«Manera de una psique sin cuerpo»: El misterio de leer a Macedonio Fernández

Ante la imposibilidad de reseñar un texto tan diverso, compuesto por siete cuentos, igual número de poemas y cuatro escritos sobre metafísica —editado de manera póstuma por Tusquets Editores en 2004—, he decidido hacer algunos vagos comentarios que tal vez puedan ayudar a interesarse por la obra de esta «rara avis» que fue el autor argentino.

Por Sergio Inestrosa

Publicado el 1.10.2020

Dicen los que saben acerca de la vida y obra de Macedonio Fernández (1874 – 1952) que el mismo Borges afirmaba que Macedonio (al que Jorge Luis admiraba mucho) vivía para pensar y que a diario se abandonaba a esta tarea, sin mayor esfuerzo; ahora bien hay que decir inmediatamente que para Fernández pensar era escribir.

Y él mismo lo dice así:  “Mas el lector me descubre pensando mientras escribo, nota estos intervalos de silencio y ya comprende que soy un pobre diablo —lo que sería preferible que no se advirtiera tan pronto—». Y un poco más adelante es aún más categórico al decir: “yo no puedo escribir si no pienso” (p. 48).

También afirman los que han estudiado la obra de este escritor argentino que la obra de Macedonio apela a la intuición del lector más que a la razón, y yo pienso que tienen razón, al menos en cuanto a Manera de una psique sin cuerpo, pues me parece quetodo el libro es una interpelación a nuestros sentidos, a nuestro humor, algunas veces incluso a la sinrazón.

Otros críticos afirman que Macedonio desconfiaba del conocimiento y la erudición pero que tenía un innegable ingenio para el humor, pero se trata de un ingenio corrosivo, como se puede ver en esta cita que copio no sé ni de donde: «Yo nací en Buenos Aires en 1874. No fue en ese preciso momento, claro, sino cuando J.L. Borges resolvió «citarme» y lo hizo con tan pocas reservas en su elogio que a causa del riesgo terrible al que se exponía con tanta vehemencia yo aparecía, incluso, como el autor de todo lo bueno que él había escrito. En realidad, mi talento es el resultado de la usurpación de su obra y de una confusión con ella».

Para mí, una de las cosas que primeramente me llaman la atención es el hecho de que Macedonio es un escritor que está en constante diálogo con el lector, de suyo, nosotros los lectores somos una parte importante, al menos en los cuentos de Manera de una psique sin cuerpo (Tusquets, 2004).

Así por ejemplo, cuando dice: “Mas el lector me descubre pensando mientras escribo”, pero también al escribir: “Parece, lector, que al compás de la lectura nos estamos instruyendo bastante”, y luego reafirma: “Como si el lector debiera y pudiera acomodarse a ver inmediatamente claras las menudeadas soluciones” y de nuevo: “(el lector, creo, se conformará fácilmente con esta fácil omisión del nombre de la sobrina…)”.

Y luego: “Un lector que espera entre las páginas últimas de mi cuento leer las dos grandiosas explicaciones que ha prometido el autor… no tiene porque temblar aunque pueda impacientarse e, irreverente, se diga a sí mismo en cada momento, ¿cuándo este buen hombre entrará a explicar sus teorías para la eternidad de una persona humana…?”; incluso el mismo título del capítulo VI del cuento “Donde Solana Reyes era un vencido y sufría derrotas cada día” hace referencia al lector y en la última página del mismo cuento, vuelve a apelar al lector (ahora en plural llamándolos “queridos lectores”.

Otro aspecto que me parece importante de resaltar, y conste que yo no soy experto en Macedonio, ni en ningún otro escritor, es la importancia que tiene el saber leer a Fernández, y pienso que la mejor manera de hacerlo es con una actitud humorista, aunque lo que diga parezca o sea serio (como parece ser el caso del poema «Elena Bellamuerte»), es mejor así, pues de esta forma es más fácil tener una experiencia abarcadora de su obra, con el profundo desenfado e ironía con que, por lo general, escribe.

También, para leer a Macedonio, es importante desconfiar de la memoria, de la historia, del pasado, y del devenir de las cosas, porque lo digo, porque para este escritor parece no haber frontera entre el existir y el soñar. Me parece que lo que Macedonio nos está proponiendo es una literatura como ensoñación, tanto así que cualquiera de nosotros puede ser su primer lector.

Ahora bien, lo que quiero decir, es que en la forma de escribir de este escritor, una cosa puede haber sucedido antes de suceder (ensoñación, acertijo, retruécano mental o de la forma que usted quiera llamarlo), por cierto este es el tema del texto “¿Sueño o realidad?”.

Por cierto que recomiendo al lector que ponga mucha atención a lo expresado por el autor al respecto de la ensoñación y que continúa discurriendo en el último de los textos metafísicos titulado “Ley de asociación”.

Lo cierto es que la lectura de este libro nos obliga a pensar lo que leemos, y quizá no por lo que a simple vista se pueda pensar (al final, tal vez, todo escritor nos obligue a pensar) si no porque él quiere que lo que tenemos frente a nuestros ojos, eso que miramos no nos sea del todo claro, si no que nos provoque un estado de confusión, y es justamente este estado de perplejidad en que nos deja su lectura, la causa que nos debe llevar a pensar, a ir y ver qué hay detrás de esa ironía, de esas palabras que pueden parecernos un sinsentido, a primera vista.

Escéptico, tal cual lo pinta quien escribió en la contraportada de este libro de la editorial Tusquets, Macedonio Fernández desconfía del paso lineal del tiempo, es decir del tiempo que avanza hacia el pasado, hacia la memoria y nos llega del futuro; la verdad es que, ¿quién en su sano juicio no lo haría?, ¿no lo cree usted?

Esta idea de la ausencia  del devenir está muy bien representada en el cuento “Cirugía psíquica de extirpación”, en el que se dice: “El futuro no vive, no existe para Cósimo Schmitz, el herrero, no le da alegría ni temor. El pasado, ausente el futuro también palidece, porque la memoria apenas sirve; pero qué intenso, total, eterno el presente”.

Con esto, Macedonio Fernández, plantea, sin duda, uno de los temas preferidos de muchos poetas, la eternidad del instante presente.

Ya para ir terminando, le sugiero a usted lector que vuelva su mirada al título Manera de una psique sin cuerpo y le propongo que busque en él la clave de lectura de este variado texto en el que hay cuentos, poemas y metafísica pura.

El mismo autor nos advierte diciéndonos en una especie de epígrafe y después en el poema que le da nombre al libro: “Mantente en el Misterio, lector. En la Psique no hay el ‘en’, no está en un Cuerpo”.

Por último, ante la imposibilidad de reseñar un texto tan diverso, compuesto por siete cuentos, siete poemas y cuatro textos sobre metafísica, he decidido hacer algunos vagos comentarios que tal vez puedan ayudar a interesarse por la obra de esta “rāra avis” que es Macedonio Fernández.

Una última advertencia, no se olvide de tomar su dosis de ironía y de humor sardónico y disfrutar de este texto poniendo en paréntesis, mientras lo lee, toda seriedad habida y por haber.

 

 

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Sergio Inestrosa (San Salvador, 1957) es escritor y profesor de español y de asuntos latinoamericanos en el Endicott College, Beverly, de Massachusetts, Estados Unidos, además de redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

«Manera de una psique sin cuerpo», de Macedonio Fernández (Tusquets, 2004)

 

 

Sergio Inestrosa

 

 

Imagen destacada: El escritor argentino Macedonio Fernández (1874 – 1952).