Juego cruzado entre Alberto Cecereu y Francisco Marín-Naritelli: En el invierno pandémico de la fértil provincia, y señalada

Bienvenidas y bienvenidos, orates, vividores, poetas, charlatanes, mercenarios y emprendedores, de Macondo a la Atlántida, de toda Chilezuela, habitantes glandes de este horroroso país, se presentan Alberto Cecereu, fornido y gentil autor, alias “Rocco Siffredi”, y Francisco Marín–Naritelli, vate emo, chapa “Jordi ENP”, en un juego de dimes y diretes, acerca de la lírica, la política, la televisión, en esta locura apocalíptica.

Por Alberto Cecereu y Francisco Marín–Naritelli

Publicado el 10.7.2020

 

I

 

—FMN: Cuarentena, Covid-19, cordones sanitarios, toque de queda, ¿qué diablos puede hacer el escritor en estos tiempos, ante la incerteza de la propia vida? 

—AC: Escribir en sentido de urgencia. No tiene otra. Pero en clave de revuelta. Porque de lo contrario, mejor quedémonos esperando la cajita de alimentos y viendo Facebook.

 

—AC: La pregunta es otra: ¿cómo crees tú que enfrentamos una especie de concordia y de consenso ante la represión de los cuerpos?

—FMN: El bombardeo de imágenes tiende a higienizar la violencia (matinales, noticieros que acompañan y respaldan los patrulleos nocturnos, los controles policiales, contra los infractores “irresponsables”, incluso contra las protestas en la periferia de Santiago o en regiones), como si esa violencia fuera necesaria, y más aún, fuera la expresión de la única y total normalidad. ¿Pero qué es la normalidad? ¿Cuál normalidad nos venden? ¿Cuál es esa “nueva” normalidad? ¿El Estado de Excepción? Bajo el pretexto de la pandemia, y después: del desconfinamiento, se ha acentuado y se acentuará la militarización de las calles, esto avizorando el horizonte de protestas de un posible nuevo estallido (aquí estoy con Agamben). Soy pesimista. ¿Qué se puede hacer?: vigilar y sospechar. Estar atentos, muy atentos y pujar por un nuevo orden de cosas: el proceso constituyente. No puede caerse. Bajo ningún motivo. Porque, quizás, esa “nueva” normalidad no solo sea más de lo mismo, sino peor de lo mismo.

 

—FMN: Hay un verso en El delirio, que dice: “Seamos animales. Seamos bestias. Seamos mutantes”, ¿cuánta de libertad total es posible cuando muchas veces la imaginación (y no tan solo) es subordinada a lo políticamente correcto?

—AC: O sea lo políticamente correcto es la trampa. Porque es hipocresía pura. Falsedad. A lo menos que pensemos así. Y aquello es legítimo. Pero el creador, el artista, el escritor, debe ser crítico. Incluso criticar la crítica.

 

—AC: En tu libro, El perfecto transitivo, dices: “déjame que te cuente / de mi violencia para con la TV”. ¿Cuál es tu problema con la televisión?

—FMN: Lamentablemente sigo siendo un poco marxista para ciertas cosas, en particular para la caja boba y el Homo Videns. Bajo el confinamiento se ha producido un retroceso enorme: más televisores encendidos. ¡En gloria y majestad! ¡Matinales! Me da lata enorme ver al Amaro Gómez-Pablos o a la Diana. Y ya sabemos a qué interesen responden. Eso es lamentable. Y no daré la lata con libros y la perorata moral. Por último si de televisión se trata, prefiero un programa paranormal del Discovery o uno de animalitos del Animal Planet. Incluso una novela antigua, las de TVN. Para más información, el poemario del Emersson Pérez. ¡Esa sí que es teología de la liberación!

 

II

 

—FMN: ¿Žižek o Byung-Chul Han?

—AC: Žižek es un payaso. Byung-Chul Han es interesante, con un planteamiento renovador y con mayor sustento.

 

AC: ¿De Beauvoir o Butler?  

—FMN: De Beauvoir. En El segundo sexo explica esa idea del reconocimiento de los amados como dos seres conscientes y libres (me gusta el concepto de “ser”, y no de “persona”). Me parece interesante: el compañerismo que no absorbe, que no coarta, que no subsume, sino ese que apoya y que potencia los proyectos vitales del otro. ¡También el compañerismo es cultural y libertario! Butler es sequísima aunque quizá demasiado teórica (pero he seguido con atención su mirada respecto a la pandemia y sus ideas acerca de un socialismo democrático y la interdependencia). Pero ambas ayudan a complejizar, lo que es relevante contra el pensamiento pequeño, inmanentista, cerrado.

 

—FMN: ¿Ricardo Lagos o Sebastián Piñera?

—AC: Lagos, porque es un auténtico liberal y él no lo reconoce.

 

—AC: ¿Beatriz Sánchez o Iskia Siches?

—FMN: Beatriz tiene experiencia como candidata presidencial, además de manejo comunicacional y empatía, que es muy relevante en la política actual. Sin embargo veo a Siches como una gran opción, puesto que está alejada del barrilete posconcertacionista del Frente Amplio y tiene una visión técnica indispensable. ¡La salud pública sigue agonizando!  Necesitamos más médicos y menos economistas.

 

—FMN: ¿El Mercurio o LUN

—AC: No podemos comparar El Mercurio con un panfleto.

 

—AC: ¿Báltica o Escudo?

—FMN: Escudo, y eso es solo por una cosa puntual. En algún momento hubo una Escudo negra, lo que me gustó. Me gusta la cerveza negra, y creo que ha vuelto, ¿no?

 

—FMN: ¿Lord Byron o Pablo Neruda?

—AC: Neruda. Fue un titán. Como Atlas sosteniendo el mundo.

 

—AC: ¿Gabriela Mistral o Violeta Parra?

—FMN: La Violeta, punki hasta la muerte. En sus propios términos. De esas que no le dan excusas a nadie. ¡Ídola!

 

—FMN: ¿Legionarios de Cristo u Opus Dei?

—AC: Opus Dei. Por el solo hecho de la concepción de Satanás de Escrivá de Balaguer: “Satanás es quién te hace arrepentirte del pecado”.

 

—AC: ¿O’Reilly o Karadima?

—FMN: Karadima, el verdadero señor de los infiernos. Literalmente. Y por eso tendrá que pagar de por vida, lo que le quede, acá en Chile, en este horrible Chile. A diferencia del señor O’Reilly, que está bien cómodo allá en Roma.

 

CAÍDA DE ÁNGELES

Alberto Cecereu

muchas veces pensamos
que la caída de los ángeles
sería en el inicio de una
escena de cine
colocada en medio del centro
del mundo
pero fue todo lo contrario
sucedió cuando los poetas
habían muerto todos juntos
en un solo día
y nacieron las cascadas de las alas
en la médula de las burocracias hiperkinéticas
como una metralla de espectáculos
y arriba
los ángeles copulando
igual que aviones desesperados.

(de La incompleta poesía, libro inédito).

 

FIESTA

Francisco Marín Naritelli

1

Mira, sé que es difícil,

solos,

en la inmensidad de un instante.

Pues ya cayeron las ciudades

y los triunviratos.

(Aquel tuvo un rostro,

y una ideología,

y con ella diluyó la existencia

y engendró la farsa.

Lengua bífida,

con risa desmadejada

para discursos y anaqueles).

 

2

Fulgores a la distancia,

haremos cátedra después del exterminio,

con música de Queen

y cortos de Jäger.

¡Fiesta!

Subimos al abismo

para bajar a la tierra.

 

3

(Indescifrable materia

es el asunto poético).

(¿Cuál es la moral

de las mismas ruinas?).

 

4

Es tarde, ya es tarde,

muy tarde, amigo mío,

¿y qué?

Seguimos vivos mientras tanto.

 

(de Aguante!, libro inédito).

 

***

Alberto Cecereu (1986) es poeta y escritor, licenciado en historia, licenciado en educación, y magíster en gerencia educacional, además de redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

Francisco Marín-Naritelli (Talca, Chile, 1986), además de periodista y de magíster en comunicación política (titulado doblemente en la Universidad de Chile) las ejerce también como profesor en la Universidad Andrés Bello y como un prolífico escritor nacional, cuyas últimas publicaciones son el libro de cuentos Interior con ceniza (Ceibo Ediciones, 2018) y el volumen experimental de El perfecto transitivo (Filacteria, 2019).

Igualmente fue el director titular y responsable del Diario Cine y Literatura, entre agosto de 2017 y mayo de 2020.

 

Alberto Cecereu

 

 

Crédito de la imagen destacada: Francisco Marín–Naritelli.