«El hombre invisible»: El retrato de una dama vulnerable

El filme del realizador australiano Leigh Whannell —el cual se acaba de estrenar en Chile— se trata de una traslación cinematográfica de la celebrada novela de ciencia ficción de H. G. Wells, y se encuentra protagonizada por una sorprendente Elisabeth Moss.

Por Cristián Garay Vera

Publicado el 27.2.2020

Hay un terror sicológico del cual esta película es perfecta representante. Aquí el nervio de la trama consiste en la incertidumbre de cada paso siguiente, y en la exhibición de detalles que podrían ser inverosímiles y a los cuales la comprensión normal se resiste. Desde luego la escena de las dos hermanas (Cecilia / Elisabeth Moss y  Emily Kass/ Harriet Dyer) en una cena en un restaurante, fija una de las mejores escenas, en que el espectador no consigue digerir que hay un cuchillo volando por sí mismo y desecha una interpretación que está en la base de la propuesta de la ciencia ficción: hacer posible algo que naturalmente no se da mediante un procedimiento científico y tecnológico.

Esta nueva versión de la celebra novela de ciencia ficción de H. G. Wells, El hombre invisible (1897) compite, a mi modo de ver, con la inmediatamente anterior de El hombre sin sombra (Paul Verhoeven, 2000), protagonizada por Kevin Bacon. Aquí la invisibilidad no es tratada ni como novedad científica o logro tecnológico, sino como un instrumento de poder entre un hombre y una mujer. Es un logro secreto, que conlleva la maldición de la dominación y el control que se desencadena después de la huida, algo ininteligible, de Cecilia (la mujer) desde una gran mansión con vista al mar, desolada. La mujer cuyo rostro se adivina muy perturbada, parece ser más parte de paciente de cuadros sicológicos adversos que de una persona en equilibrio. Con todo, vemos a su pareja, Adrian Griffin (Oliver Jackson-Cohen) rompiendo el vidrio, y la huida dramática en el coche de su hermana. Hasta allí un caso de celopatía.

La vida fuera de casa se torna extrañamente peligrosa con una serie de eventos que para el resto y ella son incomprensibles. La afirmación que su pareja, que se ha suicidado y ha dejado un generoso testamento a su favor, está vivo y la persigue es tan improbable para el espectador como para los que la rodean.

La textura dramática fija su atención en esta mujer que va siendo abandonada por los suyos. Su estado de nervios y la situación le impiden retomar su vida, y su proyecto de ir a París naufraga en la perdida de papeles y proyectos laborales. Para entonces, es una paria poco creíble con crisis sistemáticas y desmayos que no sabe explicar. Sus amigos más cercanos (Sydney / Storm Reid, James Lanier / Aldis Hodge) le huyen tras golpes inexplicables y ahondan la ansiedad de la protagonista. Ciertamente parte sustantiva del atractivo de esta película reside en la actuación de Elisabeth Moss como una mujer vulnerable. Ella es lo contrario de una mujer segura de sí misma, y su minusvaloración se extiende a considerarse una pareja ordinaria entre las mujeres de las que conoció su pareja, un genio de la óptica. Su entorno tampoco es demasiado amable, con explicaciones que suenan absurdas como la de un hombre invisible, y solo el trascurso de los hechos…

La dirección de Leigh Whannell es particularmente sólida para dar credibilidad a escenas que la imaginación rellena. Una lucha cuerpo a cuerpo con alguien invisible, idas y venidas a la casa de su ex pareja, asunto legal con cláusulas especiales, y hasta un embarazo milagroso. Todo ello se complemente con una música (Stefan Duscio) capaz de trasmitir un ambiente de zozobra, combinada con una fotografía (Benjamin Wallfisch) que recurre a espacios oscuros, nocturnos o lluviosos. Una película inquietante, que de sobresalto en sobresalto lleva al espectador por los vericuetos de la historia ideada en forma libre por el mismo director.

 

El hombre invisible. Dirección: Leigh Whannell. Guion: Leigh Whannell. Elenco: Elisabeth Moss, Storm Reid, Oliver Jackson-Cohen, Aldis Hodge, Harriete Dyer, Michael Dorman, Anthony Wong. Música: Stefan Duscio. Fotografía: Benjamin Wallfisch. Estados Unidos 2020. 124 minutos.

 

Cristián Garay Vera es el director del magíster en Política Exterior que imparte el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile, casa de estudios de la cual además es profesor titular.

Asimismo es asesor editorial del Diario Cine y Literatura.

 

 

 

Tráiler:

 

 

Imagen destacada: El hombre invisible (2020), de Leigh Whannell.