«Había una vez en… Hollywood»: Una carta de amor al séptimo arte

El noveno largometraje de ficción del realizador estadounidense Quentin Tarantino -protagonizado por Leonardo DiCaprio, Brad Pitt y Margot Robbie- es analizado como la variante genérica y audiovisual de un «spaghetti western intersticial», y el cual reflexiona acerca de la esencia misma del quehacer cinematográfico.

Por Felipe Stark Bittencourt

Publicado el 3.9.2019

Quizá junto con Christopher Nolan, Quentin Tarantino es uno de esos cineastas que más división producen en el gran público del cine. Mientras unos lo aman y reverencian, otros inevitablemente sienten aversión no solo hacia sus películas, sino también hacia su propia persona.

El director de cintas como Pulp Fiction (1994), Kill Bill (2003-2004) y Bastardos sin gloria (2009) ha sabido, sin embargo, cultivar un estilo que sigue siendo llamativo y aplaudido por buena parte de la crítica. La referencia, el homenaje y la parodia se juntan para crear esos palimpsestos donde aparecen una y otra vez sus mismas obsesiones que podrían concentrarse, acaso, en la mística resemantizada del spaghetti western, otro palimpsesto que toma, en este caso, la cáscara western hollywoodense para fundar su propia mitología.

En Había una vez en… Hollywood (2019) esto se nota incluso en el título, deudor de dos obras de Sergio Leone, su mentor espiritual: Érase una vez en el Oeste (1968) y Érase una vez en América (1984), la primera una película de vaqueros y la segunda, una de gánsteres —lo cual, si lo pensamos, son dos grandes ejes por los que ha transitado la filmografía tarantiniana—. En su propio cuento, sin embargo, Tarantino antes de narrar, busca generar una atmósfera y pintar un paisaje: el de los estudios en medio de la audacia creativa de fines de los sesenta. Lo vemos a través de los ojos de Rick Dalton (Leonardo DiCaprio), un actor en decadencia, y Cliff Booth (Brad Pitt), su doble de riesgo. El primero es vecino de Sharon Tate (Margot Robbie) y el segundo, un vividor de pasado incierto y temerario presente.

Esta perspectiva hacen de la película un espectáculo muy llamativo. Todos los elementos característicos de su filmografía se juntan no para entregar una trama absorbente y frenética, sino una mucho más pausada y contemplativa. Tarantino dilata los planos y los convierte en verdaderas ventanas donde lo efímero da paso a la magnificación del tiempo que caracterizan a Leone y a su apropiación italiana del western, así como al propio imaginario mítico de este otro director, uno en donde Bruce Lee lucha con Cliff Booth y otro donde Rick Dalton bien podría suplantar a Clint Eastwood.

Es ese territorio que Tarantino ha sabido cultivar desde sus primeros trabajos y que tienen su origen en la visualidad del spaghetti western que en cada una de sus películas adquiere nuevas formas. Rick Dalton podría ser el sheriff borracho que busca probar su valor en un mundo donde nadie le cree ni tampoco lo llama. La cámara, en manos de Tarantino, sin embargo, no respira un sentido de épica crepuscular, sino el de una ligera comedia donde lo melancólico es aparato para su fértil imaginación.

Esa forma de conservar sus inquietudes harán de esta película quizá su obra más emblemática, sobre todo si consideramos que él mismo ha sabido cultivar su imagen de leyenda contemporánea. Había una vez en… Hollywood es, en ese sentido, un largometraje astuto, pues se sirve de la distribución comercial del cine para presentar con tino un relato sincero y refrescante, pero que sin ser exclusivamente original, tiene valor no ya por la importancia que el público ha dado a la filmografía de su director, sino por hacer de la totalidad de su obra una carta de amor al séptimo arte.

 

Felipe Stark Bittencourt (1993) es licenciado en literatura por la Universidad de los Andes (Chile) y magíster en estudios de cine por el Instituto de Estética de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Actualmente se dedica al fomento de la lectura en escolares y a la adaptación de guiones para teatro juvenil. Es, además, editor freelance. Sus áreas de interés son las aproximaciones interdisciplinarias entre la literatura y el cine, el guionismo y la ciencia ficción.

 

Brad Pitt, Leonardo DiCaprio y Al Pacino en «Érase una vez en… Hollywood» (2019)

 

 

 

 

Felipe Stark Bittencourt

 

 

Tráiler:

 

 

Imagen destacada: La actriz Margot Robbie en una escena del largometraje de ficción Había una vez en… Hollywood (2019), de Quentin Tarantino.