«Mateluna», de Guillermo Calderón: Un ejercicio teatral, político y judicial

Una de las obras más emblemáticas del dramaturgo chileno -la cual concibe como un montaje reivindicatorio de la figura de Jorge Mateluna, a la vez que una puesta en escena que problematiza las deficiencias y errores del juicio en su contra, evidenciando las fallas de las pruebas con que fue acusado y condenado- se exhibió hasta el último fin de semana en la sala Camilo Henríquez de la capital. Acá, la visión crítica de «Cine y Literatura».

Por Jessenia Chamorro Salas

Publicado el 11.9.2018

I try to discover
A little something to make me sweeter
Oh baby refrain from breaking my heart
I’m so in love with you
I’ll be forever blue
That you gimme no reason
Why you make-a-me work so hard
ErasureA Little Respect

Retorna a la cartelera esta temporada, en el ciclo “Teatro Contingente” organizado por el Teatro Camilo Henríquez, el montaje Mateluna, estrenado originalmente el 2016, y que se ha convertido en una de las realizaciones escénicas de Guillermo Calderón [1] más controversiales, debido a que problematiza el juicio de Jorge Mateluna, ex miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, y cercano tanto al grupo de actores como al propio Calderón, con quienes había colaborado –según se afirma en el propio montaje – en la realización de la obra Escuela (2013) por su experiencia frentista durante la Dictadura (1973 – 1990). Justamente ese año (2013) Jorge Mateluna es detenido y posteriormente enjuiciado por el supuesto asalto a un banco en la comuna de Pudahuel, hecho de carácter terrorista y por el cual fue sentenciado a más de quince años de condena en una cárcel de máxima seguridad.

Mateluna se concibe como un montaje reivindicatorio de la figura de Jorge Mateluna, a la vez que una puesta en escena que problematiza las deficiencias y los errores del juicio en su contra, evidenciando las fallas de las pruebas con que fue acusado y condenado. A través de esto, la obra critica además, al sistema político-judicial en su conjunto, debido a que su visión sesgada y excesivamente subjetiva no solo confunde la realidad de los hechos, sino que aun más, manipula la realidad con intenciones lapidarias para el acusado, en este caso, la víctima de un juicio marcado por su ineficiencia y prejuicio. A la vez que, de modo proyectivo, el montaje cuestiona a la sociedad y a las lógicas de poder e injusticias que llevan a los jóvenes a conspirar contra el sistema poniendo en riesgo incluso su propia existencia.

El montaje Mateluna no solo contiene valor por la problemática judicial que tematiza, y la figura a la que se refiere, sino también por su propuesta teatral, la que opera bajo la modalidad del teatro biodramático y documental, siguiendo una línea ya conocida en los montajes chilenos, por las obras de la compañía La Laura Palmer, y la obra El año en que nací, de Lola Arias. En Mateluna, el trabajo documental radica principalmente en la exposición y cuestionamiento de las pruebas con que fue acusado y condenado Jorge. En este sentido, los archivos más relevantes constan de un video de la cámara de seguridad del banco en donde se ve a los asaltantes, y un video del momento en que es reconocido uno de los participantes de entre los sospechosos, prueba que es refutada por el hecho de que la inscripción realizada por el carabinero encargado de la diligencia fue errónea, ya que él anotó el nombre de Jorge Mateluna, cuando debía anotar el nombre del hombre que había sido reconocido por el testigo. Además de la recreación de un video que supuestamente replica la persecución de los bandidos y explica el contexto en que fue encontrado Jorge Mateluna en Pudahuel.

Por su parte, el trabajo biodramático llevado a cabo en el montaje incluye la experiencia de los mismos actores, su cercanía a Jorge, a la vez que sus deseos por reconstruir y representar la historia de ese soldado preparado para una guerra que nunca ocurrió. Los actores intentan re-presentar trozos de las obras con que -antes de Mateluna – habían intentado representar lo ocurrido a Jorge, recuerdan la puesta en escena de Escuela en la que él colaboró, la realización de Vaca, obra ficcional que nunca existió; un viral de youtube llamado “Comunicado”, también ficcional, y Estética, obra que tampoco fue llevada a escena y que alude al texto Estética de la resistencia de Peter Weiss. En estas re-presentaciones incrustadas en la obra y que poseen un carácter ficticio, los límites entre la realidad y la ficción se diluyen, pues para el espectador todo lo que ocurre en escena, tal como es mostrado, pareciese ser real, sin embargo lo real apunta solo a lo referido a las pruebas del juicio, no a los mecanismos teatrales con que opera la propuesta escénica de Mateluna, de ahí que se genera cierta confusión en el espectador al no existir una clara diferencia entre lo que es ficticio y lo que es real.

En este montaje Guillermo Calderón además de lanzar una proclama en defensa de Jorge Mateluna a través de la plataforma teatral, critica y parodia a los grupos de jóvenes anarcos–revolucionarios, a quienes infantiliza evidenciando que sus convicciones carecen de esa férrea certeza de antaño, y a quienes muestra como un grupo semiorganizado y amateur, cuyo objetivo no es cambiar el sistema desde sus bases, sino solo “hacer ruido”, muy distinto al contexto de los revolucionarios de Escuela (2013) y a la lucha del FPMR durante la Dictadura, grupo al que perteneció Mateluna en su juventud. En escena los jóvenes aparecen encapuchados, solo en una parte de la puesta en escena se develan sus rostros, Y el ejercicio actoral performático que despliegan resulta interesante, aunque a veces poco fluido e incluso maqueteado, sin embargo, logran realizar de modo efectivo un recorrido dramático desde las recreaciones ficcionales hacia las pruebas de la hipotética inocencia de Jorge Mateluna.

Mateluna se concibe como un ejercicio de memoria colectiva con escenificación metateatral, lo que contribuye a la comprensión de una lucha anti-sistémica. A su vez, contiene un proceso investigativo y documental que opera como método de construcción de un teatro con connotaciones políticas tanto en su forma como en su fondo, cuyas estrategias performáticas generan de modo brechtiano un efecto de extrañamiento en el espectador, a quien se busca apelar e incitar a la toma de conciencia respecto del hecho relatado. Mateluna nace desde una postura ética, política y estética, que pese a su carácter excesivamente panfletario a ratos, se sustenta como un ejercicio teatral que problematiza la ficción de la realidad, a la vez que la ficción misma del quehacer dramático.

 

Citas:

[1] Dentro de la prolífica carrera de Calderón se encuentran las obras: Neva (2006), Clase (2008), Villa y Discurso (2011), Beben (2012), Escuela (2013), Feos (2015), y Mateluna (2016).

 

Jessenia Chamorro Salas es licenciada en lengua y literatura hispánica de la Universidad de Chile, profesora de lenguaje y comunicación de la Pontificia Universidad Católica de Chile, magíster en literatura latinoamericana de la Universidad de Santiago de Chile, y doctora (c) en literatura de la Universidad de Chile.

 

Una escena del montaje de Guillermo Calderón que acusa deficiencias en el juicio que sentenció a prisión al ex frentista Jorge Mateluna, por un delito que no habría cometido

 

 

Ficha técnica:

Dirección y dramaturgia: Guillermo Calderón.

Temporada: Del 30 de agosto al 8 de septiembre, de jueves a sábado, en la sala Teatro Camilo Henríquez.

Horario: 20:30 horas.

Duración: 90 minutos.

 

 

Crédito de las fotografías utilizadas: Teatro Camilo Henríquez