[Adelanto] «Las cuatro estaciones»: El genio musical de Vivaldi en la Maestranza

El próximo viernes 9 de febrero, la Orquesta Barroca de Sevilla interpretará —en el principal escenario de Andalucía— la célebre partitura del compositor veneciano, en una función que también contará con la participación, en calidad de solista, de la destacada violinista francesa de origen armenio, Chouchane Siranossian, y del director italiano Andrea Marcon, a cargo de la batuta.

Por Eduardo Suárez Fernández-Miranda

Publicado el 29.1.2024

Agghiacciato tremar tra nevi algenti / Al Severo Spirar d’orrido Vento, / Correr battendo i piedi ogni momento; / E pel Soverchio gel batter i denti. L’Inverno. [Entre la nieve, tiritar helado / Al severo soplo del hórrido viento, / Correr, siempre los pies en movimiento; / Castañear cuando el hielo es extremado. Invierno].

Estos versos fueron compuestos, probablemente, por Antonio Vivaldi (Venecia, 1678 – Viena, 1741), y pertenecen a los sonetos que sirvieron, al gran Prete Rosso, de acompañamiento a su obra más famosa: Las cuatro estaciones.

Así, los textos poéticos: «enmarcan con imágenes el desarrollo musical como una suerte de danzas que atribuyen motivos musicales al espíritu emocional de cada época del año».

Las cuatro estaciones formaron parte, junto con otros ochos conciertos, de un ciclo titulado por Vivaldi, Il Cimento dell’Armonia e dell’ Invenzione. Se pretendía con esta agrupación de conciertos: «sistematizar el arte de tocar el violín tal como se hacía con la música vocal: un hecho que depende de la técnica del arco, ya que condiciona la expresividad y la articulación de la ejecución para destacar todos los matices». Publicados en 1725, fueron dedicados al conde Wenzel von Morzin, de Bohemia.

De esta forma, la Orquesta Barroca de Sevilla continúa con su ciclo de conciertos en el Teatro de la Maestranza, y en esta ocasión presenta al público sevillano, Las cuatro estaciones.

Además, el programa incluirá, en su primera parte, el Concierto para cuerdas en do mayor, RV 114, el Concierto para dos violonchelos en sol menor, RV 531, el Concierto para cuatro violines en si menor RV 580, L’estro armonico Op. 3, y el Concierto para violín en re mayor Grosso Mogul, RV 208, del compositor veneciano.

 

Una experiencia sonora de primer orden

Desde hace más de veinticinco años, la Orquesta Barroca de Sevilla ha interpretado la música docta con gran rigurosidad y criterio historicista. Es considerada una de las más importantes agrupaciones españolas de música antigua. Entre los galardones que han recibido se encuentran el Premio Nacional de Música y el Premio Manuel de Falla.

Su actividad musical se ha desarrollado en los principales escenarios españoles y europeos. En la ciudad de Sevilla forma parte de la Temporada de conciertos del Teatro de la Maestranza desde hace muchos años.

De su interpretación se ha dicho que, sus instrumentalistas, se encuentran en: «absoluto estado de gracia: tiempos vertiginosos acometidos con pasmosa transparencia en connivencia con delicadas texturas, conjunción emocionante de una instrumentación riquísima». Esto convierte a sus conciertos en una experiencia musical de primer orden.

Para su función del próximo viernes 9 de febrero en la Maestranza (a las 20 horas local), la Orquesta Barroca de Sevilla estará dirigida por Andrea Marcon (1963). El músico italiano ha estado al frente, como invitado, de importantes formaciones: las agrupaciones filarmónicas de Berlín, Bremen o Essen, entre otras.

Asimismo, Marcon ha sido director artístico y titular de la Orquesta Ciudad de Granada, y tiene en su haber más de medio centenar de grabaciones discográficas como director y solista. Actualmente es profesor en el Mozarteum de Salzburgo.

Como violín solista actuará la intérprete francesa de origen armenio Chouchane Siranossian, una de las principales virtuosas de la escena barroca internacional del momento.

Siranossian se ha presentado infinidad de veces como concertista estelar, y también ha colaborado con agrupaciones de gran prestigio, tales como la Orquesta de Cámara de Stuttgart y la Orquesta Barroca de Venecia.

Antonio Vivaldi compuso más de 500 conciertos y sus composiciones tuvieron gran influencia en músicos de su época, como Georg Friedrich Händel, o Johann Sebastian Bach. Pero son los conciertos que forman parte de Las cuatro estaciones, los que le han dado una celebridad que ha perdurado ya 300 años.

 

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Eduardo Suárez Fernández-Miranda nació en Gijón (España). Licenciado en derecho por la Universidad de Sevilla, está realizando sus estudios de doctorado dentro del Departamento de Literatura Española e Hispanoamericana de la misma casa de estudios superiores.

Colabora como crítico literario en las revistas españolas El Ciervo, Serra d’Or, Llegir.cat, Gràffica y Quimera, donde lleva a cabo una serie de entrevistas a escritores, editores y traductores, nacionales y extranjeros.

Asimismo, escribe para las publicaciones americanas Cine y Literatura (Chile), La Tempestad (México), Continuidad de los Libros (Argentina) y Latin American Literature Today (University of Oklahoma). También, colabora de forma ocasional en los diarios asturianos El Comercio y La Nueva España.

 

Eduardo Suárez Fernández-Miranda

 

 

Imagen destacada: Orquesta Barroca de Sevilla.