El mérito de esta novela de la autora española Sara Mesa es que logra plasmar a través de la ficción una de las situaciones que más se han estudiado en la psicología relacional de las últimas décadas: la herencia traumática que llevamos los seres humanos, a raíz de las situaciones que vivimos en nuestra niñez.
Por Martín Parra Olave
Publicado el 23.12.2022
Cada vez es más común encontrar narraciones que se sumerjan en las oscuras profundidades de la familia, desacralizando esta institución y poniéndola como una de las instancias gravitantes en la vida de los seres humanos.
Sara Mesa (Madrid, 1976) es una reconocida escritora española, ha publicado una serie de libros entre los que se encuentran Cicatriz (2015), Cara de pan (2018) y Un amor (2020), entre varios otros textos más.
A lo largo de toda su obra, esta narradora ha estado indagando en lo más íntimo de las personas, intentando develar, con o sin intención, aquellos temas que no dejan nunca de dar vuelta en la cabeza de quienes han padecido alguna situación traumática.
Sara Mesa tiene clarísimo la importancia de escribir acerca de la familia, pues sabe que el interior de esta es una especie de espacio protegido, donde el secreto y el mutismo resguardan los hechos que suceden en su seno. En una reciente entrevista ha reflexionado:
«El mayor problema en estos casos es la falta de visibilidad, lo que garantiza la impunidad. Bueno, siempre se nos han dicho que los trapos sucios se lavan en casa, ¿no? Yo creo que esta idea sigue todavía en pie para mucha gente. Da mucha vergüenza hablar de asuntos familiares e incluso está mal visto. Suena desleal y desagradecido», observa la autora.
«Socialmente —prosigue— la familia ha de ser fuente de orgullo, no de malestar. Hay quien alardea incluso de sus nudos familiares, en las redes sociales se ve constantemente. Pero lo cierto es que cuanto más cerrado sea el territorio familiar, cuanto más aislado se mantenga del mundo exterior, más riesgo hay de que puedan cometerse abusos dentro», escudriña la narradora madrileña.
La exploración de un territorio pantanoso y sagrado
En La familia hay un padre conservador y con claros visos machitas que maneja los hilos y las conductas de quienes componen su familia. No hay dos voces ni dos opiniones a su interior. Es un ambiente lleno de tensiones, mentiras y secretos, donde los integrantes de ella comienzan a buscar los caminos por donde puedan escapar a esta situación.
Así, la pesadilla familiar que han sufrido los menores de edad es una tortura psicológica y física que sigue dando vueltas en sus propias cabezas durante toda su vida.
El mérito de la novela de Sara Mesa es que logra plasmar a través de la ficción una de las situaciones que más se han estudiado en la psicología relacional de las últimas décadas: la herencia traumática que llevamos los seres humanos a raíz de las situaciones que vivimos en nuestra niñez.
¿Cómo dejar atrás esos traumas? ¿Qué hacer para que el daño causado no siga dando vueltas en nuestras cabezas como una onda que no se detiene? ¿Qué medidas debemos tomar para no repetir en otros, nuestros hijos e hijas, las conductas dañinas que se ejercieron sobre nosotros?
En definitiva, La familia es la exploración sobre un territorio pantanoso y sagrado, un mundo lleno de complejidades y de problemas, donde la condición humana queda al descubierto con todas sus miserias y egoísmos.
Con un prosa sólida y afianzada en un trabajo anterior de reconocida categoría, Sara Mesa no falla y nos vuelve a regalar una obra de calidad, donde su ojo narrativo se mete en las habitaciones de una familia que finge felicidad pero que esconde, como en madrigueras, dolores y sufrimientos que no quiere develar.
Una obra que el lector apreciará por su fluidez y la espesura de su historia.
***
Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente cursa el doctorado en literatura impartido por la última Casa de Estudios.
«La familia», de Sara Mesa (Editorial Anagrama, 2022)
Martín Parra Olave
Imagen destacada: Sara Mesa.