Cine trascendental: «Babel», de Alejandro González Iñárritu: La dominación global y sus abstracciones

El crédito fílmico que cierra la denominada «Trilogía de la muerte» del realizador mexicano se encuentra protagonizado por los actores Brad Pitt, Cate Blanchett, Gael García Bernal y Rinko Kikuchi, y en su momento se quedó con el Oscar versión 2007 dedicado a la mejor banda sonora original.

Por Carlos Pavez Montt

Publicado el 17.5.2020

Narración heterotópica que va creciendo conforme avanza la trilogía. La otra–civilización. Lo prohibido. El contraste entre un mundo y otro. Distintas experiencias que están forzadas, obligadas a caminar hacia un “todo fílmico”. Los idiomas. El terreno oriental. El medio–oriental. El occidental. El latinoamericano. Valor único. In–perenne. Y sólo a veces esperanzador.

El amor. Un canto alegre, húmedo en medio de la lengua o en los labios blancos del desierto. La capacidad de la diferencia. La luz. La luminosidad enceguecida o al menos nublada por la contaminación del prejuicio humano. El choque de masas culturales, ¿es un fenómeno de la hiper–modernización?

Conceptos diferentes que nublan a la supuesta “Idea” mientras sigue su camino. No se postula, por si acaso, un devenir lineal o continuo, sino que se deja ver, se representa, se pincela el desenvolvimiento ficcional de la fragmentación. La coincidencia fáctica operando como el arnés que protege la caída del limpiavidrios.

Todos los cuerpos están expuestos a una especie de abstracción. Sin importar el nivel realizador, la estructura cae sobre las, les y los individuos. Careful with the huevos. Careful with el otro, con el extranjero, con lo des–conocido experimentalmente, pero conocido en la des–información. Esperemos que la reflexión tenga una escenografía crítica tras el telón del fondo.

Contrastes permanentes que contienen una sustancia compatible, interpretativa, ligativa, de orden simbólico. Por eso las imágenes no se alinean con una acción o con nuestro sistema cronológico: la recepción es quien tiene la tarea de realizar las conexiones, de establecer entre las distintas perspectivas una unidad subjetiva de sentido.

El turismo. El turismo que acerca, que deja conocer al objeto de exhibición, pero de manera fantasmagórica. La ilusión de una experiencia enriquecedora, diferente. El cuerpo se aleja de una realización concreta o efectiva de un conocimiento que complemente su percepción. La anestesia sensorial, cognitiva e individualizadora de los tiempos modernos.

¿Es necesario el terror a la extranjera o al extranjero? Si la sangre ya no domina las órdenes de los imperios, ¿sigue siendo la tierra ajena el hábitat de algo peligroso? ¿Es el narcisismo occidental-mediático la principal causa de los conflictos bélicos? ¿Quiere ir el turista a conocer un terreno o un pueblo extranjero? ¿O quiere realizar la experiencia–otra, sin el–otro?

El amor fraternal. La masificación. Temas que recorren el texto dirigido por el cineasta mexicano. La institución, la dominación por parte de las abstracciones culturales sobre la acción y el pensamiento de las, les y los individuos. La muerte como puente, como elemento relacional, como motivo invencible e imperecedero. La realización de lo impensado como una posibilidad. Como proyección.

 

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Carlos Pavez Montt (1997) es licenciado en literatura hispánica de la Universidad de Chile, y sus intereses están relacionados con ella (con la literatura en lengua romance), utilizándola como una herramienta de constante destrucción y reconstrucción, por la reflexión que, el arte en general, provoca entre los individuos.

 

 

 

Tráiler:

 

 

Carlos Pavez Montt

 

 

Imagen destacada: Rinko Kikuchi en Babel (2006), de Alejandro González Iñárritu.