«Looper», de Rian Johnson: Una reflexión audiovisual del eterno retorno

Protagonizada por un reparto de lujo (anoten): Joseph Gordon-Levitt, Bruce Willis, Emily Blunt y Paul Dano, este gran crédito cinematográfico de la ciencia ficción propicia el debate en torno a la instantaneidad del tiempo en el contexto de un futuro y de una alegórica sociedad distópica.

Por Aníbal Ricci Anduaga

Publicado el 19.5.2020

Eugene O’Neill, Premio Nobel de Literatura, alguna vez dijo: «No hay ni presente, ni futuro, sólo el pasado volviendo a ocurrir una y otra vez». En base a esta misma cita se construyó la armadura de Iron Man 3. Tony Stark a las dos horas nos dice que nosotros: “creamos nuestros propios demonios”, en respuesta al terrorismo encarnado por El Mandarín, que no es más que un actor que debe personificar el lado más oscuro de nuestra sociedad. Ese terror surge de los vacíos que van quedando atrapados en el alma de algunas personas, en este caso, Killian Aldrich encarna a la perfección una mente brillante atrapada en resentimientos del pasado.

Es un poco infantil esta construcción del origen de su maldad, por lo que el guionista recurre al tan manoseado origen psiquiátrico, para levantar y tratar de darle peso a este antagonista mutado genéticamente. Iron Man 3 (2013) es una apuesta interesante dentro del poco innovador universo Marvel, pero sus temáticas no alcanzan para dar un vuelo de verdadera ciencia ficción al espectador. No hay mucho que contar de este par de horas que a ratos se hacen eternos, mientras el presupuesto de doscientos millones de dólares desfila ante nuestras narices con efectos especiales de última generación.

Utilizando la misma frase de O’Neill, con una visión más futurista, se podría expresar de una manera simplificada: «El pasado nunca termina de ocurrir». Qué distinto cuando un guion sugiere una proposición de manera superficial (Iron Man 3) a cuando profundiza en una tesis que construye desde un inicio.

En el caso de Looper (Asesinos del futuro, 2012), el director y guionista estadounidense Rian Johnson, nos introduce de inmediato en un primer acto para explicarnos el mundo de su distopía: cada looper es un agente contratado por una mafia del futuro para eliminar aquellas personas que les estorban, pero por un asunto logístico, en el futuro es casi imposible deshacerse de sus cuerpos. El director despliega un cúmulo de detalles aparentemente complicados, pero a su vez, dota a las escenas de una profundidad temática que distingue a las buenas cintas de ciencia ficción.

Los viajes en el tiempo han sido proscritos y, por ende, los asesinos del pasado viven a cuerpo de rey, ocultos en la clandestinidad de un presente situado en Kansas de 2044, donde la mayoría de la gente vive sumergida en miseria y pobreza. Hay una breve imagen de viaje de carretera que nos recuerda las persecuciones en el tiempo de Terminator (1984) de James Cameron, pero el guion de inmediato se aparta imaginativa y sorprendentemente de aquella historia.

Los looper se llaman de ese modo debido a que “cierran su círculo” cuando se matan a sí mismos a los treinta años de servicio, para borrar toda huella de su existencia. En esta película no hay cabida a la idea de reencarnación y estos looper, luego de auto–eliminarse (alegoría del suicidio) se dedican a drogarse a través de los ojos y a gozar de la vida sabiendo de antemano su fecha de vencimiento: morirán dentro de treinta años.

El giro, quizás esperado, pero explotado de una manera genial (y hasta metafísica) posibilita al espectador una profunda reflexión de lo que es la instantaneidad del tiempo, ni pasado ni futuro, sólo presente que podría ocurrir una y mil veces, pero que está sujeto a las decisiones que uno va tomando en la vida, que cambian de una vez y para siempre nuestra existencia y la de aquellos que nos rodean.

No les cuento el desenlace de esta película, realizada con apenas el 15% del presupuesto de Iron Man 3, y que distingue a la verdadera ciencia ficción de aquellos relatos simplemente entretenidos.

 

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Aníbal Ricci Anduaga (Santiago, 1968) ha publicado las novelas FearEl rincón más lejano, Tan lejos. Tan cerca, El pasado nunca termina de ocurrir, y las nouvelles Siempre me roban el reloj, El martirio de los días y las noches, además de los volúmenes de cuentos Sin besos en la bocaMeditaciones de los jueves (relatos y ensayos) y Reflexiones de la imagen (cine).

 

 

 

Tráiler:

 

 

Aníbal Ricci

 

 

Imagen destacada: Bruce Willis y Qing Xu Looper (2012).