Censo de almas y esclavos… igualdad: Un epitafio para la poesía de Paulo «de» Jolly

Gran parte del encanto de la obra del artista chileno que falleció durante esta fría jornada derivaba de su radical oposición —en tanto monárquico y ultraderechista confeso— hacia los logros y principios que trajo la modernidad para la civilización occidental, tales como la abolición de la esclavitud y la consecuente semejanza esencial de los seres humanos ante la ley.

Por Rodrigo Barra Villalón

Publicado el 8.6.2020

¿Qué significa la igualdad según nuestra Constitución?

La Constitución Política de la República de Chile, establece una serie de principios que rigen la institucionalidad; dentro de estos principios se encuentra el principio de la igualdad.

2º –La igualdad ante la ley.
En Chile no hay persona ni grupo privilegiados. En Chile no hay esclavos y el que pise su territorio queda libre. Ni la ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias arbitrarias…

Recién salidos de las garras monárquicas, el primer censo de Chile fue hecho hace 207 años, en 1813, y la necesidad de ejecutarlo surgió en 1810, a partir del descontento expresado por algunos diputados sobre la desproporción entre las provincias y la cantidad de representantes en el Congreso, esto, porque la cantidad de diputados por distrito había sido establecida de forma arbitraria, lo que incluso produjo algunas renuncias.

De esta manera, se decidió realizar un censo en 1811, cuyo propósito fue numerar de manera exacta a todos los habitantes del país para así establecer y definir la representación de cada distrito en la Cámara de Diputados. Sin embargo, ese mismo año José Miguel Carrera cerró el Congreso, frustrando la ejecución del conteo.

En 1813, la Junta de Gobierno compuesta por Francisco Antonio Pérez, José Miguel Infante y Agustín de Eyzaguirre, retomó la iniciativa y ordenó la ejecución del censo. Uno de los principales problemas que debió enfrentar el censo de 1813 fue la desconfianza y rechazo de las personas a ser encuestadas, quienes pensaban que los datos obtenidos serían utilizados para el cobro de impuestos o para enrolarlos en un conflicto bélico. Además, no fue realizado en Santiago ni en Concepción, provincias donde las tropas realistas se encontraban preparando la contrarrevolución de la independencia.

Pese a que con anterioridad se realizaron múltiples procesos tendientes al conteo de habitantes de zonas determinadas, conocidos en el siglo XVIII con el nombre de «empadronamientos coloniales», los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) indican que fue en 1813 cuando se realizó el primer Censo en Chile, dando inicio a un proceso evolutivo con carácter de general y sucesivo.

No obstante, datos históricos emanados de la propia institución señalan que aquellos procesos realizados en 1813 y 1835 carecieron de una institucionalidad acorde a las necesidades propias de un procedimiento de estas características. La solución a lo anterior llegaría durante el gobierno de Manuel Bulnes Prieto (1841-1851) mediante la creación de la Oficina de Estadística y la Ley de Censos.

Sin embargo, además de desprolijidades en su ejecución y, por consiguiente, en sus resultados, el Censo de 1813 se caracteriza por ser el único del listado en el que se detallaba expresamente el número de esclavos que había en las diferentes provincias del país. Esto, debido a la existencia de una categoría que dividía los resultados según oficios, tales como párrocos, clérigos, hacendados, inquilinos o militares, entre otros.

Otra singularidad del proceso de registro realizado aquel año es la utilización del concepto “almas” para referirse a los habitantes, algo que, si bien procede desde los empadronamientos coloniales, no siguió empleándose en futuros procesos.

La inclusión de la categoría de esclavos dentro del listado de oficios sería algo que solo estaría presente en el primer Censo de Chile, puesto que en 1823 se promulgó la Ley de Abolición de la Esclavitud que transformó a nuestro país el primero en hacerlo en América y el segundo a nivel mundial, después de Dinamarca.

En todo caso, el conteo determinó que, en 1813, eran 5 mil 179 los esclavos en el país.

Finalmente, respecto al uso del término “alma”, se utilizaba como sinónimo de persona, independiente de su categoría o clase social, y era un concepto universal, si ibas a la Rusia zarista de la época, encontrabas el concepto de las almas, porque los señores feudales no solo eran dueños de las tierras, si no que de estas «con sus almas», que era el concepto utilizado y en donde estaban incluidos los esclavos, al igual que en el Censo de 1813.

El Principio de Igualdad exige conferir un estatuto jurídico que se traduzca en una igualdad de trato de las personas en el derecho y ante el derecho. Exige tratar a las personas como iguales, esto es, con igual consideración y respeto. Y en virtud de ese principio todo ser humano no es superior ni inferior a cualquier otro, ninguna persona es más que cualquier otra en dignidad y en derechos, nadie puede ser discriminado.

La igualdad implica el reconocimiento de la misma dignidad y derechos a todos los seres humanos, la igualdad ante la ley, la prohibición de discriminación, todo lo cual exige la existencia de una coherencia interna del ordenamiento jurídico, que respete así este principio.

¿O será mejor transparentar las cosas de una vez?… y en el próximo censo contarnos como almas.

 

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Rodrigo Barra Villalón nació en Magallanes, zona austral de Chile, en 1965. Cirujano dentista titulado en la Universidad de Chile, ejerció durante algunos años para luego dedicarse a la actividad empresarial en un ámbito del que recién se comenzaba a hablar: Internet. La literatura siempre fue una pasión, pero se mantuvo inactiva por razones de fuerza mayor. Hasta que en 2018, alejado ya de temas comerciales, tomó la decisión de convertirla en un imperativo.

Durante ese año sometió su escritura al escrutinio de diversos editores, talleres y cursos: lanzó su primer libro de cuentos y de crónicas políticas del período de la dictadura (1973-1991), Algo habrán hecho (Zuramerica, 2019), el cual obtuvo una positiva reacción por parte de la crítica especializada y del público lector.

Luego vendría Fabulario (Zuramerica, 2019), una colección de 37 narraciones de ficción alegóricas y se encuentra trabajando en su primera novela: Un delicioso jardín. Es socio activo de Letras de Chile.

Asimismo es redactor estable del Diario Cine y Literatura.

 

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Rodrigo Barra Villalón

 

 

Imagen destacada: El poeta chileno Paulo de Jolly (1952 — 2020).