[Entrevista] Cineasta Cecilia Toro: «La perspectiva de la niñez es la verdad»

La realizadora audiovisual, y quien también fue la productora general del premiado cortometraje «Bestia» —el cual incluso estuvo nominado para los Premios Oscar 2022—, publica en esta oportunidad una fotonovela gráfica titulada «Calfucoy. Con los pies en la tierra».

Por Nicolás Poblete Pardo

Publicado el 22.8.2022

Calfucoy. Con los pies en la tierra (Ocho Libros 2022), de Cecilia Toro, es una fotonovela gráfica protagonizada por Eloísa, una niña «intra departamento», que actúa como portavoz de un discurso ecológico que se entrecruza con su búsqueda de raíces.

Su experiencia revierte el fenómeno migratorio campo–ciudad, pues ella realiza su éxodo para dejar atrás la toxicidad urbana en busca de aire limpio y contacto con la tierra.

La escritora Daniela Catrileo describe Calfucoy como: «un pequeño universo sensible que nos transforma en testigos del relato de una niña mapuche, warriache y champurria que apuesta por recuperar los saberes comunitarios y las formas de vida en relación con el küme mongen/buen vivir…».

Catrileo agrega que esta publicación: «llega hoy como una invitación a imaginar un porvenir posible en plena vorágine neoliberal».

Cecilia Toro es directora de arte de contenidos para las infancias, y filtra sus contribuciones desde focos tan variados como la animación, la publicidad y la divulgación científica.

Autora del libro y álbum Fresia libre (2014) y del cortometraje biográfico de Violeta Parra Cantar con sentido (2017), Cecilia también colaboró como productora general del elogiado cortometraje Bestia, una de las cartas del cine chileno en los recientes premios Oscar.

 

Los materiales de un trabajo

—Comparas la gestación de este proyecto a la participación en una banda musical, por la variedad de instrumentos. ¿Cómo aunaste tus materiales?

—Creo mucho en la realización colectiva. En general, los autores de literatura tienen procesos un poco más solitarios, pero al venir de la animación, seguí la costumbre de trabajar en grupo, pidiendo a muchas amistades admiradas que tocaran «en esta banda» con su mejor talento/instrumento.

En ese sentido, podríamos decir que así fue ir reuniendo los materiales de trabajo: tener un buen guion, un storyboard completo de la novela que fuera visualizando bien la historia, diseñar bien los personajes, construirlos, crear estos mini mundos, fotografiarlos en ellos y diseñar el libro.

Cada paso fue fundamental y necesité mucha ayuda para cada etapa.

 

«¿Y si paramos un poco?»

—En tu presentación afirmas: «Tuve la necesidad de hacer una radiografía culpable de los errores que podemos estar cometiendo como sociedad…». Asimismo, uno de los móviles para este proyecto fue: «retratar a la nueva niñez de este milenio». Eloísa se autodefine como una: «niña intra departamento». Ella es muy consciente de la huella de carbono. ¿Qué te permite la perspectiva infantil?

—Permite la simpleza del sentido común. Lo que es obvio de concluir, pero que nadie se atreve a concretar, porque muchas veces es difícil responder a esas obviedades, porque requiere mucha consecuencia. La perspectiva de la niñez es la verdad. Y muchas veces no estamos a la altura.

Todo el mundo escucha a Greta Thunberg, pero pocos se dan el trabajo de concretar acciones para revertir lo que ella nos muestra en nuestras narices.

Creo que este libro es una respuesta lógica al sentido común, para un problema complejo: «¿Y si paramos un poco?», y pienso que si se dice desde la niñez, quizás pueda llegar más hondo. Hablarle a nuestras niñas y niños internos que siempre nos dicen la verdad.

 

«La ficción muchas veces nos permite sanar nuestras heridas»

—»Quise tocar el tema de la identidad étnica en esta historia champurria», explicas. El padre de Eloísa es mapuche y, aseguras, lo más preciado que toda persona tiene son su sangre y sus raíces. Dedicas el libro a tus abuelos. Cuéntanos de este cruce entre tradición, historia personal y ficción.

—La ficción muchas veces nos permite sanar nuestras heridas al mirarlas de frente y creo que terminar y publicar este libro ayudó mucho a sanar las mías, respecto al origen.

Reconocer que, en la línea de tiempo de mi propia familia al dejar el campo y venirse a la ciudad en los años 40, se fue destiñendo la memoria y olvidando los conocimientos de la tierra, hasta las mismas palabras maternas mapuche para usar las españolas de la Real Academia.

Creo que en toda Latinoamérica cortamos con ese vínculo que podíamos tener con nuestro origen indígena y nos zambullimos de lleno sólo a las culturas foráneas. Pero de alguna forma estamos reflexionando y despertando.

 

La generosidad de un equipo de trabajo

—Tu trabajo también contó con la colaboración de Leo Beltrán, Vicente Vergara y Toto Duarte. ¿Cómo fue la experiencia de compartir este proyecto con estos artistas?

—Necesario y fundamental. Trabajamos en conjunto con Leo Beltrán, Toto Duarte y Vicente Vergara, la biografía animada de Violeta Parra en stop motion Cantar con sentido, dirigida por Leo Beltrán. Entonces veníamos como un equipo muy cohesionado, que nos entendíamos muy bien.

Pedí a Toto Duarte colaborar desde su hermoso arte, la ambientación del imaginario de Calfucoy que construimos en conjunto. Cada detalle contaba cosas sobre los personajes, cada color tenía un sentido.

Vicente Vergara hizo la iluminación y fotografía de más de 400 viñetas, para estas 100 páginas de novela gráfica, donde nos guiamos con un storyboard que estructuraba narrativamente el libro y un plan de rodaje muy parecido al que usábamos para la animación.

El artista y autor y editor de cómics, Sebastián González, hizo el primer armado de este material, que fue de tremenda ayuda.

Luego Leo Beltrán, con su experiencia en dirección, pudo dar perspectiva a todo este material visual, afinando, perillando, ajustando el diseño editorial de esta novela, muy parecido a la precisión del montaje de un cortometraje.
Fue lindo ese paralelo entre el cómic y la animación. Siento que este libro es un perfecto híbrido.

Fue demasiada la generosidad de estos compañeros, tan talentosos en sus áreas que me ayudaron con energía y experiencia para que este libro saliera a la luz.

 

 

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Nicolás Poblete Pardo (Santiago, 1971) es periodista, profesor, traductor y doctorado en literatura hispanoamericana (Washington University in St. Louis).

Ha publicado las novelas Dos cuerpos, Réplicas, Nuestros desechos, No me ignores, Cardumen, Si ellos vieran, Concepciones, Sinestesia, y Dame pan y llámame perro, y los volúmenes de cuentos Frivolidades y Espectro familiar, y la novela bilingüe En la isla/On the Island.

Traducciones de sus textos han aparecido en The Stinging Fly (Irlanda), ANMLY (EE.UU.), Alba (Alemania) y en la editorial Édicije Bozicevic (Croacia).

Asimismo, es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

«Calfucoy. Con la tierra en los pies», de Cecilia Toro (Ocho Libros, 2022).

 

 

 

Nicolás Poblete Pardo

 

 

Imagen destacada: Cecilia Toro.