[Crítica] «Paraíso Inc.»: La lámpara de un mundo que se termina

Quien se asome a este título del autor chileno Manuel Illanes (en la imagen destacada) tendrá una doble función: saber leer entre líneas, y apreciar en lo terrible que aquí se nombra, lo asombrosamente bello de la poesía. Esto es lo valioso de este libro, y esta es su principal virtud.

Por Gustavo Alatorre

Publicado el 16.9.2021

I
LA CABEZA VIGILANTE DE ANUBIS

La segunda vez que platiqué con Manuel Illanes fue en Ciudad Universitaria, en ese tiempo asistía al edificio nuevo de posgrado a tomar un par de clases sobre literatura. Recuerdo que la sorpresa de vernos, para ambos, fue muy grande y enigmática. Habíamos platicado muy poco sobre música y algunos vasos comunicantes a este respecto: Nacho Vegas, The Rolling Stones, Johnny Cash.

No había cruzado en nuestras plática la palabra “poesía”, no lo había hecho. Además, las veces que había visto a Manuel fueron todas de noche: lo veía pasar de largo por las calles del Campamento 2 de Octubre con esa figura propia del extranjero radicado en la CDMX.

Pero esta vez, con la luz del día mediando entre nosotros, la palabra “poesía”, la palabra “escritura” apareció para iluminar un camino que comenzamos a recorrer hasta el día de hoy entre la amistad, los libros y la música. Si ya de por sí encontrarnos en Ciudad Universitaria fue una sorpresa, saber que ambos escribíamos poesía fue algo sorprendente.

Lo recuerdo sentado, sobre la banqueta, esperando el Pumabús. Quién imaginaría que ese muchacho chileno estaba formulando, desde el silencio de esa tarde, una carta nueva de relación, una nueva crónica de esta ciudad tremenda, enorme, habitada por estos nuevos mexicas bajo la mirada vigilante de Anubis.

 

II
EL LOCO POUND O UNA CARTA RELACIÓN PARA LA URBE

Paraíso Inc. es todo, menos el testimonio de un paraíso. Es un infierno y un limbo, es un estado constante de iluminaciones a la manera de Rimbaud. Es el espejo donde observamos la realidad del mundo: las calles, sus habitantes, las ciudades más lúgubres o feroces como Puerto Príncipe o la CDMX; el sitio no importa del todo, para Manuel Illanes esto es el mundo.

La poética de Illanes se instaura en dos vertientes de manera particular, según mi lectura: por un lado está toda esa literatura de viaje que él recoge desde las primeras “cartas de relación” hechas por los conquistadores españoles en territorio americano, hasta pasar por la fundación del viaje en la ciudad que proponen los escritores franceses del siglo XIX.

Por otro lado está la lectura de lo grotesco, la fealdad y la belleza; aquello que fundó de manera brillante Baudelaire y que después continuaron aquellos poetas de genealogía maldita.

El libro está dividido en tres partes: «Instrucciones para reventarle la cabeza a Anubis», «Una ciudad bajo la lluvia» y «Paraíso Inc».

En la primera de ellas, podemos observar al poeta viajante, hospedado en pequeños infiernos o limbos cotidianos de ciudades latinoamericanas. La manía de dejar testimonio de los caminos trazados por la propia biografía, se hace patente en esta sección del libro. Queda la impresión de que el poeta (el yo lírico del texto) es un constante extranjero del mundo. Y esto es terriblemente simbólico: el mundo es ahora un lugar que le es ajeno al poeta.

En esta parte del libro uno percibe un exilio prolongado; no sólo de manera física por estar lejos de su tierra natal, Chile, sino un “exilio metafísico”, incrustado en el alma de quien lo padece. Hay dolor, sí, pero es más nostalgia y asombro: hay una tribu de jóvenes que se enloquecen inhalando activo, bebiendo cerveza, grafitando las paredes de la realidad.

Pero, sobre todo, dentro de este festín que es el mundo de hoy, hay una bomba molotov para destruir las altas esferas del poder, de la injustica y de la ignorancia. Y esa bomba somos nosotros mismos, parece decirnos el Manuel Illanes.

La segunda parte del libro, titulada «Una ciudad bajo la lluvia», se instaura en una tradición más cercana a la literatura mexicana. No sólo porque en los poemas de esta sección aparecen las calles de algunos barrios de la CDMX; lo digo por la composición particular de “amor y odio” a la urbe, tema recurrente en las poéticas de escritores como Efraín Huerta.

Se ama y se odia a esta ciudad, pero no se puede permanecer indiferente a este grandioso monstruo construido sobre las ruinas de Tenochtitlán. Pienso en la ciudad y la tarde, en los paisajes grises y melancólicos, en el ángel agonizante que es el amor dentro de una ciudad con lluvia, y no puedo evitar pensar en Huerta, en Efraín Bartolomé, en Rubén Bonifaz Nuño y ahora en Illanes.

En «Paraíso Inc.», tercera sección del libro y apartado que le da título, observo la parte más intensa del poemario, el momento cumbre de esta pieza poética. No sólo porque en ésta, Illanes, nos dé carta de su genealogía: Eliot, Pound, Villon y los infrarrealistas; sino porque en esta parte la altura de los versos y los poemas alcanzan a ser dignos de una mención especial.

En siglo XIX los poetas franceses dieron un giro brillante en el arte: llevaron lo estético al ámbito de lo terrible; devolvieron su cualidad ambivalente a la belleza. Un par de siglos después, con la velocidad con la que da vueltas el mundo, el arte, creo yo, precisa de otro giro: llevar lo terrible al ámbito estético; devolver a lo feo su cualidad ambivalente.

Dicho esto, quien se asome a este libro tendrá una doble función: saber leer entre líneas, y apreciar en lo terrible que aquí se nombra, lo asombrosamente bello de la poesía. Esto es lo valioso de este libro, esta es su principal virtud.

 

III
UNA LÁMPARA O LA OSCURIDAD DEL MUNDO

Leo a Manuel Illanes en este momento, lo leo en la misma calle donde lo vi pasar tantas veces. El Campamento 2 de Octubre sigue siendo una perra feroz y melancólica. Sentado junto a mi padre, comparto la poesía de Illanes como quien enciende una lámpara previo a una tormenta.

La música de los autos a toda velocidad, los niños corriendo casi desnudos en plena pandemia, los pasos apresurados de una muchacha extraña como una flor ardiendo en el barranco, son apenas tres velas encendidas de un mundo que se termina.

Mi padre y yo sellamos el mundo, ha comenzado la lluvia en esta ciudad de acero; colgados de Paraíso Inc., como un cometa que nos arrastra, guardamos silencio, apagamos las velas y cerramos el mundo.

 

***

Gustavo Alatorre (Ciudad de México, 1979) es poeta, ensayista y estudiante de doctorado en Letras por la UNAM y profesor de lengua y literatura.

Tiene publicado los libros de poesía Guardar el infierno (Fridaura, 2009), Nueve nocturnos para que duerma Lesbia (Fá Editorial, 2014) y Epístolas mayores o el libro de la oscuridad (Versodestierro, 2015), Oscura prosa de vulgar latín, (Mantra Edixxxciones, 2017); así como el libro de ensayo literario El derrumbe amoroso. Apuntes sobre la poética de El turno del aullante de Max Rojas (Fridaura, 2013).

Su trabajo ha sido publicado tanto en antologías y revistas nacionales e internacionales. Su obra ha merecido reconocimientos y premios literarios tales como el Premio Universitario de poesía Décima Muerte convocado por la UNAM en sus emisiones 2008 y 2012; Los Juegos Florales Universitarios convocados por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí en 2008; y el segundo lugar en el concurso de Ensayo Literario Punto de Partida en 2015, convocado por la UNAM; así como el Primer Lugar en el torneo de poesía Campeón de Campeones Adversario en el cuadrilátero 2016.

Organiza desde hace más de diez años el Encuentro Nacional de Poesía Max Rojas CDMX.

 

«Paraíso Inc.», de Manuel Illanes (Editorial Navaja, 2021)

 

 

Manuel Illanes

 

 

Imagen destacada: Manuel Illanes.