Entrevista a Lina Meruane: «El cuerpo no es autónomo, sino parte de un sistema de relaciones sociales, políticas y hasta económicas fundamentales»

Tras la premiada novela «Sangre en el ojo» y la crónica «Volverse Palestina», la audaz escritora chilena radicada en Estados Unidos regresa con «Sistema nervioso» (Random House, 2018), la historia de una familia y de sus enfermedades, y donde aborda entre otros temas el aborto, la actualidad nacional, el rol de la mujer y la pornografía infantil, pero siempre bajo su peculiar mirada estética y creativa. Aquí, dialoga con el Diario «Cine y Literatura» acerca de su nuevo libro.

Por Nicolás Poblete Pardo

Publicado el 20.11.2018

La narradora chilena Lina Meruane (Santiago, 1970) acaba de lanzar su novela Sistema nervioso. Acá, nos habla sobre ella, en una conversación trepidante y sin concesiones.

Es una constante en tu narrativa abordar el tema de la(s) enfermedad(es). ¿Cómo surge esta preocupación que conectas con escenarios politizados?

-Esta cuestión está muy cerca de mi biografía personal, al yo haber convivido con una condición física desde la infancia, pero tal vez más importante es que la salud y la enfermedad son temas no sólo presentes sino obsesivos en mi círculo familiar, entonces ese lenguaje, esa mirada diagnóstica, es parte de mi formación y si no me hubiera apasionado tanto la literatura tal vez hubiera sido médico. Con el tiempo fui comprendiendo que el cuerpo no era autónomo, sino parte de un sistema de relaciones sociales, políticas y hasta económicas fundamentales, que es precisamente desde esos otros espacios donde de conciben y construyen los cuerpos, sus definiciones. Comprendí que no se podía (que yo no podía) pensar el cuerpo como una abstracción.

 

Sistema nervioso es una novela que, evidentemente, requirió muchísima investigación. Háblanos de este proceso.

-En todas mis novelas y ensayos hay mucho tiempo de reflexión y de lectura que van detonando imágenes propias e ideas: lo más rápido para mí es escribir. En esta novela, hubo mucha lectura de casos clínicos, de testimonios y novelas alucinantes sobre cuestiones del cuerpo a veces muy estrambóticas, y hubo también mucha lectura astrofísica, una disciplina especulativa y poética fascinante, un descubrimiento inesperado para mí. La cuestión después consiste en dejar los libros de lado y ver que quedó de todo eso en los personajes y en la trama, porque a mí, más que el dato duro me interesa pensar cómo ese dato se conecta con la imaginación y la sensibilidad de determinados personajes.

 

Al leer Sistema nervioso, pensé, entre las referencias literarias, en The Years, la novela-ensayo que proyectó Virginia Woolf, con la idea de la mirada panorámica. Y también en sus ensayos sobre enfermedad y el rol de la mujer.

-No he leído esa novela… entonces no puedo decirte nada sobre ella, pero sí puedo decir que yo empecé escribiendo este libro desde la escritura de un ensayo que consistía en lo opuesto, era una reflexión sobre la “mirada interior”, sobre la obsesión visual de la medicina que antes requería abrir los cuerpos para verlos, y ahora utiliza procedimientos tecnológicos que no requieren la apertura física, la idea de ese ojo de rayo equis, entre divino y panóptico… Pero como decía la Grace Paley, una escribe desde lo que sabe hacia lo que no sabe, y en ese proceso aparecieron nuevos personajes, y situaciones que derivaron hacia una mirada más panorámica, más social sobre la enfermedad.

 

-Tu escritura en general raya en la experimentación. ¿Cuáles son los desafíos formales a la hora de escribir?

-Yo siempre busco no repetir la estructura de una novela, justo lo que me alucina es encontrar nuevas maneras de contar. Y por eso hay un libro que conjuga cuentos en su interior, otro que contiene poemas y un monólogo teatral, y esta novela contiene momentos ensayísticos en su interior y unos momentos poéticos que corresponden a los cortocircuitos mentales de la protagonista. Pero el verdadero desafío es que, haga lo que una haga, la novela se sostenga, que esté a la altura de sus propias reglas internas. El riesgo que se corre es que eso no resulte, pero yo siempre he preferido correr ese riesgo a repetir lo que ya he aprendido a hacer.

 

Sistema… es una novela deliberadamente opaca que actúa como una caja de resonancia. ¿Cómo pensaste los capítulos de esta narración, que son referencias astrales?

-Deliberadamente opaca no es, yo no he buscado la opacidad. Al contrario, he buscado la luminosidad en este libro que sin duda es oscuro en su tema; la luz es un motivo recurrente a lo largo de la novela, los fragmentos de la novela buscan ponerle luz a cada personaje e incluso el final, a diferencia de los finales de muchas novelas mías, es un intento de salida hacia un futuro posible… Lo que sí es muy deliberado es esa estructura de ecos que tú mencionas, esa caja de resonancia en la que reaparecen escenas del pasado. Todo eso tiene que ver con el hecho de que la protagonista es astrofísica, tiene una obsesión “astral” que la lleva a pensar en la simultaneidad del tiempo (no en su linealidad), en el caos (y no en el orden), y en el estallido que da origen a un universo en permanente expansión. Es el imaginario de la protagonista lo que produce la estructura de la novela.

 

Nicolás Poblete Pardo es escritor, periodista y PhD en literatura hispanoamericana por la Washington University in St. Louis, Estados Unidos. En la actualidad ejerce como profesor titular de la Universidad Chileno-Británica de Cultura, y su última novela publicada es Concepciones (Editorial Furtiva, Santiago, 2017). Asimismo, es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

«Sistema nervioso» (Ramdom House, Santiago, 2018), de Lina Meruane

 

 

La narradora nacional Lina Meruane

 

 

El escritor y periodista chileno, Nicolás Poblete Pardo

 

 

Crédito de la imagen destacada: Lina Meruane, por Mariana Garay.

Crédito de la fotografía a Nicolás Poblete Pardo: Leo Vidal.

Crédito de la segunda fotografía a Lina Meruane: Dirk Skirba.