Seda y tiempo: Comentario al filme «El hilo fantasma», de Paul Thomas Anderson

El título que revisamos corresponde a un largometraje de ficción bastante peculiar, que junto con adentrarnos a un nuevo microcosmos existencial y simbólico, nos permite presenciar la última actuación de Daniel Day Lewis, quien para esta ocasión se hace cargo de un sastre genial en su trabajo, pero lleno de traumas y de obsesiones.

Por Jorge Cocio Sepúlveda

Publicado el 2.11.2018

Con el cálido roce de la tela en la piel y el calor de una costura. Aunque parece superficial todo puede tener profundidad. Aguja, tejido y trauma. Es curioso darse cuenta que la vida de alguien se puede resumir en su forma de vestir o en sus cortes de pelo y extensiones. Como nos condicionamos por lo que vemos de otros, aunque desconozcamos precios o marcas. Quizás sea porque hemos llegado al punto donde la apariencia es primero a la esencia. Es por esta razón que me ha parecido importante comentar la cinta El hilo fantasma (Phantom Thread, 2017).

El hilo fantasma es la última película de Paul Thomas Anderson (1970). Un director que desde su primera obra ha ido construyendo un universo desde la fragilidad y personajes llenos de capas que nos llevan a sumergirnos en fascinantes momentos; siendo parte de una generación de autores que aún mantienen su noción de mundo sobre todo lo demás. Ello lo hemos podido constatar en cintas como Boogie Nights, Magnolia, There Will be Blood o The Master, que pueden considerarse referentes fílmicos del cine contemporáneo.

De esta forma nos encontramos con un largometraje de ficción bastante peculiar que junto con adentrarnos a un nuevo microcosmos, nos permite presenciar la última actuación de Daniel Day Lewis, quien para esta ocasión se hace cargo de un sastre genial en su trabajo, pero lleno de traumas y de obsesiones.

¿Pero qué es lo que hay detrás de las costuras de esta cinta? Más allá de la trama que no deja indiferente a nadie, tenemos una preciosa fotografía y Phantom Thread aborda audiovisualmente un fascinante conjunto de temas que van no sólo desde la relación del protagonista con sus vínculos afectivos, sino también el retrato de una época en constante cambio y una sociedad de clase alta inmersa en la apariencia como fundamento de su existencia. Al igual que el filme se convierte en un retrato psicológico del artista, del proceso creativo, de convertir algo tan simple para muchos en verdaderos trabajos desde las entrañas y el corazón. ¿Pero quién está detrás de la ropa que usamos? ¿Cómo surge la inspiración para llevar a cabo las obras de vestir? ¿Cómo afectan nuestros demonios y dolor en la creación? ¿Cómo define nuestro pasado los claroscuros que poseemos? ¿Puede alguien salvarnos de la locura?

Así El hilo invisible además de convertirse en una cinta elegante, resulta también una perspectiva interesante donde el vestir puede llegar a ser más erótico que desvestir y donde la belleza es una eterna búsqueda, entre el polvo y el tiempo.

 

Jorge Cocio Sepúlveda estudió filosofía en la Universidad de Concepción (Chile), y además es músico y escritor. Ha desarrollado un proyecto musical concretado en tres discos: “Nada es eterno” (2009), “Preludio de invierno” (2010) y “Frío verano” (2017). Asimismo, ha editado dos plaquettes de poesía: Noche primitiva (2013) y Continente (2017).

 

 

 

 

Tráiler:

 

 

El escritor y músico chileno Jorge Cocio Sepúlveda