Documental «El último hombre en esquiar el Chacaltaya», de Eduardo Caballero: Entre el registro y lo performático

Este video de no ficción es una obra llena de pequeños símbolos, con una lectura poética de la cultura altiplánica, que bordea lo pagano, la magia, lo religioso, a través de un exhuberante colorido y una fe que mueve montañas.

Por Alejandra Coz Rosenfeld

Publicado el 21.9.2018

El último hombre en esquiar el Chacaltaya, es un video que fluctúa entre lo performático y lo documental. Trabaja desde la evidencia como arma de denuncia y por otro lado honra de manera transversal la cultura altiplánica de la cordillera de Los Andes.

Es un trabajo que habla sobre la memoria, la memoria como recurso individual y como colectivo, como rito ancestral y como acto de Fe ciega.

La memoria es nostalgia, ardor, olvido, presencia e intensidad. En la medida que pulse, sigue vivo. Y esta obra habla de eso, de volver a rescatar esa memoria que borró la mano del hombre y que escapa, de manera irónica del control de la misma mano.

El video documental evidencia la muerte del primer glaciar a causa del cambio climático.

 

 

El cerro Chacaltaya se encuentra a 30 kilómetros de la ciudad de La Paz en Bolivia y es considerado una deidad. Con una altura de 5 mil 421 metros sobre el nivel del mar. Fue la primera pista de esquí de Sudamérica y la más alta del mundo. Albergando también la vergüenza y sanción de la Pachamama en ser el primer glaciar tropical extinto de este continente.

En la cultura andina, el tiempo y el espacio son sagrados, así como los accidentes geográficos, los nevados, volcanes, montañas, cerros, ríos y lagos.

Los lugares elevados en especial, se consideran seres sagrados y es justamente allí donde se realizan las festividades y cultos religiosos, tanto para agradecer, ofrendar, como para pedir la intervención divina.

El Chacaltaya es considerado como un Achachila de la ciudad de La Paz, es decir, un espíritu tutelar que protege y que encarna la presencia de los antepasados, vigilando, compartiendo los sufrimientos y dando las bendiciones correspondientes.

El video documental rescata y enmarca tres acciones dentro de las principales festividades bolivianas, donde Caballero inserta la memoria del Chacaltaya, a través de distintos objetos.

En Martes de challa, carnaval altiplánico, es una ceremonia de reciprocidad con la Pachamama, donde se preparan ofrendas sobre una mesa o apxata, las que luego se cubren con un agüayo (manta tradicional) para ser quemadas y ahumadas con maderas aromáticas de Koa y palo santo, para finalmente ser enterradas y devueltas a la Pachamama. Estas ofrendas llevan frutas, caramelos, especias, cereales, confites, nueces, vino, alcohol, pétalos de flores, serpentinas, un feto de llama, etcétera. En esta festividad Caballero confecciona dulces relacionados con el Cerro Chacaltaya con dibujos con la figura de esquiadores y del cerro mismo, y los entrega en los distintos puestos para que sean incluidos en las ofrendas.

 

 

 

 

La feria de las Alasitas, ocurre cada 24 de enero y su objetivo es la venta de miniaturas con la finalidad ritual de que las mismas se conviertan en realidad. La deidad aymara Ekeko (dios de la abundancia) es el objeto principal de la feria. En esta feria Caballero realiza y distribuye las piezas de esquiadores en miniatura.

 

 

Y por último, la Preste de la fraternidad Chacaltaya, homenaje a la Virgen del Carmen, quien es la santa patrona del Chacaltaya. Donde a través de un desfile y baile folclórico se rinde culto. Aquí Caballero se une a la fraternidad.

 

 

 

 

La obra de Caballero culmina con la acción de subir a la cumbre del Chacaltaya con una tabla de Snowboard, como forma de ritual, donde se lleva nuevamente el anhelo de acariciar la montaña, la memoria de un deporte tan ajeno a la cultura boliviana, la esperanza de nieve, la fe de los ritos realizados y la conexión directa con la Pachamama y la cumbre sagrada de la montaña.

Es una obra llena de pequeños símbolos, con una lectura poética de la cultura altiplánica, que bordea lo pagano, la magia, lo religioso, a través de un exhuberante colorido y una fe que mueve montañas.

 

El audiovisualista español, Eduardo Caballero

 

Eduardo Caballero nace en Santa María de Guía, Gran Canaria/España, en 1987.

Licenciado en Geografía por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Se traslada a Chile el año 2013. Paso fundamental que lo lleva a experimentar en carne propia la inmensidad de la cordillera de los Andes, con su geografía y su  ancestral cultura. Así comienza la fusión entre sus dos pasiones, que lo llevan a entrelazar su trabajo como geógrafo y artista. Incorporando así, nuevas formas de representación.

Su enfoque deambula entre los diferentes ámbitos de la geografía, donde es posible hacer una reflexión sobre la migración, la representación cartográfica, los riesgos naturales, las dinámicas humanas y la mística asociada a ésta que se expresa a través de lo visual, como documento y poesía, ya que lo que prima en su obra es la memoria.

 

Teaser:

 

 

Alejandra Coz Rosenfeld nace en Santiago de Chile, en 1972. Poeta, artista y terapeuta transpersonal, estudió letras y estética en la Pontificia Universidad Católica de Chile, y arte en el Palazzo Spinelli, de Florencia, Italia. Ha publicado el poemario Marea baja (Editorial Cuarto Propio, Santiago, 2017), y prepara su primer libro de relatos con el título tentativo de Las aguas de Neptuno y otros cuentos.

 

 

Crédito de las fotografías utilizadas: Eduardo Caballero