«Lady Bird», de Greta Gerwig: Todo sobre mi madre

El primer largometraje de una de las actrices centrales del movimiento estético y audiovisual de la cinematografía independiente estadounidense, el denominado «Mumblecore» -y que tuvo cinco nominaciones en la última entrega de los Oscar-, no sólo es la historia de alguien que desea irse, también es el registro de una emancipación femenina, y asimismo un homenaje a los lugares físicos y emocionales que se están dejando atrás: a la pequeña e insoportable ciudad natal, y a los conflictos con la figura materna y consigo misma.

Por Amanda Teillery Delattre

Publicado el 29.5.2018

En varios sentidos, la protagonista de Lady Bird es la anti heroína que siempre necesité.

Lady Bird (2017), el debut como directora de la actriz y guionista Greta Gerwig (la protagonista de la icónica Frances Ha, de su pareja el también cineasta Noah Baumbach) trata sobre Christine (Saorse Ronan), que se hace llamar «Lady Bird», una adolescente de diecisiete años a la que la mayoría de las cosas le salen mal. Sus notas no son las mejores, intenta forjar amistad con los alumnos más populares de su clase sin demasiado éxito, sus búsquedas por un gran amor siempre terminan en mediocres decepciones. Es algo histérica, es algo egocéntrica, y sus anhelos por convertir su vida en algo emocionante y grandioso siempre se ven frustrados por su monótona y ordinaria realidad. Es que Lady Bird vive en los suburbios de Sacramento, asiste a una escuela católica y pertenece a una familia de clase media profesional cuyo mayor lema es salir adelante con lo que tiene y que no siempre puede costear la vida que ella quiere.

Lady Bird está constantemente en la búsqueda de algo más, vivir algo más, sentir algo más. Es una adolescente común y corriente que no quiere ser común y corriente. El filme, mediante escenas cortas sobre la vida de Lady Bird, nos muestra a la protagonista en su último año de colegio, sus amistades, las discusiones con su familia, sus intereses amorosos y la búsqueda de inventar y descifrar su identidad y lo que el resto de su vida será.

Pero la película no es solamente la historia de Lady Bird, sino que también es la de su madre, Marion (Laurie Metcalf), sobre aquella figura omnipresente que regaña a Christine (porque no siempre la llama Lady Bird como a ella le gustaría) por sus notas, por no tener consciencia de la delicada situación económico de su familia, por exigir demasiado, por estar absorta en sí misma. Para Lady Bird, que desea escribir su propia historia con ella en el foco, su madre es una figura secundaria, una figura borrosa que en un principio no parece presentar más que una dificultad para que la protagonista cumpla sus cometidos. Pero, su madre, al igual que suele ocurrir en la vida real, tiene un rol mucho más activo e influenciador en ella de lo que Christina se imagina.

Lady Bird no es solo la historia de alguien que desea irse, no es simplemente el registro de su emancipación, porque también es un homenaje a aquel lugar que se está dejando atrás.

La dinámica de la relación entre Lady Bird y Marion se ve reflejada en los primeros minutos de la película. El filme abre con una escena en que Christina y su madre duermen juntas en la misma cama, sus cuerpos muy cerca, una secuencia que parece llena de amor, de paz y de conexión. Pero aquella atmósfera se rompe segundos después cuando las vemos conversar en el auto, Lady Bird le recrimina a su madre la falta de vida cultural que hay en Sacramento, y ésta le saca en cara a su hija su holgazanería y el que no podrá ser aceptada en ninguna universidad que no esté en aquella ciudad. La discusión sube de tono hasta convertirse en una histérica pelea a gritos, en la que finalmente Lady Bird, hartada, termina por bajarse del auto de un salto mientras éste continúa andando, lo que hace que se quiebre el brazo.

Es que Lady Bird y su madre se quieren y se hacen daño constantemente (probablemente se hacen daño como efecto colateral de quererse). En su relación, cada una está haciendo sentir a la otra que no es suficiente, constantemente se están sacando en cara algo. Lady Bird siente que haga lo que haga su madre siempre tendrá una mala opinión sobre ella, que nunca será lo que aquella quiere, mientras que ésta siente que su hija nunca está satisfecha con lo que le puede ofrecer, el dinero es poco, la casa pequeña y no puede vivir como las alumnas de su colegio a las que admira.

En su relación, ambas están constantemente a la defensiva, con miedo de salir lastimada, porque aquello es lo que pasa cuando quieres a alguien, te vuelves vulnerable a que te dañen.

Es un tipo de amor problemático, que a veces se siente como un peso molesto, una piedra en el zapato que debes acarrear, porque no siempre es fácil querer a quien quieres. Greta Gerwig, la directora y guionista de la película, dijo que su inspiración venía de las madres en general. “No conozco a ninguna mujer que no tenga una relación complicada y hermosa con su madre”, dijo en una entrevista.

Aquello lo podemos ver reflejado en la escena en que Lady Bird y Marion van a comprar un vestido para el baile que se hará en su colegio. En un momento, luego de que su madre le dijera que el vestido que le encantaba era “demasiado rosa”, Christine le pregunta: “¿Te caigo bien?”. Su madre le dedica una sonrisa condescendiente para luego decirle: “Tú sabes que te amo”. “Ya, ¿pero te caigo bien?”, insiste Lady Bird. Marion, en vez de responder a la pregunta, deriva la conversación a otro plano diciéndole: “sólo quiero que seas la mejor versión de ti misma”. Lady Bird, decepcionada, le murmura: “¿Qué pasa si esta es la mejor versión de mí misma?”.

En un punto de la cinta te das cuenta que ésta es de hecho una carta de amor a las madres. Porque, al igual que la ciudad de Sacramento, la madre de Lady Bird siempre estuvo ahí para ella, a pesar de todo. Durante cada pelea, cada vez que se le rompió el corazón, cada vez que se sintió sola y perdida, su madre estaba sigilosa y silenciosamente cuidándola.

Y la película, más allá de ser una historia de formación, es un pequeño agradecimiento a quienes nos construyeron. A aquellos lugares y personas que comenzamos a añorar y ver su real significado cuando ya estamos lejos. A las madres. A la ciudad natal. Porque incluso cuando te vas, llevas el pasado contigo.

Me pasa lo mismo. A pesar de siempre haber querido irme y pensar haber odiado todo, ahora no sé escribir de otra cosa que no sea el pasado. Siempre estoy buscando el pasado.

 

La actriz inglesa Saoirse Ronan es la protagonista del largometraje «Lady Bird» (2017), la ópera prima de la directora Greta Gerwig

 

 

Tráiler: