[Entrevista] Escritora Marcela Royo: «Recordar es volver a vivir»

La narradora chilena dialogó con el Diario «Cine y Literatura» a raíz de su último libro publicado, el conjunto de relatos titulado «Cosechando olvidos» (Ediciones La Garza Morena), un volumen en donde vuelve a recorrer los nudos dramáticos tan caros a su comprometida trayectoria artística: los secretos oscuros, el Alzheimer, la fe, los personajes del barrio y el misterio inagotable del tiempo.

Por Francisco Marín-Naritelli

Publicado el 13.4.2022

«Al comprender la terrible desgracia, quisiera gritar y llorar, patear y revolcarme en la arena en una de esas pataletas que sufría de niña, pero mi deber de adulta lo impide».
Manuela Royo

Marcela Royo Lira (1945) estudió en el Liceo Manuel de Salas de Ñuñoa y en la antigua Escuela de Taquígrafos del Senado de la República. Se desempeñó, asimismo, como secretaria de gerencia en Watt’s y Cía.; y allí con otros compañeros creó la revista El Duende Indiscreto.

Entre sus publicaciones se nombran a Cuentos por diversión (2011), Tardes de embrujo (2012), La maldición del Ofidio (2016) y Cosechando olvidos (2019).

Antologada en publicaciones nacionales y extranjeras, y en la revista de literatura y pensamiento Provinciana, de la Universidad de Valparaíso, obtuvo el segundo lugar en el concurso Cuento Breve de la revista internacional Imágenes de Océanos (1997) y recibió menciones honrosas del concurso Nora de Prá (Buenos Aires, 1999) y de la gaceta Peuco Dañe por su cuento «Una familia grande» (2018). En el 2011 se adjudicó la Beca de Creación Literaria del Fondo Nacional del Libro y la Lectura.

Reconocida por la Universidad del Alba por su destacada participación como expositora en el Encuentro de Mujeres Escritoras 2022, obtuvo el Premio Especial de la revista Entre Paréntesis por su trayectoria literaria y su gran aporte a la cultura nacional.

Socia en la Sociedad Escritores de Chile, miembro de SECH Mujer y de Autoras Chilenas (Auch!). Forma parte del equipo editorial de Entre Paréntesis y escribe mensualmente el espacio literario Ojo con el Libro de la mencionada revista. Actualmente participa en el Colectivo Arca Literaria.

 

«El realismo mágico se me adhirió a la piel de múltiples lecturas»

—Marcela, tu oficio literario recorre décadas, toda una vida, ¿qué sensaciones te produce Cosechando olvidos?

—La sugerencia de no olvidar, de traer al presente aquellos momentos que por alguna circunstancia permanecen escondidos en la memoria. Recordar es volver a vivir.

 

—¿Fue difícil ordenar estos 40 cuentos? ¿Cuál fue el criterio rector, porque el prologuista indica cierta intencionalidad?

—En todo libro de cuentos al comienzo es difícil darles un orden. Tengo la impresión de que ellos comienzan a ordenarse solos a medida que el autor los relee y percibe que algo los une.

 

—Hay diferentes tópicos en este libro: secretos oscuros («El mar»), personajes del barrio («El hombre de los doce perros», «El grifo»), temáticas complejas como el Alzheimer («El colibrí»), la fe («Cuestión de fe»), la muerte y los espíritus («Sepelio», «Historias de lluvia», «La mujer del autobús» o «Yo soy»), culpabilidades («Canasto de mimbre»), amores y desamparo, etcétera. ¿Cómo vas hilando estas narraciones con atisbos de realismo mágico?

—Desde niña fui muy imaginativa, me gustaba pensar que existían otras realidades, quizás la propia carecía de atractivo. Para mí son los personajes quienes hilan una buena historia, yo solo sigo sus órdenes. El realismo mágico se me adhirió a la piel de múltiples lecturas.

 

«Mi editor estuvo siempre abierto a las historias que le sugería»

—Cosechando olvidos fue publicado por Ediciones La Garza Morena. Hoy que proliferan editoriales independientes, que aparecen y desaparecen, por cierto, ¿cómo se fue armando el libro? ¿Qué dificultades tuvo? ¿Qué libertad tuviste respecto a la edición?

—Ricardo García, editor de Ediciones La Garza Morena, es un poeta de excelencia, su conocimiento literario lo aplica como editor. Pasamos horas leyendo cuento por cuento, las sugerencias iban surgiendo casi sin darnos cuenta.

Un relato visual ayuda a que eso ocurra. No hubo dificultades. Mi editor estuvo siempre abierto a las historias que le sugería. Creo que de algún modo las disfrutó.

 

—Intertextos, libros, películas, canciones. Marta Brunet, Virginia Woolf, José Donoso, Violeta Parra o Hitchcock, y queda más que evidente en los cuentos «Fósforos y bencina», «La familia», «Los nuevos vecinos», «Los pájaros» o «Noches de bruma». ¿Cuánto del oficio de escritora tributa a la influencia de otras lecturas o materiales?

—Las escrituras de excelencia de los autores mencionados se quedan grabadas muy dentro del lector, de modo que cuando este se transforma en escritor su influencia es innegable.

 

«A mi alrededor siempre estuvieron los pájaros»

—Colibríes, zorzales, gorriones, mariposas, palomos, flora y fauna profusa. ¿Qué significan en tu narrativa?

—Vivo en la comuna de Macul, la infancia la viví en La Reina. A mi alrededor siempre estuvieron los pájaros, su gorjeo es inseparable de mi ser. Es natural que sean un personaje más en mis historias, la embellecen.

 

—Háblame del tiempo en este libro, en algunos casos pareciera aludir a un tiempo impreciso, aunque sumamente nostálgico, donde pasado y presente se diluyeran. Casi mítico, pienso, por ejemplo, en «Cuando se murió el mar». Otras veces nos encontramos con un futuro distópico («Rebelión»). ¿Hubo cierto anacronismo o universalidad consciente?

—No lo sé. Me puede inspirar una pintura, la fotografía en sepia, alguna frase al azar, un personaje secundario en una novela que llama mi atención y me obliga a transformarlo en el protagónico de algún cuento.

Cuando me siento a escribir no lo tengo muy claro. Las situaciones y el tiempo van surgiendo solos.

 

El sueño de todo escritor o escritora

—Si habláramos de temperaturas o colores, ¿cuál sería la de Cosechando olvidos?

—Cosechando olvidos pasa del gris al rojo encendido, creo que es una de las razones que agradecen sus lectores, no saber con qué se encontrará en la página siguiente. Lo mismo sucede con la temperatura, sube y baja.

 

—Finalmente, ¿con qué se encontrarán lectores y lectoras?

—Lectores (hombres y mujeres) hallarán en las páginas de este libro una gama de diferentes historias que espero disfruten.

Y de esa forma logremos el juego especial que debe existir entre autor y lector para que un cuento sea catalogado de excelencia. Que es el sueño de todo escritor o escritora.

 

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Francisco Marín-Naritelli (Talca, Chile, 1986), además de periodista y de magíster en comunicación política (titulado doblemente en la Universidad de Chile) las ejerce también como profesor en la Universidad Andrés Bello y como un prolífico escritor nacional, cuyas últimas publicaciones son el libro de cuentos Interior con ceniza (Ceibo Ediciones, 2018), el volumen experimental de El perfecto transitivo (Filacteria, 2019) y Aguante! (Filacteria, 2021).

Igualmente fue el director titular y responsable del Diario Cine y Literatura, entre agosto de 2017 y mayo de 2020.

 

«Cosechando olvidos», de Marcela Royo Lira (Ediciones La Garza Morena, 2019)

 

 

Francisco Marín-Naritelli

 

 

Imagen destacada: Marcela Royo Lira.