[SANFIC 17] «Gran Avenida»: Los latidos humanos del sur de Santiago

El nuevo crédito del director nacional Moisés Sepúlveda (recordado por su filme «Las analfabetas») destaca por la elevada calidad de su factura audiovisual, así como debido a las grandes actuaciones del elenco de actores que dan vida dramática a esta historia escenificada en reconocibles barrios de la capital de Chile.

Por Enrique Morales Lastra

Publicado el 21.8.2021

Después de la grata sorpresa que significó Las analfabetas (2013), el realizador chileno Moisés Sepúlveda retorna a la dirección con este motivante largometraje de ficción ambientado en las comunas del centro-sur del Gran Santiago: San Miguel y La Cisterna.

En un circuito que por lo general esquiva filmar en las veredas de la ciudad propiamente tal, más allá de las cuadras situadas en el cono de altos ingresos, con esta obra, Sepúlveda revaloriza a ese otro sector mayoritario de la urbe metropolitana, al ejecutar una trama convincente al interior de sus límites ambientales y geográficos, y valiéndose para ese objetivo de una extraordinaria caracterización de personajes.

Bajo ese aspecto de análisis sobresalen las interpretaciones del elenco conformado por Paulina Giglio, Iván Parra, Gastón Salgado y Gabriel Cañas, especialmente la intervención de este último, y quien dota a su rol de un registro emocional y de una composición psicológica que traspasa el impacto ficticio de lo visual: su construcción del apremiado Ronald camina por montones en estas calles y se arrima a los buses y al tren de la la ciudad de Santiago en pasajes que se numeran por miles.

En efecto, si los filmes nacionales están lejos de delinear una visión plausible de los reductos y barrios mesocráticos, esto se debe principalmente a la comodidad que brinda rodar en los espacios ya colonizados con anterioridad por las producciones locales (casi siempre un reflejo del hábitat social de sus autores), y a la facilidad presupuestaria que implica aferrarse a los interiores en cuanto a una solución fácil y probable ante la posibilidad de variadas coyunturas y problemas de orden técnico, que surjan durante el desarrollo del plató.

Pero en esta ocasión, el equipo de Sepúlveda busca la calle, y se inserta en la sociabilidad de esa Santiago previo a la pandemia y al estallido social, y la retrata con un agudo ojo antropológico, que más allá de reflejarse en los diálogos y en las interpretaciones de los buenos actores que acá se dan cita, la recrean e inventan, a través de una cámara que ambiciosa, explora en cuanto plano, desplazamientos y gradualidad lumínica (diurna y nocturna), se pueden capturar en una secuencia filmada en los exteriores de las ya referidas comunas, las que bordean a ese camino que durante gran parte del siglo XX fue la principal arteria vial de la capital de Chile (la llamada Gran Avenida General José Miguel Carrera).

Asimismo, la banda sonora escogida por el diseño de sonido, se convierte en una compañera cómplice de los propósitos artísticos de ese elaborado guión, escrito por el director, en comandita con Michel Gajardo Caselli, a fin de matizar los sentimientos de esos personajes que se cruzan entre ellos mediante sus frustraciones, fracasos y el hastío que les produce la plana cotidianeidad que los asfixia, y las promesas de un presente que lejos de concretarse, se difumina en separaciones y dolorosos alejamientos.

Por momentos, el segundo largometraje de ficción de Moisés Sepúlveda cita en su reflexividad cinematográfica al Raúl Ruiz de Tres tristes tigres y a La buena vida de Andrés Wood, precisamente por ese factor de identificar en el imaginario de la ciudad de Santiago, a rincones reconocibles, a calles y a plazas con existencia cultural propia, incluidos al modo de brillantes coprotagonistas de una historia que en acotados 72 minutos se aprecia bajo los cánones de una perfección dramática encomiable.

Gran Avenida es un filme singular por su propuesta estética y argumental en el cine chileno contemporáneo, más allá de si su paso por la competencia nacional de este Sanfic 17, sea gratificado o no con un premio o merecido galardón, incrustado en su palmarés de futuros reconocimientos.

 

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Tráiler:

 

 

Crédito de la imagen destacada: Gran Avenida (2021).