que están presentes en las bases de todo su arte narrativo.

Por Martín Parra Olave

Publicado el 24.6.2023

Big Sur (Anagrama, 2023), es una novela que originalmente se publicó en el año 1962, cuyo argumento intenta desmoronar un poco el famoso mundo de los beatnik, o por lo menos ponerlo en cuestionamiento y tensar ese anhelo mítico que perseguían los seguidores de Jack Kerouac (1922-1969), el verdadero hermano mayor o «líder» bautismal de este movimiento.

Una vez más, acá estamos frente a una historia de búsqueda, algo que pareciera no va a desparecer en ninguna de las obras del escritor norteamericano. Los personajes de esta novela se mueven entre San Francisco y Big Sur, lugares icónicos para los que desde entonces siguen a esta corriente estética y también existencial.

En este libro se cuenta la historia de Jack Duluoz, el alter ego de Kerouac, un escritor que ha alcanzado la fama con la publicación de sus textos. Sin embargo, este hecho, que para algunos puede significar todo, para Duluoz es un peso agobiante que lo comienza a perseguir sin dejarlo en paz.

¿Qué sucede entonces?

Duluoz siente que debe huir, emprender un viaje que lo libere de este peso y esta persecución imaginaria, entonces viaja a Big Sur. Ese espacio se convierte en un refugio: un lugar donde empiezan a suceder las mismas cosas que están presentes en todos y cada uno de los libros de Kerouac: uso desenfrenado de drogas, consumo exorbitado alcohol, y una serie de situaciones extremas que van transformando y haciendo de esta narración una aventura delirante.

 

La realidad y sus tormentos

¿Pero que de que huyen o qué buscan los Beatnik? ¿Qué los motiva a estar en permanente viaje?

Luego de leer esta novela uno se puede dar cuenta que la existencia misma y las formas en que se configuró nuestra existencia en la sociedad, son los pesos de los cuales intentan evadirse estos jóvenes artistas.

No es menor que en todas las obras del escritor norteamericano estén presente el consumo de sustancias alucinógenas y del alcohol, pues son las únicas herramientas factibles para poder huir de una realidad tan atormentante.

Lo que Kerouac ha logrado, sobre todo en esta obra, es un sentido de la estructura y del ritmo, como características que no se perciben tan claramente en algunos de sus otros textos. En la construcción de escenas, por ejemplo, ha logrado un acabado encaje de las acciones y de sus consecuencias.

De esta forma, cuando sucede algo, como una fiesta y hay una borrachera infernal, todo lo que ahí pasa repercute en quienes generaron las acciones más perturbadoras. Hay una leve transformación en la técnica narrativa, es significa, que la escritura espontánea da paso a algo más racional.

En definitiva, este título de Kerouac es una excelente puerta de entrada a su obra, pues contiene la gran mayoría de los elementos que están presentes en las bases de toda su escritura.

Los momentos que experimentan los personajes en Big Sur son instantes donde los protagonistas purgan y se liberan de sus propios pesos y tormentos, es el espacio en los cuales son capaces de recargarse para volver a la sociedad, ese lugar al cual odian, pero del que nunca podrán escapar totalmente.

 

 

 

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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente cursa el doctorado en literatura impartido por la última Casa de Estudios.

 

«Big Sur», de Jack Kerouac (Editorial Anagrama, 2023)

 

 

 

 

Martín Parra Olave

 

 

Imagen destacada: Jack Kerouac.