[Ensayo] «Un paseo con Madeleine»: Un encuentro transformador

Estrenada a comienzos de este año en la cartelera cinematográfica española, el filme del realizador galo Christian Carion nos enseña que en cualquier momento de nuestra vida —por muy negra, por muy dura que sea— puede ocurrir un evento fortuito de grandes y misteriosos significados positivos.

Por Jordi Mat Amorós i Navarro

Publicado el 27.11.2023

«Mientras tanto, a risas, por el agua voy. Y la Tierra vuela rodeando el Sol. Con la Tierra vuelo, vuelo y vuelo yo. Risas son mis manos, risa es mi dolor, risa son mis ojos, risa mi corazón».
Alfonsina Storni

A veces la vida nos ofrece regalos inesperados en forma de encuentros que casi como «arte de magia» nos resultan transformadores. Así sucede con los dos protagonistas de esta agradable ficción en la que una mujer anciana y un hombre de mediana edad que no se conocían previamente comparten en un solo día vivencias muy íntimas de sus vidas.

Dirigida con buen pulso por el sensible director Christian Carion, el mismo realizador de las exitosas Une hirondelle a fait le printemps (2001) y Joyeux Noël (2005), Una belle course tiene como mejores bazas su emotivo guion —que firma Carion junto a Cyril Gely— y las excelentes interpretaciones de Line Renaud (Madeleine) y Dany Boon (Charles).

 

Amigos del alma

La acción se desarrolla en la Ciudad de la Luz —qué bellas las imágenes, hay amor por la capital francesa en la mirada— con un omnipresente río Sena que puede entenderse como imagen del curso de la vida, del curso de las vidas de ambos personajes que poco a poco se descubren y descubrimos.

Madeleine ha solicitado un taxi para que la lleve a una residencia geriátrica situada al otro extremo de la gran metrópoli. Charles es el taxista que la conducirá a su destino final —nunca mejor dicho— un centro que aloja a los que agotan su tiempo de vida.

En efecto, pronto sabremos que la anciana se ha visto obligada a dejar su amado hogar por motivos de salud. Ella, mujer corajosa e independiente y acostumbrada a vivir sola ahora tendrá que amoldarse a la disciplina de un geriátrico.

Por ese motivo quiere aprovechar al máximo ese último día de libertad y le propone al taxista hacer algunas paradas en lugares que le evocan vivencias agradables y vivencias desagradables que han marcado su vida. Se nos muestra ese pasado vivido resaltando especialmente sus experiencias más dolorosas.

Ella relata y él progresivamente pasa de la actitud distante a la atención plena a una potente mujer que en sabiduría ha transmutado las duras penas vivenciadas en entrega solidaria con las personas; Madeleine está especialmente comprometida con todo aquello que más ha sufrido en propia piel: la defensa de las mujeres maltratadas y la causa antibelicista.

Una mujer sabia que sonríe a pesar de tanto dolor vivido, y en esa autenticidad consigue finalmente deshacer las corazas de Charles haciendo aflorar al buen hombre que anida más allá de su máscara arisca.

El buen hombre que tras escuchar a Madeleine se abre a desnudarle su alma explicándole su realidad más íntima y en especial haciéndole partícipe de aquello que más le preocupa. Ya no son una cliente y un profesional, ahora son —y serán— amigos íntimos, amigos del alma.

 

Más allá de las durezas

Quizás para algunos esta historia de amistad transformadora pueda parecer poco real en su convencimiento de que la vida es fundamentalmente dureza. Pero entiendo que sea sentida como muy real por aquellos que hemos tenido la fortuna de experimentar en propia piel coincidencias inesperadas con personas desconocidas que nos han ayudado a salir de pozos oscuros.

Ese es precisamente a mi entender el mayor valor de la película, el mostrarnos que en cualquier momento de nuestra vida —por muy negro, por muy duro que sea— puede ocurrir un encuentro fortuito con capacidad transformadora y así tal vez llegar a sentir algún día en profundidad —como la gran Storni afirma en la cita— que a pesar de tanto vivenciado «risa es mi dolor».

 

*A Paula, la mujer inesperada que puso luz a mi oscuridad.

 

 

 

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Jordi Mat Amorós i Navarro es un pedagogo terapeuta titulado en la Universitat de Barcelona, España, además de zahorí, poeta, y redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

 

 

 

Tráiler:

 

 

 

Jordi Mat Amorós i Navarro

 

 

Imagen destacada: Une belle course (2022).