[Novedad] «Klara y el sol»: Vida, soledad y tecnología

El regreso a las librerías del Premio Nobel de Literatura 2017, el escritor británico de origen japonés Kazuo Ishiguro, se sacraliza con esta novela de prosa sencilla pero profunda, y que solo demuestra un trabajo disciplinado y reflexivo acerca del fenómeno de la existencia humana, por parte de su autor.

Por Martín Parra Olave

Publicado el 11.4.2021

La soledad de los seres humanos es una permanente inquietud de nuestra sociedad. Nos acompañamos de mascotas, de libros, de programas y series de televisión. Cuando tenemos suerte la compañía es un ser humano.

En sociedades sofisticadas tecnológicamente se ha comenzado a experimentar con robots para que cumplan esta función.

Así, el último trabajo del escritor Premio Nobel de Literatura 2019, el narrador británico de origen japonés Kazuo Ishiguro (Nagasaki, 1954), la novela Klara y el sol (Editorial Anagrama, 2021) explora de manera sutil la relación que se podría dar entre los seres humanos y los androides, una relación no exenta de problemas y oscuridades, donde en vez de llenar un vacío se parece abrir un baúl lleno de preguntas y algunas complejidades difíciles de resolver.

La transformación digital de las últimas décadas y el avance tecnológico han transformado nuestras existencias hasta generar una alta dependencia de ellas, llegando al punto de creer que este tipo de tecnología puede resolver muchos problemas de nuestras vidas.

En la última novela de Ishiguro, Klara es un androide denominado “AA”, una amiga artificial, cuya principal misión es acompañar a los niños y prestarles el mayor de los cuidados, tanto física como emocionalmente.

La capacidad que tiene Klara para percibir lo que le sucede a los humanos en su entorno es excepcional, ya que a través de su observación se van develando ciertos sentimientos, tanto felices como tristes, que invaden a los seres humanos.

Como dice el filosofo Eric Sadin: “Los sistemas de inteligencia artificial están llamados a evaluar una multitud de situaciones de todo orden, las necesidades de las personas, sus deseos, sus estados de salud, los modos de organización en común, así como una infinidad de fenómenos de lo real”, es decir cubriendo un amplio espectro de las necesidades humanas, para poder “resolver” de la mejor manera posible.

Sin embargo, pareciera que la capacidad de interpretar de manera correcta la realidad es una falencia que va a ser muy difícil de cubrir, pues la realidad humana y del mundo natural no obedece a las frías lógicas de la programación.

En Klara y el sol, los niños viven en una sociedad posmoderna y capitalista, condenados a vivir y crecer solos, pues sus progenitores están obligados a trabajar durante muchas horas al día, pues la sociedad del rendimiento les exige ser muy productivos.

Frente a esta soledad surgen los asistentes virtuales y luego los amigos artificiales o androides, que se van a encargar de suplir la falta de compañía que es tan necesaria para los mamíferos humanos.

Pero las preguntas que surgen de la lectura son relevantes, pues: ¿hasta cuándo seguiremos manteniendo un modelo que nos obligue a vivir así? ¿Es más relevante la producción que la vida en compañía?, ¿pueden los androides reemplazar a los seres humanos?

Sin embargo, no es todo lo que pone en juego el talento de Ishiguro en esta novela, sino que además su indagación apunta a poner en tensión la dicotomía razón/sentimientos, pues Josie, la niña a quien Klara debe hacer compañía, está enferma gravemente y las posibilidades de morir son muy altas.

Entonces, su madre en un esfuerzo desesperado por no perderla, comienza a evaluar la posibilidad de reemplazarla por Klara, incentivándola a que la imite lo mejor que pueda. Una situación sin lugar a dudas escalofriante, donde una triste realidad parece ganar terreno.

Klara y el sol no es solamente una reflexión acerca de la soledad y el uso de la tecnología, es además una profunda critica a un tipo de sociedad, egoísta y exigente, que nos sitúa al borde de un precipicio, el de la desconexión de las relaciones humanas, donde una racionalidad sin sentido ni limites, estaría imponiendo sus términos a las emociones y sentimientos tan propios de los seres humanos.

Ishiguro nos conmueve y deslumbra, con una prosa sencilla pero profunda, que solo demuestra un trabajo disciplinado y reflexivo acerca de la existencia humana.

 

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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

 

«Klara y el sol», de Kazuo Ishiguro (Editorial Anagrama, 2021)

 

 

Martín Parra Olave

 

 

Imagen destacada: Kazuo Ishiguro.