Debate: «La última locura de Claire Darling»: El exorcismo del adiós

El largometraje de ficción de la realizadora francesa Julie Bertuccelli -actualmente en cartelera- es una tragicomedia que navega por los claroscuros de la melancolía y de la redención de un pasado que en el presente supura y eclosiona. Difícil cerrar el derrotero de un incendio en que se salvan algunos objetos y quedan a la deriva momentos cruciales en la historia de estas mujeres. No obstante, la trama en que se entretejen pasado y presente logran reconciliar vínculos -filiales y propios- antes del último adiós.

Por Alejandra Boero Serra

Publicado el 24.7.2019

«…también el cuerpo es una caja/ que alberga a un corazón y está/ atiborrado de ausencia…»
María Negroni

La directora Julie Bertuccelli (Cartas a París, 2003, ganadora de la Semana de la crítica en Cannes), transpone la novela de la estadounidense Lynda Rutledge Faith Bass Darling’s Last Garage Sale en su nueva película La última locura de Claire Darling.

La apuesta tiene mucho viento a favor para llegar a buen puerto: una historia trágica -dolor, culpa, desencuentros-, dos protagonistas que replican en la pantalla un vínculo madre/hija de la vida real -Catherine Deneuve y Chiara Mastroianni-, el encanto vintage de un pueblo cercano a París -Verderonne-, una casona con años de historia y de presencias -no todas gratas-. Sólo el final -forzado y nada verosímil- hace zozobrar un andamiaje que se perfila, en un principio, de relojería a semejanza de los autómatas que pueblan el filme.

Durante los primeros días del verano, cuando el pueblo se aviene a disfrutar de las distracciones de un circo, Claire Darling -Catherine Deneuve- decide, si es que puede elegir quien tiene las facultades mentales mermadas, hacer una venta de garage y subastar a precios irrisorios todo un patrimonio artístico valiosísimo en lo material y afectivo. Es que cuando se piensa que sólo queda un día de vida, los objetos que acompañaron ese devenir pierden densidad y deben ser arrastrados a un más allá que los disuelva junto a los afectos de los que fueron testigos mudos y necesarios. Frente a ese desborde de vaciamiento aparecerán viejos amigos de su hija Marie (Chiara Mastroianni) a salvar lo que se pueda de la codicia y  el atropello de los vecinos ávidos de antigüedades rematadas a precio vil. El regreso de Marie significa abrir la caja de Pandora: abrevar en viejas heridas -las muertes del hijo/hermano y del esposo/padre- y ajustar cuentas con ese luctuoso ayer. También, intentar una reconciliación necesaria.

La directora reconstruye la tragedia familiar haciendo comparecer al pasado y a sus protagonistas en largos flashbacks reservando los planos detalles para resaltar los objetos -relojes/ autómatas/juguetes/bibelots/un anillo/algunos cuadros -indispensables en el armado psíquico de Claire y sus hijos-. Escenas en donde el amor, el cariño y la sensibilidad frente a las obras de arte que operan como lazos/sostén frente al desamparo emocional, tratan de recomponer los quiebres de un pasado dramático y autodestructivo. Las interpretaciones de Deneuve/Mastroianni son memorables. Ambas se mueven en la ficción con una química y un profesionalismo que emociona. Excelente el acompañamiento de Samir Guesmi en el rol de ex-novio de Marie, Laure Calamy en el papel de la amiga y Alice Taglioni como la joven Claire. Insoslayable la música a cargo de Olivier Daviaud que envuelve amorosamente a esas mujeres dolientes, atrapadas en la soledad, el desamor y los remordimientos.

La última locura de Claire Darling es una tragicomedia que navega por los claroscuros de la melancolía y la redención de un pasado que en el presente supura y eclosiona. Difícil cerrar el derrotero de un incendio en que se salvan algunos objetos y quedan a la deriva momentos cruciales en la historia de estas mujeres. No obstante, la trama en que se entretejen pasado y presente logran reconciliar vínculos -filiales y propios- antes del último adiós. Adiós a los recuerdos que atormentan, adiós al desencuentro con una hija ausente, adiós a un duelo sin tregua, adiós a una mansión/museo poblada de autómatas -como la familia que la habitó- y de fantasmas que se materializan en la mente de las protagonistas confundiendo los planos de la realidad y de la ficción.

Un filme evocador. Traumas. Duelo y perdón. Y un final anunciado.

 

También puedes leer:

La última locura de Claire Darling: El recuerdo de las cosas.

 

Alejandra M. Boero Serra (1968). De Rafaela, Provincia de Santa Fe, Argentina, por causalidad. Peregrina y extranjera, por opción. Lectora hedónica por pasión y reflexión. De profesión comerciante, por mandato y comodidad. Profesora de lengua y de literatura por tozudez y masoquismo. Escribidora, de a ratos, por diversión (también por esa inimputabilidad en la que los argentinos nos posicionamos, tan infantiles a veces, tan y sin tanto, siempre).

 

La actriz Chiara Mastroianni en «La locura de Claire Darling» (2018)

 

 

 

 

Alejandra Boero Serra

 

 

Tráiler:

 

 

Imagen destacada: La actriz Catherine Deneuve en La última locura de Claire Darling (2018), de la realizadora francesa Julie Bertuccelli.