[Crítica] «La pasión de los escolares»: Recuerdos metidos de contrabando

Esta nueva entrega dramática del autor chileno Miguel del Campo tiene un ritmo muy rápido, y el cual engancha al lector a medida que avanzan las páginas, en un desarrollo donde hay una búsqueda y un misterio que cautivan por el tono del registro utilizado y su estilo narrativo frontal y directo.

Por Juan Ignacio Colil

Publicado el 21.4.2022

La pasión de los escolares es la cuarta novela del escritor y destacado bioquímico nacional Miguel del Campo Zaldívar (1982). La obra es una ficción muy actual porque trata sobre los abusos sexuales al interior de un colegio de la Iglesia Católica y como esta institución trata de manejar y de encubrir a los autores de esos graves delitos.

Es algo que se viene destapando desde hace algunos años, pero también creo que todos nos imaginamos que es un práctica tan antigua como la misma Iglesia. El hecho detonante de la historia de la novela es fuerte, pero después de todo lo que hemos oído, leído y visto; creo que no es más fuerte que lo que realmente ha ocurrido.

Pero La pasión de los escolares no es solamente eso. También es una novela que trasciende esa actualidad o esa urgencia del presente, porque el protagonista nos habla de la época del colegio y esa es una experiencia casi universal.

En nuestra sociedad tan segregada hay colegios de todo tipo (para ricos, para pobres, para católicos, metodistas, bautistas, hebreos, para derechistas, izquierdistas, hombres, mujeres y un largo etcétera), pero existen ciertas experiencias comunes en los grupos, me parece que se repiten los tipos de persona: el mateo, el bueno para todo, el malo para todo, el buena onda, el callado, el bueno para las tallas, el chupamedias, el que faltaba a las pruebas, se puede seguir detallando.

Lo mismo ocurre con los tipos de profesores. El colegio de hombres también tiene sus códigos, el humor que existe, el trato, los sobrenombres (hay bastantes en la novela) que en su mayoría es la verbalización de la violencia, la discriminación hacia el distinto, evidentemente hacia el gay.

En la época que yo estudié todo eso se entendía como algo normal, una etapa de la vida por la cual había que transitar. Talvez sea eso lo más fuerte.

 

La ficción nos habla de la vida

El pasado y el presente, la novela se mueve en el tiempo, como la vida. Existen varios cambios de estado entre el presente y los recuerdos del protagonista, y es que permanentemente estamos viajando en el tiempo.

Lo que uno ve en la calle, en la casa, siempre es puro presente, pero si uno escarba un poco o pregunta, la gente está pensando o recordando, inevitablemente la cabeza tiende a evocar o a seguir buscando vestigios en nuestros pasados.

El protagonista, Javier Santamaría es un escritor deslenguado que debe investigar las causas que llevaron al suicidio a un antiguo compañero. Ese el hecho que detona la acción de la novela. Javier es el escritor loquillo, adicto al juego, lanzado a la vida, que reniega un poco de su medio, pero a la larga es donde pertenece.

Vive consumido por sus propios fantasmas, adicciones y por sus relaciones familiares no resueltas. Durante la novela se irá encontrando con su pasado y también con sus propias trampas. A mi parecer en la novela el protagonista también hace un viaje hacia su propio pasado y sus decisiones.

Es una novela que tiene un ritmo muy rápido, va enganchando al lector capítulo tras capítulo, hay una búsqueda, que siempre impulsa la lectura y la acción. También hay misterio, que cautiva por el tono que tiene, un estilo directo, sin tanta vuelta, sin mucho bla bla, con bastante humor negro y situaciones realistas que rayan en lo absurdo, porque la vida, el día a día está lleno de estos pasos en falso.

En La pasión de los escolares, el autor nos da pistas de su propia vida, algunos recuerdos metidos de contrabando en la maleta de la narrativa. La historia personal del autor, de qué forma se mezcla en la novela, y como se construye una ficción con algo de verdad, o como la ficción nos habla de la vida.

 

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Juan Ignacio Colil (1966) es un escritor chileno autor, entre otras, de las novelas Un abismo sin música ni luz (Lom Ediciones, 2019), y El reparto del olvido (Lom Ediciones, 2017). Asimismo, por el volumen Espejismo cruel (Editorial Los Perros Románticos, 2021) fue galardonado con el prestigioso Premio Pedro de Oña versión de 2018, que entrega la Corporación Letras de Chile.

 

«La pasión de los escolares», de Miguel del Campo (RIL Editores, 2022)

 

 

Juan Ignacio Colil

 

 

Imagen destacada: Miguel del Campo Zaldívar.