«Laberinto»: La magnífica novela del mexicano Eduardo Antonio Parra

El autor norteamericano ofrece con este título —lanzado por Literatura Random House— una narración que se deleita en el uso del lenguaje, en el detalle de las escenas de sexo y de muerte (una estética y exquisita forma de la violencia), y que el lector percibe en estas páginas, casi de una manera cinematográfica.

Por María José Schamun

Publicado el 31.8.2020

 

La violencia

La violencia que está en todos lados, que persigue las noches de los protagonistas, que los acosa desde el vaso de alcohol con el que pretenden aniquilarse. Las armas que sus enemigos desplegaron, enemigos sin nombre para quienes ellos no eran más que cuerpos que se movían, y para quienes los dos personajes cumplen ahora la misión de vivir en el infierno.

El pueblo se llama El Edén, porque la ironía nunca es demasiada o porque lo que se pretende es resaltar el brillo dorado de un pasado imposible y una noche que arrasó con todo. En ella, dos generaciones enfrentaban el mundo que se cernía sobre sus cabezas: los jóvenes lucharon, se resistieron a aceptar el cambio; la generación de sus padres se resignó y bajó la cabeza. Perdidos en el fuego cruzado, los más chicos y los ancianos vivieron la noche como un instante más del mundo.

De ese instante, sin embargo, nuestros protagonistas no pudieron escapar jamás: cada noche, todas las noches, la memoria toma el lugar de la realidad y el calor de Monterrey vuelve a ser el calor de una tarde en El Edén, las prostitutas son una antigua novia, y el alcohol que busca inducir el olvido es el túnel hacia aquel instante en que todo cambió.

 

La desesperación

Almas en pena, con una vida trunca, deambulan por calles colmadas de gente que no repara en el hecho de que son fantasmas de un futuro imposible en una sociedad diezmada por la violencia y la resignación. Darío recorría las calles de su pueblo como ahora busca en su memoria. En la noche sin luna, todas las calles le parecían iguales y perdía la orientación, la memoria en cambio, se resiste a diluirse y lo lleva una y otra vez al momento en que todo era posible.

La escuela se quema y con ella el sentido de la existencia: a partir de ese momento, o fantasma o soldado.

 

La resignación

La realidad de toda una sociedad que se ve sumergida en la impotencia frente a la magnitud de la violencia que se desata sobre sus cabezas y para poderes que no sólo no los conocen sino para los que poco importan. Todo aquello que una comunidad puede valorar se ve en jaque frente a los intereses de agrupaciones que trascienden fronteras y que exceden a los gobiernos nacionales. El sinsentido de la normalización de la violencia se muestra en la constante pregunta del joven Darío: “¿Para qué?”.

La narración alterna tiempos y personas, líneas argumentales que se entrelazan sin confundirse, que construyen un relato de ritmo constante pero vertiginoso, que se abalanza sobre un final conocido sin perder un segundo. En el camino, los recuerdos del deseo y el placer, del horror y la repugnancia serán el único rastro verdadero de la humanidad de los personajes que, anclados en esa memoria de la que creen huir, se reconstruyen noche a noche como seres que aun pueden sentir.

Parra ofrece al lector una narración que se deleita en el uso de la lengua, en el detalle de las escenas de sexo y de muerte que no son sino otra forma de la violencia, de la imposición de ese mundo exacerbado en la intimidad del acto de lectura. Las escenas se suceden frente al lector como si asistiera a ellas en primera persona, con un tiempo y un ritmo propios de la cinematografía.

En todo caso, desde las primeras palabras, también el lector quedará vagando por el laberinto de la memoria de estos personajes, intentando dar con la salida porque aun cuando se salga de la novela, no se saldrá jamás de ese mundo que también se cierne sobre nosotros.

 

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María José Schamun es licenciada y profesora en letras por la Universidad de Buenos Aires, donde además cursa la maestría de literatura española e hispanomaericana. Actualmente se desempeña como docente de literatura en nivel medio y, si bien ha publicado ensayos y cuentos en diferentes medios, es colaboradora permanente del blog literario El País de la Bruma y de la revista Escritores del Mundo.

 

«Laberinto», de Eduardo Antonio Parra (Literatura Random House, 2020)

 

 

María José Schamun

 

 

Imagen destacada: El escritor mexicano Eduardo Antonio Parra (1965).