Ofreciendo un panorama distinto y refrescante, la novela del autor norteamericano escapa de las historias autoficcionales y del yo, para erigirse como una bandera que nos invita a no olvidar lo colectivo ni lo público, sino a pensar nuestros proyectos narrativos desde los múltiples -y delirantes- prismas del globo.

Por Joaquín Escobar

Publicado el 21.11.2018

Luke Rhinehart (Nueva York, 1932) logró una importante fama en el mundo literario con su novela El hombre de los dados (1971), un texto intenso e interesante que describe la cruenta realidad que se vivía en Nueva York en la década del setenta. El protagonista, un psiquiatra obseso, se cansa de una existencia burguesa y rutinaria, y opta por tomar las decisiones más importantes de su vida luego de lanzar un par de dados. Los cubos se convierten en sus mejores aliados, y en su vida entra un azar oxigenado de crímenes, humor y sexo.

La interesante editorial Mal Paso, acaba de publicar en español La invasión de las bolas peludas (2016), la segunda novela de Rhinehart traducida al castellano, y pese a que el escrito aún no alcanza los ribetes de popularidad de El hombre de los dados, estamos ante un texto tan interesante como este, pues hay constantes diálogos con la sociedad que habitamos, mostrando que no todo es tan estático como parece y que detrás de cualquier piedra que parezca antojadiza se encuentra una importante vertiente política.

Billy Morton es un pescador que vive sus últimos días laborales. Dueño de una destartalada embarcación pesquera, sabe que pronto se jubilará, por lo mismo, recorre ríos y mares como si fueran sus últimos momentos sobre la tierra. Casado con una mujer más que joven que él, esté ex hippie aún guarda una mentalidad crítica ante los procesos políticos por los que atraviesa el país. Desconfiando de las distintas formas de poder con un sentido irónico que atraviesa todo el relato.

Un día en el que Morton se encuentra navegando, descubre a un pez con forma esférica. Pese a que intentan devolver el cuerpo extraño al mar, este vuelve a subir al barco, dando botes como si fuera una pelota de baloncesto. El objeto, sin ojos ni boca, sigue a Morton hasta su casa, convirtiéndose en la mascota favorita de sus hijos. A las pocas semanas, confiesa ser un extraterrestre, y anuncia que muy pronto la tierra será habitada por seres idénticos a él con el propósito de subvertir el orden establecido. Sus pares, estas pelotas-extraterrestres, denuncian y luchan por terminar con las agudas e infinitas brechas sociales, las cuales estarían determinadas por los desproporcionados gastos en armamento militar. Disfrazados de hackers -y con ayuda de humanos- pretenden desestabilizar el orden hegemónico mundial, para crear una revolución política-social nunca antes vista por la humanidad.

La invasión de las bolas peludas es un libro que además de entretención -y tensión-, entrega análisis y reflexión. El texto discute -y critica- las supuestas grandezas del Estado norteamericano, siendo la literatura un agente de lucha contra las injusticias y sus supuestas leyes de la naturaleza.

A medio camino entre Black Mirror y Alf, el libro de Rhinehart se erige como una de las grandes traducciones norteamericanas de los últimos tiempos. Ofreciendo un panorama distinto y refrescante, que escapa de las historias autoficcionales y del yo, para erigirse como una bandera que nos invita a no olvidar lo colectivo ni lo público, sino a pensar nuestros proyectos narrativos desde los múltiples -y delirantes- prismas del globo.

Joaquín Escobar (1986). Escritor, sociólogo y magíster en literatura latinoamericana. Reseñista del diario La Estrella de Valparaíso y de diversos medios digitales, es también autor del libro de cuentos Se vende humo (Narrativa Punto Aparte, 2017). También es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

La edición en castellano de «Invasion» (2016), que Malpaso Ediciones lanzó el año pasado (2017)

El novelista estadounidense Luke Rhinehart (1932)

El escritor y crítico chileno, Joaquín Escobar

Crédito de la imagen destacada: Malpaso Ediciones Diputación.