Documental «Lección de anatomía», de Dominique Martel: Huesos para recordar

La factura dramática y audiovisual de este largometraje de no ficción -inspirado en el trabajo artístico desarrollado por Arturo Duclos durante la Dictadura- se relaciona con el filme «Nostalgia de la luz» del realizador chileno Patricio Guzmán, el cual contiene una temática similar puesto que trata de familiares de detenidos desaparecidos que buscan los restos de sus seres queridos en el desierto nortino. La obra se exhibe hoy, a las 19:30 horas en la galería Espacio O del barrio Lastarria de Santiago, acompañada de un conversatorio.

Por Rodrigo Torres Quezada

Publicado el 3.8.2018

Lección de anatomía (2018) es un documental corto y por ello es conciso y directo. Dirigido por Dominique Martel (1984), retrata el trabajo artístico de Arturo Duclos (1959) quien mediante huesos humanos dio vida a una obra, a la cual puso el nombre del famoso cuadro de Rembrandt, para darle un simbolismo que pudiese soslayar cualquier problema político.

Y esto no era para menos puesto que se estaba en dictadura y montar una obra así, era muy polémico. He ahí que el documental rescata la valentía, y astucia de Duclos, y su técnica.

Duclos dota a cada hueso con símbolos, los que pinta alrededor del espacio óseo, creando un viaje antropológico hacia el pasado pero cargado con mucho presente. Se podría decir que hay una idea del espacio como algo eterno (el mantel blanco donde se colocan los huesos) mientras que los elementos óseos representan el tiempo que pasa salvaje sobre este espacio al cual pareciera apenas rozar, por lo que se mantiene inmutable. Como los planetas, como las galaxias, como el universo entero. El documental deja claro esto al mostrar a Duclos con otro de sus trabajos, soplando un cráneo molido sobre el aire, como para que este se lleve el recuerdo de lo que fue alguna vez la vida.

En lo que respecta a la cinematografía, este documental corto recuerda a Nostalgia de la luz y a la película alemana Der todesking (1990). La primera, dirigida por Patricio Guzmán, contiene una temática similar puesto que trata de familiares de detenidos desaparecidos buscando restos en el desierto nortino. Lección de anatomía también tuvo en su horizonte tratar esta problemática. Hay que pensar que fue presentada en los años ochenta en Chile. Como sucede cuando se ve La ciudad de los fotógrafos, documental de Sebastián Moreno, que también habla de la dictadura, uno se maravilla ante la capacidad de estas personas por haber dicho, y hecho, algo en aquellos años donde la muerte, representada en los huesos que Duclos pone sobre el suelo, no era sino una política de Estado.

Con respecto a Der Todesking (El rey de la muerte), película dirigida por el germano Jorg Buttgereit, y que habla sobre el suicidio, hay una escena en particular que se hermana con este documental: durante todo el filme, somos espectadores de un cuerpo que poco a poco se va descomponiendo. Primero la carne, luego los músculos, después los órganos y entonces los huesos, que finalmente se hacen polvo y nada (mención aparte para la música de este filme que también tiene cierta similitud con la del documental). Duclos, con su obra, nos muestra esto: la descomposición última a la que llega el cuerpo. Aunque él, con los símbolos con los que cubre la masa ósea, quisiera recubrir de vida una vez más al esqueleto para que este nos hable.

Es aquí donde surge una cuestión muy interesante, y que probablemente haya sido la idea central de documentar la obra de Duclos: si bien el cuerpo se descompone hasta convertirse en huesos y polvo, hay algo poderoso y que aún subsiste (y es la razón primordial del por qué la búsqueda de los detenidos desaparecidos es importante); hablamos del recuerdo como símbolo que se puede traspasar en el tiempo. No se podrán mantener por siempre los huesos, ni mucho menos la carne, pero los recuerdos de alguien pueden ser traspasados. Por ello cobra tanto valor y significado una tumba, un recordatorio o una placa conmemorativa. Duclos con su arte, hablando sobre la muerte, habla sobre dotar de vida a un recuerdo, no quizás de una persona en específico, sino al de un grupo de gente a la que no hay que olvidar jamás.

 

 

 

Un fotograma del largometraje documental «Lecciones de anatomía» (2018), de Dominique Martel

 

 

Tráiler:

 

 

Rodrigo Torres Quezada (Santiago, 1984) es egresado del Instituto Nacional “General José Miguel Carrera” y licenciado en historia de la Universidad de Chile. Ha publicado los libros de cuentos Antecesor (2014) y Filosofía Disney (2018) bajo el sello Librosdementira. También ha dado a conocer distintos relatos de su autoría en La Maceta Ediciones (2017) y la novela titulada El sello del pudú (Aguja Literaria, 2016). Lanzó, asimismo, el volumen de ficción Nueva narrativa nueva (Santiago-Ander, 2018), y obtuvo el primer lugar en el concurso V versión Cuéntate algo de Biblioteca Viva (2012). El año 2016, en tanto, se quedó con el primer lugar en el I Concurso Literario del Cementerio Metropolitano.