«Vive como quieras», de Frank Capra: El valor de ser uno mismo

Este filme clásico dirigido por Frank Capra en 1938, cuyo título original es «You can’t take it with you», con guión de Robert Riskin ganó los Oscar a la mejor película y al mejor director de esa temporada. El reparto está lleno de excelentes secundarios, lo protagonizan el mítico James Steward, quien encarna a Toni, el heredero del magnate Kirby interpretado por el siempre solvente Edward Arnold, Jean Arthur en el papel de Alice, la secretaria y novia de Toni, y el extraordinario Lionel Barrymore que es Martin Vanderhof, el abuelo de ella. Es una comedia agradable que aboga por el valor de ser uno mismo a la vez que critica al sacrosanto poder del dinero que era y es el puntal del capitalismo.

Por Jordi Mat Amorós i Navarro

Publicado el 20.6.2018

 

«Es preciso escoger entre vivir la propia Vida plenamente o arrastrar una de esas existencias falsas y degradantes que nuestro mundo pide».
Oscar Wilde

«Las personas que viven dando y dándose a los demás, viven y hacen vivir. Cuánto más damos, más recibimos. Cuanto menos repartimos, más pobres nos volvemos».
Roger Padrón Luján

«No acumules, corazón, que todo lo que acumulas se convierte en tu prisión».
Inscripción anónima en Granada

 

Otros tiempos

La película se rodó en una época en la que desafortunadamente aún eran aceptadas algunas desigualdades que hoy en día rechazamos. Por mucho que el guión fuera renovador en muchos aspectos, en otros como las discriminaciones de sexo o de color de piel no lo fue. Hay que recordar que entonces bailar en un parque público por la noche era motivo de atención para la policía, tal y como se refleja en la escena de la pareja con los niños; así se puede entender el grado de represión reinante y valorar más la audacia del filme.

 

Cuestionar lo establecido

A pesar de los años transcurridos el mensaje del film sigue siendo actual, era el duro período de recesión tras el crac del 29 y ahora estamos también en una crisis que afecta a la gran mayoría de la población mundial haciendo temblar los cimientos del sistema.

Como sin querer la cosa el director consigue “colar” un alegato más cercano al socialismo o incluso al comunismo que al glorificado capitalismo americano. Nos muestra la importancia de ser uno mismo frente a la claudicación al poder del dinero. Lo hace desde el humanismo cristiano que nada tiene que ver con el materialista catolicismo institucional.

La película refleja el funcionamiento salvaje del capitalismo, Kirby hunde a quien sea para lograr sus objetivos. La cuestión es crecer y crecer, tener y acumular cada vez más. Para conseguir el monopolio de la fabricación de armas el magnate no duda en aniquilar a su competidor. Kirby se define como león con garras y para él la gente común son “chusma que se ha quedado en el arroyo”.

El abuelo encarna en cierto modo al “anti-sistema”; no piensa pagar impuestos y exige que le expliquen en qué va a gastar el Estado su dinero (rebatiendo con un funcionario de Hacienda su desacuerdo aunque al final confiese que “es una broma”); y es además el abanderado de un barrio que se resiste a morir en manos de la avidez inmobiliaria (quieren comprar las casas para edificar una gran fábrica de armas y es Kirby quien está detrás de la operación aunque ambos lo desconocen) Incluso le vemos preguntando al banquero sobre el enorme paro del momento, este le contesta que no es ese el problema económico del pais “solo” es un problema emocional a lo que Vanderhof con ironía le replica que el paro sí que es el problema.

La misma ironía con que se nos desliza una crítica al mundo de “ismos” en el que vivimos. El abuelo habla de la “ismomanía”: el fascismo, el comunismo, el induismo… (el guión evita mencionar capitalismo o catolicismo por razones obvias), la madre de Alice siempre inocente creía que se refería a una enfermedad y el abuelo contesta que los “ismos” son contagiosos. Vanderhof afirma que ”si algo no va como debiera, te buscas un ismo y ¡todo resuelto!” y habla de gente sin “ismos” poniendo de ejemplo al presidente Lincoln quien decía “malicia para nadie” comentando que “ahora se dice o piensas como yo o te deshago a bombazos”. Triste realidad aún en nuestro tiempo en demasiados gobernantes como es el caso del actual presidente Trump.

 

Nego Ocio

La propia palabra define lo que supone priorizar el negocio para una persona. Para esa gente su vida es su trabajo y la acumulación creciente de bienes materiales, casi nada más; en el mejor de los casos la justificación suele ser que lo están haciendo para que los suyos vivan bien.

Kirby confiesa que su afición es los negocios, y cuando se entera de que una de las del abuelo es tocar la armónica reconoce que de joven fue un campeón tocándola pero dice estar muy ocupado para hacerlo ahora. Hay en él una actitud de desprecio a todo aquello que no es “productivo”, actitud típica de los que están atrapados por el poder del dinero.

 

Ser uno mismo

Vanderhof alberga en su casa familiares y amigos que conviven en armonía haciendo lo que les gusta. Vemos como recluta a un contable al que pregunta para y por qué cuenta tanto y qué es lo que realmente le agrada hacer; resulta que es un artista construyendo juguetes pero no se ha atrevido nunca a mostrarse como tal.

Es todo un contraste el ambiente de libertad y creatividad que se vivencia en casa del abuelo, con el sobrio y frío día a día del clan del banquero.

Vemos como Toni le dice a Alice que su familia ha encontrado lo que todos buscan, para él “la gente hace castillos en el aire que luego se derrumban quizás por falta de valor, tienen miedo a vivir”. Alice le explica que el abuelo dice que la mayoría de las personas viven dominadas por el “miedo a” (lo que comen, lo que beben, perder su trabajo, perder su salud, perder su dinero…) y que Vanderhof repudia a los que comercializan con ese miedo para vender cosas innecesarias; por eso les ha enseñado a ellos a no tener miedo y a hacer lo que quieran divirtiéndose. Toni admite que es verdad pero que hace falta mucho valor, le explica como en la escuela junto a un amigo proyectaban la manera de acumular energía limpia, pero ahora su amigo vende coches y él es banquero siguiendo la tradición familiar.

 

 

Amigos de verdad

En el calabozo Vanderhof le dice a Kirby que es idiota y estúpido, que se cree superior por su dinero cuando es un pobre hombre más pobre que cualquiera de los que llama despectivamente chusma porque ellos tienen amigos mientras que él acabará su existencia sin amigos. Para el abuelo el magnate es un fracasado como ser humano y como padre.

Durante el juicio los Kirby tienen varios abogados mientras que los Vanderhof estan acompañados por todo el numeroso público que son amigos fundamentalmente del abuelo. El juez le impone a su pesar una multa elevada por fabricar en su casa ilegalmente cohetes, el banquero se ofrece a pagarla (el letrado lo adorna como “caridad a esa pobre y desgraciada familia”) pero el abuelo dice que no puede permitirlo. Es en ese momento cuando se organiza una recolecta entre el público y reunen el importe, Kirby se da cuenta, al juez le agrada e incluso participa con una simbólica moneda diciéndole al abuelo que es afortunado por tener tantos amigos.

En la escena previa a la gran reunion del éxito empresarial de Kirby, su competidor le explica que se ha dado cuenta de que jamás tuvo un momento de felicidad con todo lo que ganó; le advierte que tampoco lo tendrá él, que no podrá ahogar todos los impulsos dignos y seguir viviendo, le dice que su propio poder un día le aplastará y se encontrará solo porque es el destino que se merecen los hombres como ellos.

A menudo ocurre que quien tiene mucho dinero y/o poder social se ve rodeado de gente “amiga” por interés materialista que desaparecen si deja de tenerlo. Pero cuando una persona se da, sean cuales sean sus posesiones o nivel social, tiene amigos de verdad que siempre estan y estarán pase lo que pase.

 

Vivir ahora o acumular para…

Muchas personas viven pensando más en el futuro que en el presente, posponen su felicidad en arras de una supuesta felicidad futura que a veces no llega. ¿Qué sentido tiene no tener tiempo ni espacio para ser, expresarse, divertirse, vivir en el ahora justicándose en que la prioridad es acumular bienes para vivir en el futuro? Para mí, ninguno.

El abuelo le explica a Kirby como dejó sus negocios, un dia mientra subía en el ascensor decidió bajar y nunca más ha vuelto. El banquero le responde con sorna que desde entonces no ha hecho nada; él contesta que sí, hace lo que le gusta: colecciona sellos, toca la armónica y tiene tiempo de darse cuenta de cuando llega la primavera. Le dice que quizás si él volviera a tocar la armónica tal vez le impediría dedicarse tan desesperadamente a ganar dinero. Le pregunta de qué le sirve tanto dinero que nunca podrá llegar a gastar.

 

Simplicidad

En la película la armónica se convierte en protagonista; es símbolo de la alegría, la libertad, la creatividad, la amistad, la inocencia y la humildad. Una simple armónica contiene los mejores valores humanos. Y el abuelo le regala una al magnate después de haberle reprochado su falta de humanidad. Esa armónica está en las manos de Kirby durante el juicio y en el día de su gran victoria empresarial. Esa armónica sale impulsada sobre la mesa de reuniones por su “aniquilado” competidor en la elocuente explicación de quiénes son realmente ellos dos. Y la armónica es la union que hace la auténtica fuerza en el desenlace final.

 

Final feliz

Toni tras perder a Alice a causa del modo de ser de su arrogante familia, deja el negocio familiar comentando a su padre que quizás cuando vuelva siendo él podrán hablar como hacían antes. Kirby le entiende perfectamente y apesadumbrado le deja marchar, a continuación le avisan que su competidor ha muerto de infarto en el servicio del edificio después de hablarle sobre el final de la gente como ellos. Le vienen a buscar para subir a la reunion y al entrar recibe los aplausos falsos de los consejeros, en ese momento le dice al ascensorista que le lleve abajo ante la sorpresa y quejas de todos, hace lo mismo que hizo el abuelo tiempo atrás.

Vemos a los Vanderhof con sus amigos en plena mudanza, Toni entra y le cuenta al abuelo que lo ha dejado todo y que ama a Alice, seguidamente entra Alice apenada por la venta de la casa y se encierra en su habitación al ver que está allí Toni. Luego viene Kirby y habla con el abuelo confesándole que no puede soportar que Toni le haya abandonado a lo que él le responde que empieza a comportarse como un ser humano. El magnate le pide consejo y Vanderhof dice que tiene que olvidarse por complete del dinero proponiéndole tocar un duo de armónicas. Todos acuden perplejos al oirlos incluidos Alice y Toni, Kirby les sonríe al verlos con gesto de aprobación y la pareja se abraza. Alice besa a Kirby que ríe satisfecho, abuelo y padre se dan la mano. En medio de la fiesta llega la madre de Toni y se desmaya al ver a su marido participando del jolgorio. La madre de Alice la aventa con el omnipresente cartel de “hogar, dulce hogar” que vuelve a colgar en su simbólico sitio (la columna que aguanta el edificio común) como expresión de que se quedan. En la escena final comen todos juntos con el rezo de agradecimiento del abuelo: “todo ha terminado bien como acostumbra a suceder”.

Hoy en día, a demasiada gente no le gustan los finales felices y tiende a despreciarlos como falsos o alejados de la realidad, prefiriendo creer que la vida es un sinsentido o una especie de calvario cruel al que hay que intentar sobrevivir.  Cada uno es libre de opinar, para mí la actitud personal contribuye al final de nuestra/s historia/s sean cuales sean las circunstancias particulares. Tal y como se explica en el film, se require valor para ser uno mismo, para descubrir qué nos gusta y como podemos lograr expresarlo. Yo añado que también se necesita confianza y paciencia para conseguirlo. No es fácil, pero a mi entender es la mejor forma de vivir.

 

 

 

 

Tráiler: